𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐔𝐍- Gravity Falls

005||Los sueños

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–Los sueños–

Jade llevaba toda la semana teniendo diferentes pesadillas o sueños que mantenían un punto común que la empezaba a confundir. En todos y cada uno de los sueños estaba el, Bill.

Algunas veces llevaba consigo un sombrero de copa negro que a ojos de la morena podía ser algo anticuado, pero le complementaba con el traje.

No sabía cómo tomarse todos estos sueños porque nunca le había pasado algo similar, casi sentía que había algo más detrás de ellos, una señal o aviso que se disimulaba pero por el caminó que iba pronto se convertiría en un enorme cartel de neón rojo con peligro en grande, brillante y letra mayúscula.

— Mama— la llamó saliendo de su habitación una vez se había alistado para volver a la cabaña del misterio— ¿tu crees que cuando algo aparece muchas veces en tus sueños puede ser una señal?

La mujer frunció el ceño sin entender la pregunta tan repentina, bajó la revista dejándola sobre la mesa centrando toda su atención en su hija.

— Si, o a lo mejor solo son sueños— se encogieron de hombros la mayor— Pero si algo te ha parecido raro desde un principio o no te ha cuadrado por algo es.

Jade apretó los labios recordando que en sus sueños Bill siempre hacia cosas horribles a otras personas o se aprovechaba de ellas.

Se despidió de su madre y volvió a caminar por las calles de Gravity Falls sin dejar de pensar en los sueños recurrentes.

Nuevamente por ir distraída chocó con alguien y al mirar hacia arriba vio que efectivamente era Bill con esa sonrisa que ella había sido incapaz de sacarse de la cabeza.

— Nos volvemos a ver— habló él sonriendo.

— Parece que sí— rió la morena.

Bill la repasó con la mirada de forma descarada tratando de meterse en su cabeza y entender que había en ella que él sentía diferente, quizá Jade solo era esa pieza que tanto había estado buscando en otras personas a lo largo de los años.

Lo que él no esperó encontrar fue diferentes sueños que podrían delatar sus verdaderas intenciones, pero al ver que Jade seguía sonriéndole supo que no creía que aquello fuese una preocupación.

— A lo mejor es el destino Jaidie— Jay ladeó la cabeza ante el apodo.

— ¿Jaidie?— preguntó divertida.

— Si, Jay te debe de llamar todo el mundo, yo quería ser más original— lo cierto era que nadie nunca había pensado ningún apodo hacia ella más allá de Jay.

Jade sonrió encantada con Bill, lo cierto era que había algo en él que se le hacía irresistible.

— Pues supongo que lo has hecho bien— se sentía estúpida en muchas ocasiones: cuando le explicaba juegos de cartas que ella desconocía, en clase de ciencias, cuando tenía que enfocar sus sentimientos y mostrárselos a otras personas, pero sin duda la que más le molestaba era esa, cuando Bill la hacía sentirse tan tonta que no encontraba las palabras justas que la hiciesen sentirse tan segura como había sido siempre, ningún chico la había hecho sentirse de aquella forma y eso la confundía— Billy— terminó la frase saboreando el apodo con burla demostrándole al rubio que no le dejaría tener el control de ella cada vez que mantuviesen una charla.

— ¿En serio?— se burló él— ¿No había nada más original que Billy?

— No William, tómalo o déjalo.

— Creo que me quedaré con Billy— sonrió.

Bill había buscado siempre su propio beneficio sin importar el daño que pudiese o no ocasionar a personas que se entrometiesen en su camino, pero había algo en Jade Hockst que lo intrigaba de una forma que él había llegado a creer insana y el hecho de que la propia conciencia de la chica la estuviese avisando de los peligros que podría conllevar seguir teniendo aún que fuese un mínimo de relación con él ya lo sorprendía en gran manera. Juraba nunca haber visto nada igual y sin duda los sueños premonitorios eran algo de lo que mucha gente solía hablar, pero por lo visto Jaidie no tenía pensado hacerle caso a su instinto por el momento y eso desde luego lo beneficiaba.

— ¿Ibas a la cabaña del misterio?— Jade ladeó la cabeza confundida, si, iba a allí, pero no entendía cómo era posible que Bill supiese o siquiera llegase a pensar eso cuando en ninguna de sus anteriores charlas habían hablado sobre aquel lugar y teniendo en cuenta que no dejaba de ver al rubio por todas partes recordaría una conversación sobre la cabaña del misterio.

Jade sabía que esa conversación nunca había aparecido entre ellos y hubo algo en su cabeza que hizo click recordándole que el Bill que atormentaba sus sueños podía meterse en las mentes ajenas y causar daños terribles sin contar que lo solía hacer para extraer cualquier tipo de información que pudiera necesitar.

— Si— sonrió todavía confundida— ¿Como lo sabes?

Bill maldijo por lo bajo notando como la confianza de la morena flaqueaba y una vez recapituló sus anteriores charlas se dió cuenta de que jamás le había nombrado su costumbre de ir casi diariamente a aquel lugar.

— Sueles ir en dirección allí así que lo supuse— le respondió rascándose la nuca queriendo mostrar nerviosismo hacia la morena para que ella sintiese que él también llegaba a flaquear.

— Ahh— asintió todavía sin estar realmente conforme con la explicación— Si, mis amigos pasan tiempo allí entonces yo también.

— Pero no aquella rubia— le dijo recordando todavía el incidente de Pacífica.

— Pacífica es diferente, la cabaña del misterio no está en su onda— sonrió más tranquila recordando a la menor.

Bill supo desde un principio que ella tenía cierta debilidad por la menor de la familia Northwest, pero nunca entendió porque al igual que tampoco había llegado a comprender la aparición de Fred Pines en su cabeza de forma recurrente los últimos días. El rubio temió que el mayor de los tres hermanos pudiese convertirse en una amenaza para los planes que estaba trazando, planes en los que Jade era la pieza más importante.

Jade iba a ser el arma, el truco maestro de Bill para obtener todo lo que siempre había deseado y aún que todavía no estaba seguro de ello el pensamiento se había arraigado fuertemente a su cabeza.