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▶︎Al día siguiente


Desperté al sentir algo sobar mi pierna.

Era muy suave, haciéndome cosquillas.

Poco a poco empecé a recordar donde estaba.

Me asuste pensado que era un animal salvaje.

Baje la mirada encontrando un conejo blanco sobando mi pierna.

Me senté con dificultad, me dolía la espalda y mi barriga.

Acaricie al conejito.

-Estás solo ¿no? -el conejo me miro acercándose más a mi. -Si... yo igual.

El conejo se subió a mi regazo.

-Ya se! Estemos solos juntos. -agarro al conejo y lo abrazo sin lastimarlo.





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A unos pocos metros se encontraba el inicio del pueblo, alzó al conejo poniendo su cara en frente.

-Mira este es el camino al pueblo -señaló al frente. El conejo movió su nariz.

La niña empezó adentrarse al pueblo, caminando y hablando con el conejo.

Señalando locales para que su nuevo conejo conozca.

-Ya verás, Anna y Marcos te adorarán -exclamo con una sonrisa.

Al estar frente al restaurante se dirigió al conejo.

-Este es el restaurante de Anna, ¿no es bonito?- sonrío. Entro al restaurante y camino directo a la cocina.

-Marcos! Anna! -saludó.

-Mocosa!- saludó Marcos se vuelta.

-Linda estuvimos esperándote ayer todo el día. -Anna se agachó para abrazar a la niña. Frunció el ceño al ver al conejo blanco.

𝐍𝐨 𝐥𝐚 𝐭𝐨𝐪𝐮𝐞𝐬 / One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora