Sentimientos

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Mandy dejó la cuchara en el plato con un suspiro satisfecho. La sopa caliente había sido exactamente lo que necesitaba. Se estiró en su silla, sintiendo el peso del cansancio en sus hombros, y miró a Chester con una sonrisa débil.

"Creo que necesito descansar un poco", dijo Mandy, levantándose lentamente. "Puedes quedarte aquí si quieres, Chester. Si te da sueño, la habitación de invitados está disponible para ti".

Chester sonrió, aunque en su interior sentía una pequeña punzada de desilusión. "¿Y si mejor me invitas a tu habitación en lugar de la de invitados?" preguntó en un tono ligero, intentando sonar divertido.

Mandy se detuvo un momento, mirándolo con una mezcla de sorpresa y diversión. "No, como crees", respondió con una pequeña risa, sin darse cuenta de cómo esas palabras, tan simples, perforaron el corazón de Chester.

Él sintió que su rostro se calentaba. "Era una broma", aclaró rápidamente, con una risa nerviosa. Sin esperar respuesta, se levantó y comenzó a recoger los platos, buscando una excusa para apartarse un poco de la situación. Mandy, demasiado cansada para notar el ligero cambio en su actitud, simplemente asintió y se dirigió a su habitación, dejando a Chester solo en la cocina.

Mientras lavaba los platos, Chester no podía evitar darle vueltas a lo que acababa de pasar. Sabía que Mandy no lo veía de la manera en que él la veía a ella, y no esperaba que lo hiciera. Pero a veces, su corazón, tan profundamente enamorado, le jugaba malas pasadas.

Una vez que terminó con los platos, Chester se sentó en el sofá y comenzó a revisar su teléfono. Pasó los minutos, deslizando sin pensar, pero nada lograba distraerlo lo suficiente. Se sentía inquieto, como si necesitara salir a despejarse, aunque fuera solo un momento.

Miró hacia la puerta de la habitación de Mandy, sabiendo que lo más adecuado sería pedirle permiso antes de salir. Sin embargo, no quería despertarla. Dudó por un instante, pero finalmente decidió que sería mejor tocar la puerta para pedirle las llaves.

Se acercó lentamente a la puerta y tocó suavemente. Desde el interior, escuchó un suspiro y luego la voz de Mandy, irritada por haber sido despertada. "¿Qué pasa?", preguntó ella, con una mezcla de cansancio y frustración en su tono.

"Lo siento por molestarte, Mandy", dijo Chester, sintiéndose culpable. "Es solo que... quería pedirte las llaves del departamento. Pensaba salir un momento".

Mandy suspiró nuevamente, aunque esta vez con menos molestia. "Están en mi tocador", respondió. "Puedes tomarlas tú mismo".

Chester asintió, aunque ella no podía verlo, y lentamente abrió la puerta. La habitación estaba oscura, pero la luz que entraba desde el pasillo era suficiente para ver a Mandy acostada en la cama. Ella estaba tumbada de lado, con una pierna ligeramente levantada, dejando al descubierto una parte de su muslo que normalmente no vería. Su camisón estaba ligeramente arrugado, mostrando más piel de la que Chester había anticipado. Todo parecía tener un efecto hipnótico sobre Chester. Pero rápidamente sacudió su cabeza como si pudiera despejar las ideas intrusivas que comenzaban a surgir.

Se dirigió al tocador, tomando las llaves sin hacer ruido. Antes de salir de la habitación, lanzó una última mirada hacia Mandy, asegurándose de no haberla molestado más de lo necesario. Luego, salió del apartamento rápidamente, intentando calmar su corazón acelerado, consciente de que había estado peligrosamente cerca de cruzar una línea que nunca debería ser cruzada.

[NEXUS] \ (Mandy x Chester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora