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   —No nos conocemos—Dijo la princesa cuando eran escoltados a la salida, alejándose de Impa y Link para caminar junto a ti unos pasos más atrás — Pero necesito pedirte un favor—Puso entre tus manos un pequeño papel doblado—Sé que Link se negará a usar la Ocarina del Tiempo aunque su vida esté en peligro, así que por favor, si algo pasa, toca esta canción. Los llevará a un lugar seguro.—Y te sonrió para disimuladamente caminar al lado de su guardiana.

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   Esta vez Link parecía mucho más irritado que cuando salieron del Bosque Kokiri, y sabías que no tenían la confianza suficiente para preguntar  qué había pasado en la reunión del castillo. Llevaban caminando en silencio desde que el sol estaba sobre sus cabezas y ahora este estaba a sus espaldas.

Revisaste una y otra vez el papel que Zelda te había dado; pensaste que sería más difícil de entender, pero la partitura tan sólo mostraba 3 notas que se repetían dos veces. Solo esperabas que llegado el momento, supieras que hacer con esa información.

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   Acamparon unos kilometros al sur del castillo, cerca como para aún estar ver las torres de este, pero lo suficientemente lejos para que a quien sea que los haya seguido desde allí se demorase en encontrarlos.

   Link recogió un par de leñas e hizo una pequeña fogata pues las noches comenzaban a ser frías.

   —Nunca pensé en conocer a la princesa —Comenzaste diciendo en el afán de romper la tensión que claramente había desde hace horas. Te volverías loca si tu acompañante decidía no volver a hablarte en lo que quedara de viaje—Mi padre una vez me llevó al castillo, pero no recuerdo mucho de eso. ¿Tú cómo la conociste?—Incapaz de aguantar otro segundo más sin respuesta, continuaste.—Debió haber sido...

   —Silencio.

   Tu boca se abrió para protestar pero la mano de Link impidió que lo hicieras.

   Todo estaba en completo silencio salvo la fogata que hacia un ruido chirriante de la madera siendo quemada. Tus ojos iban de lado a lado entre los árboles que los rodeaban pero no lograbas ver nada, y no ayudaba el hecho de que ya casi oscurecía completamente.

   Hasta que una risa se escuchó, como si la llevase el viento gélido que sopló de pronto. Viento que consigo trajo una ráfaga de lo que creíste eran hojas, y un destello anaranjado del que salió un hombre alto y corpulento portando lo que ahora sabías era el uniforme y símbolo Sheikah pero alterado.
   El hombre los separó de un corte entre medio de ustedes con su gran katana. Link te empujó justo a tiempo para que no resultaras herida, aprovechando el impulso para levantarse y tomar su arma.
Pateaste las brazas de la fogata en dirección al hombre pero este desapareció.

   Afortunadamente, ninguno había abierto sus pertenencias por lo que todo estaba dentro de los bolsos que Malon les entregó; los tomaron y comenzaron a correr, pero más ráfagas de viento se escuchaban a sus alrededores y no sólo eso, el suave sonido de una flecha cortando el viento estaba peligrosamente cerca de tu cabeza, seguidas de muchas más.
Link alargó su brazo hacia atrás para tomar tu mano y así correr juntos para no separarse en el ya oscuro campo de Hyrule. Incluso él se había dado cuenta que no podían detenerse a luchar pues estaban rodeados de quién sabía cuántos enemigos y temía (si... temía) que no salieran de esa con vida.

Maldijo por unos instantes a quien era la guardiana de la princesa por no haberles prestado ayuda.

Por un leve momento, el joven apretó con fuerza tu mano y sabías que si no actuabas pronto, ambos perecerían. Así que como pudiste, alargaste tu otra mano hacia Link y tomaste la ocarina que descuidadamente colgaba de su cinturón.

Héroe (LinkxReader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora