Capítulo 5

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Tom Riddle estaba pasando por algo extraño en su vida. Todo a su alrededor parecía... sin color, sin sabor, sin... nada. Era como si estuviera viendo un caparazón vacío de lo que alguna vez fue una ciudad, un pent-house, su padre, su propia existencia. Tom nunca había experimentado algo así y solo quería quedarse dormido y olvidarse de todo.

Había días en que no quería despertar y quedarse en su mundo de sueños y es que ese mundo era muchísimo más interesante que el actual. En sus sueños vivía Harry. O al menos el Harry que él recordaba. En sus sueños, la vida que conoció con Harry continuaba como si nada. Paseaban por los parques, iban al cine o a conciertos, Harry le cocinaba hotcakes como desayuno e iban a eventos sociales.

Algunas veces, en ese paisaje onírico, Harry y él hacían el amor y era cuando todo se sentía más vivido, más pleno... hasta que despertaba y se daba cuenta de que su realidad estaba vacía de todo tipo de vida.

Era cuando se levantaba y hacía sus cosas habituales, se bañaba, pedía por aplicación algo que desayunar, terminaba de comer, se lavaba los dientes, se preparaba para el día y salía arreglado hacia su oficina. Hacía sus actividades y a veces iba a cenar con su prometida, ella llevaba todo el peso de la charla y Tom solo asentía o decía "Ok" cuando sentía que lo ameritaba.

Desde aquella ocasión en que Harry los vio intimando, no se había vuelto a repetir la ocasión. Ciertamente salían y eran vistos, pero compartir un beso, una caricia o simplemente tomarse de las manos, estaba fuera del panorama.

Tom creía estar haciendo un excelente trabajo fingiendo que todo estaba bien pero Cassandra se había dado cuenta de que Tom estaba cada vez peor. Por lo que ella sabía, por lo que su padre le había informado, Tom parecía estar más bien en una relación casual con Harry, pero lo que ella estaba observando era a un hombre muriendo lentamente por la ausencia de su amado.

Este matrimonio iba a ser muy corto y no por falta de intentarlo, sino porque Tom probablemente moriría en pocos años si seguía siendo así de apático... o pasaba hacia un comportamiento auto-destructivo. Cassandra empezaba a asustarse de su prometido y no es que fuera una mala persona. Ella lo quería, no lo amaba, pero en estos meses, Tom había demostrado poder ser un buen apoyo para ella y no quería que la única persona que la trataba con decencia, desapareciera así.

Primero necesitaba averiguar qué tan profundamente estaba herido Tom.

Cassandra tuvo que observar a Tom durante varios días pero al final descubrió que Tom estaba realmente devastado. Si, le tomo todo un año entrar en depresión pero estaba ya tornándose peligroso. Antes tomaba todas sus comidas, ya había empezado a dejar de cenar y dormía casi 10 horas.

La pobre chica tuvo que pedirle a su asistente que le ayudara a conseguir ayuda para su prometido y la asistente encontró un psicólogo que podría ayudar pero tendrían que llevar a Tom contra su voluntad. Normalmente alguien como él no aceptaría que necesitaba ayuda.

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—¿Y dígame, Tom, que es lo que lo trae a terapia? —La psicóloga estaba anotando algunas cosas en una libreta mientras Tom bufaba. Cassandra lo trajo a ver a esta psicóloga con engaños. No estaba muy enojado con ella, pero si algo decepcionado de que no hablara primero con él. Entonces hubiera sabido que no estaba deprimido.

—No me trae nada, solo mi prometida que está un poco preocupada por mi—.

Tom se negó a hablar mucho durante la sesión pero la psicóloga siguió escribiendo en su libreta. Esto hizo bufar a Tom y estaba exasperándose. Al final, de esa sesión no salió nada y Tom no pensaba volver, pero en el auto, Cassandra le dijo que si no asistía a la terapia, ella iría con su padre y pediría terminar el compromiso.

The Lover After MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora