Cap. 6

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Al día siguiente, desperté con una sensación de frescura que me hizo sentir renovada. La noche anterior con mi familia había sido justo lo que necesitaba para recargar energías y aclarar un poco mi mente. Decidí que, independientemente de lo que pasara con Neels, tenía que priorizar mi bienestar y no dejarme consumir por la incertidumbre.

Después de un desayuno rápido, me preparé para el día. Era sábado así que estaba libre de clases, pero de igual manera tenía una serie de tareas académicas y personales que debía atender, y mi primer objetivo era mantenerme ocupada y productiva. Mi rutina matutina se llevó a cabo con una dosis de optimismo renovado. Me sentí lista para enfrentar cualquier desafío que se presentara.

A media mañana, mientras revisaba mis apuntes y preparaba algunos trabajos para la semana, recibí otro mensaje de Neels. Me preguntaba cómo había pasado el día anterior y si quería encontrarnos de nuevo para hablar más sobre lo que habíamos discutido. Mi primera reacción fue de escepticismo; a pesar de las palabras tranquilizadoras de Neels, la duda seguía presente. Sin embargo, decidí responderle de manera cortés, sugiriendo que podríamos hablar por teléfono en lugar de encontrarnos de inmediato. Quería mantener las cosas bajo control y no precipitarme a tomar decisiones.

Mientras esperaba la llamada de Neels, me sumergí en mis estudios y en algunas actividades que me ayudaran a mantener la mente ocupada. El tiempo pasó rápidamente, y pronto el teléfono sonó. Contesté y escuché la voz de Neels al otro lado de la línea, tratando de sonar casual, pero con un tono que denotaba cierta urgencia.

—Hola, Marina. ¿Cómo has estado? — Preguntó, su voz transmitía una mezcla de calidez y nerviosismo.

—Hola, Neels. Estoy bien, gracias. ¿Y tú? — Respondí, tratando de mantener un tono neutral.

—Estoy bien. Quería saber cómo te fue ayer y ver si podíamos hablar más sobre lo que discutimos. Creo que es importante que aclaremos algunas cosas.

Asentí, aunque él no podía verme.

—Sí, creo que es una buena idea. Cuéntame, ¿qué tienes en mente?

Nos sumergimos en una conversación más profunda sobre nuestras expectativas y sentimientos. Neels intentó expresar su deseo de construir algo genuino, pero, a pesar de sus palabras, sentía una mezcla de incertidumbre y duda en su voz. Cada vez que decía algo que parecía sincero, mi mente volvía a recordar las veces que había dudado de sus intenciones.

En medio de nuestra conversación, Neels hizo una pausa y luego dijo algo que me sorprendió.

—Marina, entiendo que puede parecer que estoy jugando contigo, pero realmente no es mi intención. Estoy tratando de ser honesto contigo, y si eso no es suficiente, tal vez necesitemos repensar las cosas.

Su declaración me hizo reflexionar. A pesar de mis dudas, apreciaba su disposición a ser honesto y abrirse. Sin embargo, el miedo a ser lastimada seguía presente, y necesitaba tiempo para procesar todo.

—Gracias por ser honesto, Neels— Dije finalmente. —Creo que lo mejor es que sigamos hablando y veamos cómo se desarrollan las cosas. No quiero apresurarme, y necesito tiempo para entender mis propios sentimientos.

Neels aceptó con comprensión y prometió darme el espacio que necesitaba. Después de colgar, me sentí aliviada pero también consciente de que había más en juego. Decidí que necesitaba seguir enfocada en mis estudios y en mantenerme ocupada con actividades que me trajeran felicidad y paz.

La tarde pasó entre tareas académicas y momentos de reflexión. Rosie y Caro me enviaron mensajes para ver cómo estaba, y les respondí con una actualización breve, agradeciendo su apoyo constante.

El Final de Nuestra Historia #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora