Camina por el pasillo con pesadez. Sus ojos aún se cierran por inercia de tan temprano que es. Aclara su vista, mirando el reloj de la pared. Es circular, de color rojo y los números son grandes y negros. Seis de la mañana. No sabe por qué Sunghoon siempre tenía que levantarse tan temprano y hacer tanto ruido.
—¿Qué buscas? —pregunta, suave y con temor, viendo al alfa caminar por toda la pequeña cocina.
El rizado parece asustarse. Sólo para sus pasos y voltea a verlo por sobre su hombro.
—Vuelve a la cama. Es muy temprano para ti.
—Me has despertado, ya no tengo sueño. —miente, ocultando un bostezo detrás de su mano.
El alfa asiente, volviendo a su trabajo de, al parecer, revolver toda la cocina.
—¿Qué buscas? —le repite el omega, un poco más fuerte.
—¿Has visto el traste azul, grande?
—Debe estar en la habitación o en tu mochila de la escuela. —encoge sus hombros, hablando con un poco de obviedad.
—Okay. Desayuna. —apunta una manzana en la mesa. Es lo único que hay.
—¿Qué? —camina hasta ella, la agarra y le da vueltas en sus manos. —No me llenaré con esto, Sunghoon.
El pelinegro se la quita, mordiéndola.
—Ese no es mi puto problema. —y se la devuelve.
¿Acaso nadie le enseñó modales? su madre, ¿nadie? Sunoo piensa. Luego recuerda que su madre es alfa también, tal vez por eso fue criado para ser así de bruto.
Sunoo mira la manzana amarilla en sus manos, con una gran mordida al costado. Suspira, mordiéndola suavemente, sin otra opción. Se sienta en la mesa, oyendo como Sunghoon hablaba con alguien por teléfono, se oye alegre e incluso cree oírlo reír. Algo en su pecho se remueve, es un sentimiento caliente y no lo soporta. Él está celoso, o no. Aún peor. Su omega está celoso. Respira rápido, mordiendo con rudeza la manzana. Se siente patético en éste momento. Para calmarse, acaricia su vientre y sonríe a medias. Esperaba que su cachorrito endulzara al menos un poco al alfa. Aunque lo dudaba.
El pelinegro entra nuevamente, ahora ha colgado y su celular baila por sus dedos, en la mano izquierda tiene ese traste que tanto buscó.
—¿Con quién hablabas?
Mierda, se dice a él mismo. Desearía no haberlo hecho. Con nervios por la respuesta que recibirá —si tiene suerte— juega con el palito que sobresale de la fruta.
—Sunoo... Quiero explicarte un par de cosas. —dice con voz neutra, sentándose en la silla que está frente al omega.
—E-está bien.
—Bien, primero: el que vayas a tener a mi hijo no significa que tenga que darte explicaciones de lo que hago y lo que dejo de hacer. ¿Vale?
El castaño asiente, mordiendo sus labios y regañándose interiormente por haber preguntado esa estupidez.
ESTÁS LEYENDO
𝐕𝐄𝐍 𝐀𝐐𝐔𝐈, 𝐘 𝐀𝐌𝐀𝐌𝐄 › sungsun ✓
Fiksi Penggemar𝐒𝐔𝐍𝐆𝐒𝐔𝐍 || A sus 19 años, Sunoo debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos ㅡo largosㅡ...