Steve's Loss

Tony Stark y su araña

El trabajo de Natasha era observar. Sus habilidades de observación y escucha eran las que la habían mantenido con vida y probablemente la mantendrían con vida durante años, así que cuando Fury le había dicho que vigilara a Stark, sin que sus prejuicios personales influyeran en sus observaciones, escuchó, tiró por la ventana todo lo que sabía sobre Tony Stark y observó.

Ella vio como Tony le daba y le daba a los vengadores, solo para recibir un tibio agradecimiento en el mejor de los casos, y acusaciones de tratar de comprar su amistad en el peor. Ella vio como el resto del equipo lo insultaba y lo menospreciaba constantemente, pero Tony se lo tomaba todo con calma, luciendo una sonrisa falsa y aún dando más. Ella vio como Steve decía amarlo y lo invitaba a salir, pero ella sabía reconocer las tácticas de manipulación cuando las veía. Finalmente, después de que Tony tuvo una discusión particularmente brutal con Steve que lo dejó con una muñeca magullada, Natasha decidió que era hora de dejar de mirar y actuar. Después de todo, eso también era parte de su trabajo.

Ella sabía que Tony estaba en su laboratorio y que seguiría allí al menos 48 horas, así que se puso a trabajar. Comenzó regañando a Clint, diciéndole que sacara la cabeza del barro y que mirara realmente lo que Tony estaba haciendo por ellos, por la familia de Clint. Una vez que sintió que estaba completamente castigado, pasó al resto del equipo que todavía estaba allí, los reprendió y les dijo que deberían intentar vivir sin que Tony los respaldara en todos los días imaginables y, afortunadamente, la mayoría de ellos parecían sentirse avergonzados, pero, alarmantemente, Steve solo parecía enfurecido. Decidió que tendría que lidiar con él más tarde.

Después de terminar con eso, fue a la cocina y comenzó a preparar comida tradicional rusa. Sabía que ella misma tenía que disculparse por Natalie Rushman y todo lo que sucedió después, pero también sabía que no podría decir esas palabras en voz alta, y las acciones hablan más que las palabras de todos modos. Entonces, preparó comida y, después de que Tony estuvo en el laboratorio durante doce horas, bajó allí con la comida y un ungüento para los moretones.

Se sentía un poco incómoda allí, justo frente a las puertas del laboratorio. Era el espacio seguro de Tony y Natasha no quería contaminarlo. Pero antes de que pudiera tocar, la puerta se abrió y Tony la miró. 

—¿Puedo ayudarte, Nat? —Natasha respiró profundamente, casi sin darse cuenta, y asintió con la cabeza. Ahora que el hombre estaba justo frente a ella, se negó a mostrar debilidad. 

—¿Puedo entrar?

Tony la miró con recelo, pero asintió con la cabeza y se hizo a un lado. Natasha miró a su alrededor, notando el caos, organizado de una manera que solo Tony podía entender, y dejó la comida en un área relativamente vacía, luego se volvió para mirarlo. 

—Te preparé comida. No he cocinado en mucho tiempo, así que en realidad no sé si está a tu altura. —Tony arqueó una ceja, pero abrió con cuidado el recipiente en el que estaba la comida. Una vez que el olor golpeó a Tony, fue obvio que Natasha lo había conquistado. Tomó un tenedor, lo miró rápidamente para asegurarse de que no tuviera aceite ni grasa y se puso a comer.

Tony prácticamente gimió por el sabor y se volvió hacia Natasha. 

—No me importa si esto está envenenado, ¡es lo mejor que he probado en meses! Y si no pensara que me matarías por sugerirlo, te rogaría que te convirtieras en mi chef personal. —Natasha ciertamente no esperaba eso y tuvo que apartar la mirada por la vergüenza. 

—Hay otra cosa que traje. —Sacó la crema para los moretones y se la mostró claramente a Tony—. Vi lo que Steve te hizo antes y pensé que esto al menos podría ayudar con el dolor.

Tony pareció sorprendido por eso, pero extendió la mano y luego miró hacia otro lado avergonzado. 

—Dios, realmente debes pensar que estoy bien, ¿eh?— Lo dijo en tono de broma, pero Natasha pudo escuchar la frustración subyacente del odio hacia sí mismo. Se concentró en frotarse el ungüento antes de responder, preguntándose cuál sería la mejor manera de hacerlo. Suspiró, sin levantar la vista de su tarea.