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Junio, 2024 | Capítulo doce "Campeón de Europa"
Juliet veía el cielo tornarse de naranja anunciando que un nuevo día estaba por comenzar, el anuncio que estaba por aterrizar la hizo despertar pues estaba llegando a Londres donde se jugaría la Final de Champions League.
Después de pasar por sus maletas, se encaminó a la salida buscando por su mejor amiga, Isabella, quien pasaría por ella para llevarla al hotel. El británico paso convenciendola por días para que se hospedara en el mismo lugar que ellos y no en la casa de su mejor amiga, no tardó mucho en aceptar. La rubia tenía una cara de pocos amigos cuando finalmente se reencontraron.
— Dile a Jude que lo odio — sonrió falsamente haciendo reír a su amiga.
— Te amo, eres la mejor — le dio un sonoro beso en la mejilla encaminandose al auto.
— Ya sube al auto pesada que te llevó con tu enamorado.
— Te lo compensare lo juro — unieron sus meñiques en señal de promesa.
Juliet no dejaba de enamorarse de Londres, era la ciudad de sus sueños y si tenía la oportunidad no dudaría en regresar. Dudo mucho en regresar a Madrid pero extrañaba mucho a su familia y quería ver a sus sobrinos crecer así que no se arrepentía de dejar la ciudad inglesa solo esperaba volver algún día.
— Servida estas linda, te veo para la Euro — se unieron en un abrazo de oso, como a ella le gustaba llamarle.
No se verían hasta en Alemania dentro de unas semanas, Isabella viajaba hoy a Ibiza junto a su novio, sino fuera por ello hubiera acompañado a su mejor amiga al partido. Al adentrarse al hotel fácilmente pudo visualizar al británico quien la esperaba impaciente en el lobby.
— ¡Juls! — Jude la esperaba con los brazos abiertos, la madrileña corrió hacia él y se hundieron en un abrazo. El mayor dejo un beso en su frente haciéndola sonrojar — ¿Isa?
— Cumplió con su función de uber y me dejó aquí, en unas horas sale su vuelo — explicó mientras se encaminaban a registrarse, Jude llevaba la pequeña valija de su casi novia.
Se registró simplemente para dejar sus cosas porque dudaba dormir esa noche ahí, Juls estaba muy segura de que Jude ganaría esta noche y no cabía más de la emoción, se adentraron en la habitación con la fémina tirándose directamente a la cama. Jude río ante su acción y se sentó en la orilla de esta.
— ¿A qué hora entrenas? — cuestionó mientras se acomodaba mejor.
— Hasta las dos y media — respondió el británico fijándose en cada uno de sus movimientos.
