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Sunoo se recuesta en la cama, quitando su propia camisa

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Sunoo se recuesta en la cama, quitando su propia camisa. Sunghoon quiere tirarse sobre él y besarle hasta que sus labios sangre, pero se recuerda que necesita calmarse.

Pronto, el omega siente como su ropa interior se moja, quedando húmeda por su lubricante. Sunghoon se posiciona sobre él, apoyándose en sus brazos para no lastimarlo.

—Q-quiero...

—Haz lo que quieras. —le dice acariciando sus mejillas.

Le quita los pantalones de pijama, ya húmedos, casi arrancandolos. Hace lo mismo con los boxers del castaño, dejándolo desnudo. Sunoo se queja, sintiendo el frío aire, pidiendo por el calor del alfa.

—Sunghoon, ah. —jadea.

Una mano traviesa del alfa se abre paso entre sus glúteos, llegando hasta su entrada. Está caliente y mojada. Sunghoon gruñe, con el pensamiento de estar ahí dentro. El también se quita la ropa sin cuidado y lo más rápido que puede.

—Tranquilo. —Sunoo le dice, acariciando los brazos del pelinegro.

Parece no escucharle. Sus ojos son rojos y sus dientes se han convertido en colmillos.

—Uhmm.

Sunghoon abre las piernas del omega, metiendo sus dedos y apretando sus muslos. Sunoo toma la sábana que está debajo de su cuerpo. Mira a un lado, viendo al alfa tomar su miembro entre sus manos. No lo recordaba tan grande.

El pelinegro cae sobre sus labios, besándolos con disfrute y gruñidos incluidos. Sunoo envuelve sus brazos en el cuello del alfa cuando lo siente entrar en él.

—Mmm si. —murmura y el alfa comienza a moverse en su interior.

Sunghoon mordisquea su cuello, quiere romper la piel del omega hasta hacerla sangrar, pero su alfa le recuerda que podría ser malo.

—Me alegro que seas tú quien haya aceptado mi nudo. —el alfa habla, sin dejar de moverse. —Me alegra saber que llevas a mi cachorro dentro. —gruñe al sentir que pronto se vendría. —Mío.

Sunoo no aguanta mucho y se corre. No tarda tanto y el nudo de Sunghoon comienza a hincharse.

—Shhh. —seca sus lágrimas. —Sólo espera y no te muevas. —lame las marcas que le dejó, buscando curarlas.

Para las nueve de la mañana Sunghoon ha anudado a Sunoo unas cuatro veces más

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Para las nueve de la mañana Sunghoon ha anudado a Sunoo unas cuatro veces más. Éste era el primer celo donde no se le hacía tan doloroso, pero si se sentía más necesitado. Ni siquiera en el anterior estuvo así.

—Tenemos que comer, Sunghoon. —el omega habla en susurros con el alfa temblando a su lado.

Hace al menos tres minutos su último nudo se había deshinchado y aún seguía bajo los efectos de la excitación.

—No quiero comer.

—Debes comer.

—No. Quiero estar aquí, contigo.

—Aunque sea agua.

—Dije que no. Quédate aquí. —aclara su garganta. —Por favor.

—Okay. —se recuesta a su lado, entrando en los calientes brazos del alfa. Coloca su oreja sobre su pecho, oyendo el fuerte bombeo de su corazón. —Sunghoon.

—¿Qué?

—Cuando... Cuando decías que yo no era tu omega, ¿no lo sentías?

—Si. Mucho.

—¿Entonces?

—Ya lo había sentido antes, pero resultó no ser mi omega.

—¿Creíste que sería lo mismo ésta vez?

—Si.

—Y... ¿Quién era?

—Alguien.

—¡Sunghoon! —dice con voz cansada, luego bosteza. —Dime.

—Fue hace dos años, déjalo pasar.

—No quiero.

—Que odioso eres.

—Así me quieres.

Sunghoon no contesta a eso, pero sonríe.

—Fue hace dos años, cuando aún estaba en la otra escuela. Una cerca de mi casa. Bueno, a los dieciséis pasé mi primer celo y estuve sólo, fue el peor. —aclara su garganta. —Después de eso conocí a alguien, se llamaba Jiwon, estaba en mi clase y me gustó.

Innecesariamente, Sunoo siente celos, y más de que fuese mujer.

—Yo sentía que era mi omega, a pesar de que mi alfa nunca me dijo nada sobre ella. Para mi segundo celo lo pasé con ella y yo había cumplido los diecisiete. —aprieta más a Sunoo contra él, para rascar sus brazos mejor. —Nunca la marqué, porque todavía éramos muy jóvenes. A las dos semanas ella me dijo que estaba embarazada. Le dijimos a mis padres y a los de ella, y se molestaron, diciendo que aún éramos muy pequeños, al fin acabaron por aceptarlo.

—Y-

—Déjame terminar. —rueda los ojos, besando la cabeza del omega con cariño. —Sólo aguantó dos meses y tuvo un aborto natural. No pudo resistir porque no estaba marcada y... No era mi omega.

—Lo siento mucho, Sunghoon.

—Está bien. —dice, pero no lo está. —Aún sigue doliendo, no tanto como antes, pero lo hace.

Sunoo no vuelve a hablar, se queda callado, escuchando como la respiración del alfa comenzaba a calmarse y se quedaba dormido, poco a poco.

Se aleja, parándose. Necesita tomar una ducha y comer algo. También traería agua y unas pastillas para aliviar el dolor del celo para Sunghoon. Busca una camisa grande del alfa para ponérsela después de la ducha.

Abre la regadera y el agua cálida moja su cabeza, recorriendo su cuerpo con rapidez.

¿Entonces por eso Sunghoon era tan cerrado? Sunoo se pregunta. Y lo entendía, tenía miedo a volver a caer en lo mismo y que al final, tampoco sea lo que esperaba. Estaba feliz de ser el omega de Sunghoon. Él lo era, siempre lo supo y lo sintió.

Y estar embarazado de 6 meses sin una marca, lo confirmaba.

La puerta del baño se abre, revelando al alfa con los ojos oscuros y el cuerpo sudado de excitación.

Mierda.

𝐕𝐄𝐍 𝐀𝐐𝐔𝐈, 𝐘 𝐀𝐌𝐀𝐌𝐄 › sungsun ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora