Izuku recuerda con amargura su infancia y adolescencia.
Su madre siempre ha sido su mayor apoyo, su luz y su todo. De niño no logró hacer amigos en la guardería debido a que era demasiado tímido y no podía hablar bien, siempre murmurando y tartamudeando. Su madre era quién siempre jugaba con él a ser superhéroes, quién lo consolaba cuando lloraba y quién estaba con él en todos sus momentos felices.
Izuku no sabía porque no tiene un papá como los demás. Más adelante sabría que ese Alfa había abandonado a su madre antes de saber que estaba embarazada de él. Su madre tuvo que sacar adelante a su bebé sola.
Su madre había llorado cuando una vez en el médico le dijeron que es Omega, y le había pedido perdón por alguna razón. Izuku no entendió hasta que tuvo su primer celo con trece años. Su cuerpo había empezado a cambiar y era doloroso. Faltó varios días al instituto y cuando volvió notaba miradas sobre él. Siempre se había sentido incómodo con más personas, pero tener la atención de todos sobre él era aterrador.
Entonces lo conoció a él.
Era su último año de Instituto cuando él empezó a cortejarlo. Al principio era muy dulce, pero insistente, y además era el primer Alfa que cortejaba a Izuku. Se sentía bien.
Tenían citas y él era muy lindo con Izuku. Se sentía protegido y querido, pero su Omega estaba un poco reacio al otro y no respondía del todo. Una parte de Izuku no llegaba a aceptarlo como su Alfa.
Recuerda su primera vez con él con amargura. Izuku no estaba del todo preparado, pero él insistía y le decía que lo quería. Después cuando consiguió desvestirlo y convencerlo de hacerlo, solamente perseguía su propio placer olvidándose de Izuku. Pero él jamás se atrevió a quejarse o decirle algo.
Su relación se alargo unos años, donde Izuku no se daba cuenta del poder que iba ejerciendo esa persona sobre él. Poco a poco fue alejándolo de los pocos amigos que había logrado hacer en el Instituto -y después en el primer año de Universidad- e incluso llegó a alejarse un poco de su madre, quién le había advertido que tuviese cuidado con él...
Revisaba su teléfono constantemente, obsesionado con que Izuku le era infiel, también controlaba sus salidas y le exigía contarle todo. Cuando lo desobedecía se enfadaba mucho. Izuku llegó a tenerle miedo muchas veces. Y nunca contó nada a nadie. Ya no tenía a quién contarle.
Cada día que pasaba Izuku se hacia más y más pequeño. Sufría en silencio y se dejaba manipular por él cual marioneta. Hacía lo que se le decía y no protestaba.
-Sé un buen Omega, Izuku... No me hagas enfadar -Le solía decir él- ¿Sabes que te quiero, cierto? Lo hago por nosotros.
Izuku creyó todas sus mentiras. Cuando él se enfadaba y le gritaba, después lloraba y le decía que lo amaba. Izuku caía en esa espiral de lágrimas y promesas falsas sin control. Hasta que un día sucedió.
Él lo pegó.
Fue rápido, alzó la mano y después sintió el dolor en su mejilla derecha. Asustado y aturdido no le dijo nada. Lo dejó pasar, pensando que había sido cosa de una vez, por el calor de la discusión. Pero volvió a suceder.
Izuku no aguantó más. Aprovecho una mañana en la que él se había ido del piso dónde vivían como estudiantes de la Universidad y recogió todas sus cosas.
Cuando llegó a casa se lanzó en los brazos de su madre llorando. Inko lo había abrazado y consolado sin decirle nada, sin reprocharle el no llamarla y alejarse de ella, los dos lloraron mucho ese día cuando por fin Izuku le había contado todo lo sucedido.
-Perdóname mamá... lo siento tanto...
-Shh, mi niño... Ya ha pasado... no volverás a verlo, no podrá hacerte daño... -Le asegura ella-
Estuvieron a punto de llamar a la policía, pero entonces Izuku empezó a sentirse mal, fue Inko la que propuso que se hiciera una prueba de embarazo. Positivo. Izuku estaba embarazado de él.
-¿Qué haré mamá? -Llora con tristeza- me va a obligar a quedarme con él... este bebé... no renunciará a él... no quiero mamá... no... no quiero que le haga daño al bebé...
-No llamaremos a la policía. No diremos nada. -Inko siempre ha sido una mujer fuerte, Izuku la admira mucho- cuando tengas al bebé nos mudaremos lejos. Me tienes a mí, cariño. No estás solo. -Le sonríe ampliamente, Izuku la abraza llorando-
-Gracias, mamá...
Las llamadas insistentes fueron disminuyendo, y él desistió en buscar a Izuku, quién estaba agradecido por ello. Después supo que había empezado a salir con una chica beta de la Universidad.
Izuku había dejado las clases y se había quedado en casa de su madre preparándose para la llegada de su bebé. Su madre le acompañaba en cada momento, ayudándolo con los dolores y los malestares. Muchas veces su Omega añoraba un Alfa a su lado por puro instinto, pero Izuku en ningún momento pensó en volver a llamarlo.
En las consultas del médico conoció a un joven omega embarazado como él, Kirishima Denki, alguien muy alegre y charlatán, enseguida se llevaron bien.
-¡Y nuestros cachorros nacerán casi a la vez así que podrán ser amigos! -Decía el rubio en la sala de espera, colgando su brazo por el cuello de Izuku, quién solo sonreía- oh, pronto haré un baby shower ¡Así que estás invitado!
Izuku se hizo bastante cercano a Denki, nunca había tenido un amigo como él y llegó a tenerle tanta confianza que le confeso sobre el padre de su bebé.
Fue un día cualquiera de verano cuando tuvo que ir al centro comercial. Odiaba estar entre tanta gente, además su barriga ya estaba grande y era difícil moverse. Como en ese momento, en que se han desatado sus cordones.
-Oi.
Izuku alza la mirada, ha notado una presencia poderosa a su lado y la voz tan grave le ha asustado.
-¡L-lo si-siento!
-¿Puedo ayudarte?
Es el hombre más guapo que ha visto nunca Izuku, se siente nervioso y confuso ante su presencia. Algo se remueve dentro de Izuku al verlo agachado atándole el cordón del zapato que se había desatado.
Nunca pensó que ahí empezaba su historia.
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El bebé de Izuku!
RomanceKatsuki casualmente ayuda un día a un Omega embarazado, sus destinos se siguen cruzando en una serie de situaciones aleatorias y comunes, sin darse cuenta ambos empiezan a sentirse atraídos. KATSUDEKU OMEGAVERSE