Me desperté en una cama vacía pero no era mi cuarto, no podía recordar nada de lo que había sucedido la noche anterior. Unos pequeños flashbacks cruzaron por mi mente, unos brazos alrededor de mi cuerpo, ¿dormí con alguien? Me tomó solo observar la habitación y reconocer que era el dormitorio de Conrad, las paredes celestes con cuadros de surfers y la cama de madera con acolchado azul marino. Dormí con él. Espero que solo hayamos dormido. ¿Cómo pude llegar a eso? ¿Acaso no pensé en que me iba a arrepentir más tarde?
Me senté en la cama y sentí un ligero mareo, mi vista se nubló por unos instantes, ¿cuanto había tomado? Observé la puerta y me sorprendí al ver a Conrad, no había notado su presencia. Él estaba parado apoyándose contra la puerta sin remera solo con un short, su pelo estaba despeinado, aparentaba haberse despertado hace muy poco.
—Me alegro de que no vomitaras anoche, no quería tener que limpiar tu vómito. —dijo sonriéndome.
Tan amable como siempre. Observé la cama para verificar que no hubiera vomitado nada y me encontré con que llevaba puesta una remera suya, sin shorts. Me sonrojé inmediatamente y lo observé acusadoramente.
—¿Dónde está mi ropa? —le pregunté.
Conrad me sonrió de costado y se acercó en pasos lentos hasta quedar en el borde de la cama para arrodillarse y posicionar sus lados al lado de mi oreja
—No te preocupes, no hicimos nada que no quisieras hacer. —susurró.
—¡¿Qué?! —pregunté sobresaltada.
—Tranquila solo bromeaba. Tu ropa está en la silla. Ayer te emborrachaste y tenía que cuidarte por eso dormiste conmigo. —me explicó.
Esa corta explicación fue suficiente para aliviarme mínimamente. Definitivamente cometí muchos errores anoche pero por lo menos uno de ellos no fue haberme acostado con Conrad Fisher. Algo es algo.
—Gracias. —dije. Lo sentía en serio aunque fue difícil decirlo en voz alta.
Me puse de pie para dirigirme hacia la silla donde estaba mi pollera y mi top. No quería cambiarme aquí, frente a Conrad, así que me dirigí a la puerta.
—Me cambiaré en mi habitación, mas tarde te traeré tu remera, ¿si?
Él asintió con la cabeza a lo que yo destranque la puerta para luego abrirla e ir hasta mi habitación, sabía que solo llevaba una remera que me llegaba hasta los muslos y que era de Conrad y seguro cualquiera podía reconocer que le pertenecía pero mi cuarto estaba apenas a unos pasos como para tener la mala suerte de cruzarme con alguien.
Maldito karma, claramente tuve esa mala suerte, como siempre. Susannah justo estaba cruzando el pasillo cuando me vio salir de la habitación de Conrad. Pude ver la sorpresa en su cara, ella decía de todo sin tener que articular una palabra.
—¡Oh! Que sorpresa verte por aquí Nicole, creí que tu y Conrad habían terminado.
—Si terminamos hace bastante. No es lo que crees. —argumenté rápido.
—Tranquila, no tienes porque ocultarme nada, está perfecto que los adolescentes experimenten. —dijo con su tono de voz característico de dulzura y calma.
—De verdad Susannah no es lo que estás pensando... —estaba diciendo hasta que la puerta abriéndose me interrumpió al salir Conrad de ella.
—Mamá deja a Nicole en paz. Pensé que Laurel te contó acerca de nuestra aventura de anoche, parece que alguien tomó de más y me mandaron a cuidarla. —explicó dejando una pausa a la cual su madre respondió asintiendo y atravesando el pasillo con una sonrisa de oreja a oreja, ella no estaba convencida de que esos fueran los verdaderos motivos y probablemente no estaba tan equivocada. —Mejor vete a cambiar antes de que alguien más te vea y se arme un escándalo. —agregó.
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The Summer I Changed You // Conrad Fisher
Romance"-Te la daré, pero antes responde, ¿no te parece que nosotros tenemos algo pendiente? -preguntó dando un paso más hacia mi. Estaba tan cerca que podía sentir cómo se mezclaban nuestras respiraciones. Me ponía los pelos de punta, no quería que tuvier...