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The Living Dead.

23 de Julio de 1976.

Los mellizos Black, Rosier y Barty Jr disfrutaban del clásico jazz que siempre resonaba en las calles de Nueva Orleans. Apenas salieron de vacaciones de verano decidieron ir a recorrer el mundo.

O bueno, Halley no quería permanecer en Londres aquel verano. No después de lo que descubrió.

Nadie sabía acerca de sus hallazgos, menos de su investigación privada. Ni siquiera su mellizo, quien por cierto, se encontraba bailando con una mesera.

Hace una temporada que él rompió los lazos con los merodeadores, al igual que Halley. Ninguno tenía intenciones de acercarse a ellos cuando los acusaron de una manera vil sobre haber atacado a Sirius. Ganas les sobraron, pero no iban a desperdiciar su tiempo en eso.

—Regulus la pasa demasiado bien aquí —comentó Barty mirándolo.

Los demás, por su parte, tenían sus razones para querer huir. Barty, no quería permanecer cerca de su padre y sus exigencias, mientras que los mellizos Rosier odiaban el hecho de volver con su tía Druella. No se sentían como lo hacían al estar con sus amigos.

—Está buscando borrarse del mundo. Sólo evade lo inevitable —respondió la castaña fijando la vista en su mellizo.

El Black reía mientras le susurraba cosas a la mesera. Ella divertida le dio un leve empujón en el brazo antes de marcharse a continuar con su turno. Regulus negó volviendo con sus amigos.

—Es bonita —habló la Rosier trenzando con cuidado el cabello corto de su hermano.

—No es mi tipo totalmente, pero es agradable. Se llama Bex, tiene 19 —se sentó al lado de Halley

—Y tú eres un bebé de 15 años descubriendo el mundo —le hizo burla el Crouch.

—Déjalo ya Barty —la Black apoyó la cabeza en el hombro de su hermano.

Reg tomó la mano de Halley. Ella sonrió levemente disfrutando del contacto con su mellizo. Los demás los miraron un momento antes de dispersarse sin dar explicaciones. Era hora de su momento de mellizos no mellizos.

—¿Cuándo me dirás que es lo que pasa contigo Alya? —murmuró acariciándole el dorso delicadamente.

—Es complicado Arty —lo miró. Aunque no lo notara, él sabía que sus ojos detonaban tristeza y decepción.

—Te enteraste de algo, ¿No? Es por eso que madre nos sacó unas semanas antes de Hogwarts y nos dejó venir en paz a otra ciudad sin supervisión.

Ella asintió tocando el collar que le regaló Tom Riddle. No se lo había quitado puesto que le ayudaba a calmar la ansiedad que a veces le abordaba el pecho.

—Es demasiado complicado hasta para mí Reg. No quiero darte una información que no sea verdadera hasta poder entender qué ocurre en realidad —la castaña tenía la mirada fija en algo detrás del Black.

O en alguien, que ella podía jurar, estaba bajo tierra. Al menos para sí misma y por su estabilidad emocional.

—Ya vengo campeón —la Black se levantó a la vez que la figura se desaparecía del bar. Ella negó divertida saliendo detrás de él.

Nada mejor que una buena cacería para iniciar el día.

Caminó con calma y con cautela, dejándose llevar donde su instinto le indicaba ir.

En ese tiempo había aprendido a confiar en su intuición, la cual nunca le fallaba. Su habilidad innata le permitía ver cosas más allá de la que todos veían comúnmente.

DOLLHOUSE | Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora