Cuando Bible salió de la casa, comenzaba a amanecer. No tardó en encontrar el cadáver del tigre oculto entre las plantas, por lo que fue en busca del pago antes de que las calles estuvieran repletas de personas. Todavía se sentía fuera de lugar entre la gente del pueblo.
Entró con la vista hacia el frente, como si no percibiera las miradas curiosas de quienes ya se encontraban en sus labores diarias desde muy temprano. Aunque era costumbre que lo observaran con cierta indiscreción, esa vez no podía culparlos. La sangre del animal muerto corría por su cuello, atravesando su pecho y abdomen. Llevaba el cabello suelto y la ropa sucia; pero eso no era nada comparado con su expresión. Bible era conocido por su inexpresividad. Por primera vez aquellas personas veían emociones reflejadas en ese rostro, para muchos casi inhumano.
—Puedes dejar el cuerpo aquí —dijo Job, jefe del pueblo, señalando una carreta junto a su casa.
Bible asintió e hizo lo indicado. Como de costumbre, sin hablar, fue en busca del pago.
—Buen trabajo.
El pelilargo tomó el dinero y se dispuso a marcharse. No quería regresar a su casa, pero la gente a su alrededor comenzaba a incomodarlo.
—Hey... Jen —dijo una voz femenina.
Bible miró a la joven que le hablaba. Era Natty, la hermana del jefe.
—Mi hermano y yo estábamos pensando en invitarte a desayunar con nosotros. También podrías tomar un baño.
La voz de la mujer por momentos titubeaba. Estaba nerviosa, probablemente porque nunca se había atrevido a hablarle al hombre que todos trataban con recelo. Con cierto disimulo, pellizcó el brazo de su hermano, en busca de ayuda.
—Sí, tiene razón. Incluiremos un baño y comida como forma de pago.
Bible lo pensó durante unos minutos que parecieron horas para los hermanos. Era consciente de que quedarse significaría soportar un interrogatorio por parte de sus anfitriones. Solo lo motivaba el hecho de que en su casa le esperaba lo mismo, pero sobre temas más complicados y por una persona con cierta influencia sobre él.
—Está bien.Las gotas de agua se escurrían por el cabello de Bible mientras le daba el primer bocado al desayuno. Había olvidado qué se sentía darse un baño de agua tibia, aromática y en un lugar cómodo. Como era de esperarse, la casa del jefe contaba con todo tipo de comodidades, similares a las que alguna vez experimentó en el palacio de Zea.
—¿Qué te parece el pastel? —preguntó Natty, aún nerviosa, en un claro intento de iniciar una conversación.
—Sabe bien.
La respuesta fue más de lo que los hermanos esperaban. Llegados a ese punto, recibir un asentimiento por parte del pelilargo era todo un logro. Después de eso, un silencio incómodo se instaló entre los tres.
—Nunca habían tardado tanto para encomendarme un trabajo —comentó finalmente.
Job suspiró, probablemente por la vergüenza de que sus intenciones fueran descubiertas o por alivio, pues Bible era consciente del motivo tras la invitación.
—Este no se parece a ningún otro —inició explicando Job, mientras le daba un sorbo al té —. Seré directo. Jen, ¿estarías dispuesto a ir una guerra?
Bible dejó el tenedor sobre la mesa y frunció el ceño. Si bien le sorprendía la pregunta, resultaba más intrigante la existencia de un conflicto de esa magnitud y no estar enterado.
—¿Qué guerra?
—Aún no es oficial, pero se prevéen ataques por parte de Zea.
Bible sintió cómo se le aceleraba el pulso. No podía ser coincidencia que Jes lo encontrara y recibir después esa noticia. ¿Desde cuándo el gobierno de Zea decidió atacar países con los que tenía buenas relaciones? ¿Ocurriría lo que siempre temió Pond? Demasiadas preguntas se amontonaban en la mente del Bible, quien luchaba por mantener la calma y no levantar sospechas.
—¿Por qué Zea atacaría a Cross?
Job colocó su taza sobre la mesa y se encogió de hombros.
—No me sorprende que no estés al tanto cuando vives casi como un ermitaño.
—Zea se encuentra en una lucha interna —explicó Natty —. Al parecer, pretenden extenderla a otros países... Jen, ¿qué sucede?
La chica no había terminado la frase cuando Bible ya estaba de pie.
—Debo irme.
Uno de los guardaespaldas trató de detenerlo, pero, en cambio, terminó con un golpe en la nariz. Job le hizo una seña al resto, para que lo dejaran marcharse. Necesitaban a "Jen" de su lado, no como enemigo.Bible llegó a su casa en cuestión de pocos minutos. Jes lo esperaba acostado en el suelo, con los brazos bajo su cabeza y las piernas cruzadas. Incluso en los momentos más complicados, lograba mantener una postura de despreocupación.
—¿Por qué no me contaste sobre la guerra en Zea?
El mayor abrió los ojos y lo miró detenidamente.
—Así que ya lo sabes —comentó mientras se sentaba —. ¿Cómo pretendías que te dijera si no me dejaste hablar?
Bible desvió la mirada al recordar la forma en que estalló horas antes. No solía ser tan emocional, y eso lo avergonzaba.
—Siéntate —dijo y señaló el suelo frente a él —. Como expliqué antes, no supe de tu "desaparición" hasta un año después. Siquiera sabía de la muerte de Pond. Abandoné la misión y regresé, a pesar de que me dijeron que no lo hiciera. Intentaron por todos los medios que no regresara. Cuando llegué me informaron que mataste a Pond y huíste. Entre los soldados corrió la orden de asesinarte por el crimen de traición, mientras que al resto del país se le dijo que ya estabas muerto. En vano te han buscado todo este tiempo.
—¿Cómo diste conmigo? —cuestionó Bible, aunque lucía sereno. No era momento de pelear.
—Podrías esconderte en el mismísimo infierno, y aún así te encontraría.
Bible no supo qué decir. Se limitó a mirarlo. Ambos permanecieron en silencio, hasta que el mayor retomó el relato.
—El conflicto oficialmente empezó cuando asesinaron al rey.
Jes volvió a hacer una pausa. Sabía que la noticia tendría un impacto significativo, de la misma forma en que lo fue para él en su momento. Por su parte, el pelilargo hizo una mueca. La rabia y el dolor desformaron su rostro.
—Lo supuse. Pond era la primera víctima. Después irían a por el rey —cerró los ojos, suspiró y los volvió a abrir —. ¿Cómo murió?
—Fue envenenado, o al menos esa es mi hipótesis. Después de la muerte de Pond, el rey no volvió a salir del palacio. Dijeron que el dolor por el asesinato de su amigo le afectó la salud.
—Imposible. No era una persona débil.
Jes asintió.
—Su salud fue empeorando según pasaban los meses. Cuando regresé a Zea, apenas podía hablar. Murió poco después.
—¿Y la reina? ¿No hizo nada para evitarlo?
—Ella se entregó a cuidar del rey y asumir sus labores. Al no tener hijos, tomó el mando. La división en el país radica en las personas que apoyan a la reina y los que creen que ella es la culpable tras lo que ha ocurrido. Los que estamos en contra de ella, representamos la minoría.
Jes hizo énfasis en la última frase, de forma que quedó clara su posición ante el actual conflicto.
—Te daré más detalles, pero antes necesito que me cuentes el descubrimiento de Pond. Probablemente sea lo que necesitamos para estar más cerca de la verdad.
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Forastero [JesBible]
FanfictionBible es un soldado que huyó de su país, Zea. Durante dos años vivió oculto, hasta que un compañero lo encuentra y trae de vuelta todo su pasado, incluido él. Muerte, traición, inocencia que probar y un amor que se cree no correspondido, son el eje...