Capitulo 5

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El sol se alzó lentamente en el horizonte, iluminando la vasta extensión del inframundo con una luz tenue y mortecina. La mansión de Lucifer estaba en pleno ajetreo, con los demonios sirvientes preparando los últimos detalles para la ceremonia. Sin embargo, dentro de las habitaciones privadas de Lucifer, el ambiente era pesado y cargado de una tensión casi palpable.

Alastor se despertó sintiendo una extraña mezcla de ansiedad y resignación. La noche anterior había sido larga y agotadora, y a pesar de los intentos de Lucifer por reconfortarlo, no había podido apartar de su mente el sentimiento de que algo estaba terriblemente mal. Sabía que aquel día marcaría un antes y un después en su vida, pero lo que no sabía era si sería capaz de soportarlo.

Lucifer, por su parte, estaba en su escritorio, observando un par de papeles sin realmente leerlos. Su mente estaba completamente ocupada en la ceremonia que se llevaría a cabo en unas pocas horas. El día que tanto había planeado y anhelado finalmente había llegado, pero en el fondo, había una pequeña voz que le susurraba que todo podría desmoronarse en cualquier momento.

Alastor se levantó lentamente de la cama, sintiendo el peso de la decisión que estaba a punto de tomar. Sabía que Lucifer lo observaba, y podía sentir la intensidad de su mirada, pero intentó no mostrar sus emociones. Se acercó al espejo y comenzó a vestirse, el reflejo que veía en el cristal le resultaba ajeno, como si estuviera viendo a otra persona.

- Hoy es el gran día, mi amor. Nuestro día.

Dijo Lucifer, finalmente rompiendo el silencio.

Alastor asintió lentamente, evitando la mirada de Lucifer mientras ajustaba su corbata.

- Si... Hoy es nuestro gran día.

- Y...? ¿Cómo te sientes?

- Bueno, estoy nervioso... Finalmente podremos ser una pareja feliz ¿Cierto?

Lucifer observó a Alastor con una mezcla de esperanza y ansiedad. La respuesta de Alastor había sido cuidadosamente calculada, pero el brillo de sus ojos no lograba ocultar la verdad subyacente: la inseguridad y la duda. Lucifer intentó mantener una sonrisa segura, pero sentía que el peso de la situación era demasiado grande para manejarlo solo con palabras.

- Claro, mi amor. Todo saldrá bien. Esta es nuestra oportunidad para comenzar de nuevo, para construir el futuro que siempre hemos soñado.

Alastor miró a Lucifer, viendo la sinceridad en sus ojos y sintiendo una mezcla de tristeza y determinación. Sabía que Lucifer estaba haciendo su mejor esfuerzo para mantener la fachada de perfección.

- Yo... Realmente espero que así sea, Lucifer. Realmente te quiero y quiero que esto funcione.

Lucifer notó la vacilación en la voz de Alastor, un rastro de duda que lo inquietó profundamente. Pero en lugar de permitir que sus propias inseguridades afloraran, sonrió con suavidad y se acercó a él, colocando una mano sobre su mejilla, acariciándola con ternura.

- Va a funcionar, amor. Confía en mí -murmuró, inclinándose para besar suavemente sus labios-. Todo lo que hemos pasado, todo lo que hemos hecho, ha sido para llegar a este momento. Solo falta un paso más.

Alastor cerró los ojos al sentir el toque de Lucifer, permitiéndose por un momento disfrutar de la calidez del beso.

- Espero que tengas razón... No quiero que hagamos esto por la fuerza más que por amor...

- ¿Qué? No no no, claro que no, yo te amo y tú me amas a mí...¿Cierto?

- Si, así es... Te amo demasiado...

- Entonces no hay porque dudar, amor... Haremos esto por nuestra propia voluntad, además, se que lo que siempre quisiste fue ser gobernante del infierno... Y ahora finalmente lo tendrás

•El Arte del Engaño•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora