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Llegamos por la noche a nuestro nuevo destino, cogimos la maleta y nos dirigimos al hotel. Estaba muerta de sueño, tenía los ojos cansados y no nos habían dado comida en el avión, así que, como supondréis, también estaba muerta de hambre.

Pedimos un taxi y nos fuimos al hotel. Como era de esperar, no había nada para comer y tampoco había nada abierto. No comí nada esa noche, mis tripas rugían, pero decidí aguantar. Me puse el pijama y me acosté a dormir, ya que se suponía que al día siguiente íbamos a tener unas actividades divertidísimas, o al menos eso decía Daniel.

Al día siguiente noté cómo alguien me quitaba las sábanas para despertarme.

—¿Qué cojones, tío? —dije enfadada y con voz ronca—. Déjenme dormir.

Me volví a tapar con la sábana y cerré los ojos, pero me las volvieron a quitar.

—Venga ya, que vamos tarde —dijo Daniel.

—Ya voy —respondí mientras me ponía un bañador rojo.

Salí, y las vistas eran preciosas. Vi a Plex grabando la intro de siempre, así que me fui con Adri y Borja a la lancha que habíamos alquilado por unas horas. Plex terminó la intro, y el encargado ya estaba enfadado.

—Vamos tarde como siempre —dijo, enfocando a Adry.

—¿Pero por qué me enfocas a mí? —dijo Adri riéndose.

—Será porque te quedas hasta tarde buscando españolas —le dije bromeando.

—Mira, Kiara, si yo hablo me cancelan —dijo, ya serio.

Me quedé blanca porque sabía a qué se refería. Dani me miró pensando que había sido yo quien le había contado algo a Adri. Pero decidimos pasar de ellos y nos pusimos rumbo a bucear con tortugas. Como no había comido nada, me comí una piña que me dio Dani; él era el único que sabía que no había comido nada.

Llegamos al lugar donde estaban las tortugas, nos pusimos las gafas de buceo y nadamos con ellas. No pude sacarme fotos con las tortugas, pero los demás sí lo hicieron.

—¿Sacaste fotos de las tortugas? —le pregunté a Jopa.

—No, pero Borja sacó un par. Pregúntale si te las pasa —me respondió.

Le pregunté lo mismo a Borja y me dijo que sí. Ya os imaginaréis cuál fue mi siguiente pregunta.

—Voy —me respondió él.

Tenía fotos de las tortugas, y luego regresamos al hotel. Había un grupo de pescadores en la orilla, acomodando los peces para que la gente viniera a sacarles fotos. No pasó mucho tiempo antes de que la gente se acercara.

—¿Sabes que ese pez? —dijo Plex, señalando a un pez aguja—. Salta y te mata. Cuando estuve en la isla me lo dijeron.

—¿Estuviste en una isla? —pregunté, metiéndome en la conversación.

—Sí, por 30 días —me respondió.

Me quedé asombrada. Al poco tiempo me aburrí de ver los peces y me fui a la piscina del hotel. Los chicos no tardaron en llegar, y estuvimos allí un buen rato hasta que decidimos entrar al apartamento a descansar, ya que al día siguiente por la noche íbamos a salir de fiesta. Durante todo el viaje alrededor del mundo, no habíamos salido.

Me quedé en el balcón con Jopa, tomando el sol. Había unos gatitos, y por suerte Jopa no los estaba molestando, lo que les permitió acercarse. Tuve la oportunidad de estar con ellos y pude sacarme algunas fotos, hasta que llegó Plex y los gatos se fueron asustados.

𝟖𝟎 𝐃Í𝐀𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora