La capital de Cross tenía las características genéricas de esos lugares: mayor población que el resto del país y mejor nivel económico y cultural. Si bien era bonita, Bible no tenía intenciones de examinar más de lo necesario. No estaban en tiempo ni condiciones para dedicarse a hacer turismo.
De acuerdo con las instrucciones de Job, el cuartel se ubicaba en el centro de la ciudad. Si tenían suerte, no tardarían en encontrarlo, pero ambos no dejaban de ser extranjeros en un lugar desconocido. Llegar a la base resultaba difícil.
—Creo que deberíamos preguntarle a alguien —opinó Bible y Jes asintió.
—¿Dónde radica el ejército? —preguntó repentinamente a una mujer que caminaba junto a la carreta.
La chica pareció asustada por la forma brusca en la que Jes le habló. Bible lo miró mal.
—Buenas tardes. Perdone a mi amigo —sonrió —. ¿Sabe cómo podemos llegar a la zona de soldados?
—Oh, claro. Avanza por las siguientes dos calles, después dobla hacia la derecha y ese camino te llevará directo a la base —explicó con calma.
—Muchas gracias, señorita.
—Un placer.
Jes frunció el ceño mientras veía a Bible expresarse de forma tan cordial. Si bien era arisco, no dejaba de ser educado y agradable; a pesar de que ya no lo era todo el tiempo. Sus vivencias de los últimos años dejaron una huella profunda en él, moldeando su personalidad de forma negativa. Jes solo esperaba volver a ver al chico dulce que se escondía tras esa coraza.
—No puedes hablarle así a desconocidos —lo reprendió una vez hubieron dejado a la chica detrás.
—Perdón, perdón.
Gracias a las instrucciones lograron llegar sin problemas. La base era enorme. Un cuartel de tres pisos que ocupaba gran parte de la ciudad. Desde afuera se podían escuchar todo tipo de ruidos. Gritos de personas que, al parecer, no conocían lo que era hablar con un tono de voz moderado, armas, pasos.
Jes y Bible dejaron la carreta en un lugar aparentemente seguro, y se dirigieron dentro. En la recepción del lugar se encontraba un chico no muy alto, con el cabello peinado hacia atrás y el uniforme algo desgastado. Parecía ensimismado mientras tomaba notas en una gran hoja sobre la mesa.
—Buenas tardes —dijo Jes una vez estuvieron frente al chico.
—Buenas tardes —respondió inmediatamente, sin despegar la vista del papel —. ¿Reclutamiento? ¿Recogida de recompensa? ¿Visita familiar?
—Reclutamiento.
El chico dejó de escribir y alzó la vista. Lucía agotado.
—Deben ir a la zona de entrenamiento. Allí encontrarán al líder del ejército.
—¿No tomarán datos antes? —preguntó Jes.
Le sorprendía que no indagaran sobre sus identidades. Más que una formalidad, consistía en estar seguro de qué tipo de persona llegaba al ejército, pues podrían traer problemas.
—Si el líder Bas los aprueba, tomaremos sus nombres —respondió mientras volvía a tomar nota —. Probablemente lo haga. Zea nos viene encima —comentó lo último para sí mismo, aunque lo escucharon.
Sin más que hacer, pidieron indicaciones para llegar a la zona de entrenamiento. En correspondencia con los ruidos que se escuchaban desde afuera, la vida dentro del cuartel era un desorden. Hombres y mujeres iban de un lado a otro, como perdidos.
—Están desesperados —dijo Jes —. Supongo que habrán descubierto algo más sobre el ejército de Zea.
—Si no se calman y organizan, no le ganarán la guerra ni al país más débil.Sentado sobre una silla de madera bajo el sol, el líder del ejército llamaba uno por uno a los posibles nuevos reclutas. Jes y Bible se unieron a la fila, no tan larga, donde esperaban su turno.
—¿Qué edad tienes? —preguntó Bas a un chico delgado que parecía temblar.
—14 años, señor.
Bas enarcó una ceja y miró hacia atrás, donde se encontraban algunos soldados.
—¿Por qué lo dejaron pasar? —sin esperar respuesta, volvió a dirigirse al chico —. Vete a casa. Aún eres un niño.
Por la forma en que miró a sus soldados, resultaba evidente que después de eso tendrían un reprimenda. Bas continuó examinando a cada uno de los recién llegados, haciendo especial énfasis en sus aptitudes físicas.
Bible analizaba cada uno de sus comportamientos. Años atrás, él hizo lo mismo en Zea, aunque no tuvo tiempo de alcanzar oficialmente el nombre de líder. Desde lo poco que había visto, entendió que Bas intentaba desempeñar bien su trabajo; pero, probablemente la inexperiencia, junto a los nervios de los reclutas debido a la posible guerra, impedían que el cuartel estuviera organizado.
—Sin disciplina no llegarán muy lejos —comentó Jes. Él también había sido líder de ejército durante la misión en la que estuvo varios años.
—Siguiente —gritó un soldado. Era el turno de Bible.
—Nombre y edad —dijo Bas una vez lo tuvo en frente.
—Jen, 27 años.
—¿Alguna experiencia con armas o combate cuerpo a cuerpo?
—Ambas cosas.
Parecía que Bas iba a hacer otra pregunta, probablemente relacionada con la última respuesta de Bible, pero decidió no realizarla. Primero debía comprobar si en verdad tenía tal experiencia.
—Espera junto al grupo que ya fue examinado.
—Siguiente —gritó otra vez el mismo soldado.
—Nombre y edad.
—Pas, 32 años —respondió Jes. La reacción de Bible al escuchar el nombre improvisado casi lo hace reír.
—¿Experiencia con armas o combate cuerpo a cuerpo?
—Ambas.
Bas entrecerró un poco los ojos. Resultaba evidente que le daba curiosidad saber cómo tenían experiencia en ambas cosas, debido a que Cross se caracterizaba por ser un país muy pacífico. Los pocos soldados que existían antes de la alerta de guerra, eran los únicos que recibían entrenamiento especial. Fuera de ellos, era poco común que un civil tuviera preparación física de ese tipo.
—Ve con el grupo.—¿Qué demonios con ese nombre? —preguntó Bible cuando Jes estuvo a su lado.
El mayor reprimió una carcajada. En el pasado, solía llamarlo Bib. A Bible lo disgustaba el sobrenombre, así que pedía ser llamado Pas, por su nombre Wichapas.
—¿Debería haber dicho Bib? —preguntó Jes aún luchando con la risa.
Bible no respondió. También le hacía gracia, pero no iba a demostrarlo. Ambos permanecieron en silencio junto al resto del grupo. Cerca de una hora después, Bas finalmente terminó de examinar a quienes faltaban, por lo que fue a reunirse con todos.
—Como ya deben saber, mi nombre es Bas, tengo 27 años y soy líder del ejército. Hago énfasis en mi edad para dejar claro que soy tan joven e incluso menor que muchos de ustedes. Eso no significa que pueda faltárseme el respeto. ¿Entendido?
Todos asintieron. Bas continuó su monólogo.
—El entrenamiento oficial comienza mañana. En lo que queda de tarde, pondremos a prueba sus aptitudes para una guerra. De esa forma los separaremos por grupos, en dependencia de quienes necesiten más o menos preparación. ¿Alguna pregunta?
Los nuevos reclutas volvieron a asentir. Uno de ellos alzó el brazo, pidiendo permiso para hablar.
—¿Cuánto tiempo durará en entrenamiento?
—El tiempo que Zea nos permita.
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Forastero [JesBible]
FanfictionBible es un soldado que huyó de su país, Zea. Durante dos años vivió oculto, hasta que un compañero lo encuentra y trae de vuelta todo su pasado, incluido él. Muerte, traición, inocencia que probar y un amor que se cree no correspondido, son el eje...