Tenía 7 años cuando una pequeña chispa de esperanza se apoderó de mi cuerpo.
Tendría una familia en el futuro.
Una mamá y un papá.
Solo debía esperar.
Vendrán por mi.
O
Iré hacia ellos.
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Esa misma noche
Camine por los escombros de mi antiguo hogar, muebles rotos, la radio estaba hecho trizas al igual que todo lo que estaba dentro de la casa.
Suspirando la niña empezó a levantar los escombros intentando encontrar algo.
Nada por aquí.
Nada por haya.
Suspire decepcionada
No había quedado nada.
Empecé a caminar queriendo salir de la montaña de madera.
Me detuve al ver un papel arrugado del suelo.
Con cuidado lo levante, era una foto de una mujer en la playa, de mi isla, tenía un gran sombrero de paja cubriéndole del sol, traía un vestido blanco con flores moradas, la mujer era mi madre.
Sonreí, al menos tenía algo de ella.
Despacio doble guarde en el bolsillo de mí pantalón.
Me dirigí hacia el bosque donde me estaba quedando.
Daba pequeños saltos al caminar.
Estaba feliz, tenía al menos algo de mi madre.
Llegue al lugar donde me quedaba, era una pequeña cueva en el bosque, era pequeña, me cubría de la lluvia, era perfecta para mi.
Pegue los dibujos de mis futuros padres en la pared.
Me acomode en el suelo y me tape con la chompa de lana.
Rápidamente me quede dormida.
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Desperté en la playa.
Fruncí el ceño.
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