𝟖𝟎 𝐃Í𝐀𝐒

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Antes de empezar quiero aclarar que los personajes y la historia son parte de mi imaginación, esto es una historia inventada. Sí te gustan las historias como esta te invito a seguirme ya que esta es la primera historia que hago ;) y sin enrollarme más os dejo con la historia, espero y os guste<3

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Unas horas antes...

—Ya te lo dije, mamá, voy a estar bien —le dije mientras estábamos en el coche de camino al aeropuerto.

—Lo sé, Kiara, pero ¿y si te pasa algo? —me dijo ella preocupada.

Se me olvidaba que a mi madre no le gustaba mucho la idea de que me fuera durante 80 días fuera de casa, pero a veces sentía que se alegraba por mí, ya que podía desconectar durante unos meses. Recién había salido de una relación algo tóxica y aún estaba rota por todo lo que él me había hecho, así que, ¿qué mejor manera de recuperarme que irme unos meses de vacaciones? 
Mi madre me acompañó hasta la puerta. Fue una larga despedida y, como era de esperar, llegaba tarde, pero aun así me dio tiempo a hacer lo que tenía que hacer y me tocó esperar a que llamaran a mi vuelo hacia Marruecos. Quería empezar por un destino cercano y claramente no iba a ser Francia. Abrieron las puertas para abordar el avión y me senté en el asiento que me correspondía. Momentos después, un grupo de chicos un tanto alborotados llegaron apresurados, ya que era la última llamada. Dos de ellos se sentaron a mi lado y los otros dos detrás.

—Madre mía, la que me espera —pensé mientras los miraba de reojo.

Uno de ellos no paraba de quejarse con su compañero de al lado. No pude escuchar bien, ya que estaba en mi mundo, y nada más despegar ya empezaron a molestar, pero lo dejé pasar.

—Bro, ¿eres tonto o qué te pasa? —dijo uno con acento andaluz. Era algo bajo, tenía barba y llevaba gafas negras.

Los demás solo se reían del chico, pero sobre todo uno, bastante alto, ya que sus rodillas chocaban con el asiento de delante. Su compañero también era alto, pero no tanto como él. Era moreno y bastante guapo, la verdad, pero ese no era el tema. Me sentí mal por el chico, pero yo lo estaba pasando peor por el ruido que hacían. Ni siquiera con los auriculares puestos lograba dejar de escucharlos.

—Perdona, ¿podrían callarse, por favor? —les dije un poco enfadada.

—Vale, lo sentimos —me dijo el alto, con ganas de reírse al escuchar la manera en la que lo dije.

Me estará tomando el pelo, pensé, pero decidí callarme, ya que el chico se había disculpado. Aún quedaba un poco para aterrizar, y tenía ganas de llegar al hotel, darme una vuelta por Marruecos y conocer un poco sobre su cultura. Los chicos seguían haciendo tonterías, pero decidí no decir nada, ya que no me estaban molestando demasiado. Al parecer, eran youtubers, ya que tenían cámaras gigantes, pero no les presté mucha atención y seguí con lo mío.

Al momento de aterrizar, todo fue bien. No llevaba muchas maletas, ya que sería complicado a la hora de viajar. En fin, cogí mi maleta y fui a hacer todo el trámite en el aeropuerto. Tardé un poco, ya que había mucha gente, pero cuando al fin pude salir, fui en busca de mi chofer para que me llevara al hotel. ¡Qué casualidad! Los mismos chicos de antes también estaban allí, pero ya se iban hasta que, de repente...

—Oye, ¿te llevamos? —me preguntó el alto de antes.

No los conocía de nada, pero me dieron la suficiente confianza como para irme con ellos, a pesar de lo ridículos que habían sido con sus amigos, así que no me quedó de otra.