Habían pasado casi diez años desde el día en que los Dursley se despertaron y encontraron a su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet Drive no había cambiado en absoluto. El sol se elevaba en los mismos jardincitos, iluminando el número 4 de latón sobre la puerta y avanzaba en su salón, que era casi exactamente el mismo que aquél donde Vernon había oído las ominosas noticias sobre las lechuzas aquella noche del uno de noviembre. Sólo las fotos de la repisa de la chimenea eran testimonio del tiempo que había pasado. Y aquel veintitrés de junio del 2011 (se vería en un rotulo la fecha), Harry James Potter estaba durmiendo, aunque no por mucho tiempo. Su tía quien era una mujer de treinta y tres años, rubia, alta y bastante delgada (aunque las cosa más destacable de ella era su larguísimo y estilizado cuello, que le era muy útil para espiar disimuladamente a los vecinos a través de las ventanas) lo despertó de malas maneras.
-¡Arriba! ¡A levantarse! ¡Ahora!-Grito con voz chillona Petunia. Harry se despertó con un sobresalto. Su tía llamó otra vez a la puerta de la alacena que había debajo de las escaleras.
-¡Arriba!-chilló de nuevo. Harry oyó sus pasos en dirección a la cocina, y después el roce de la sartén contra el fogón. El niño se dio la vuelta y trató de recordar el sueño que había tenido. Había sido bonito. Pero su tía volvió a la puerta.
-¿Ya estás levantado?-quiso saber.
-Casi-respondió Harry.
-Bueno, date prisa, quiero que vigiles el beicon. Y no te atrevas a dejar que se queme. Quiero que todo sea perfecto en el cumpleaños numero once de mi Duddy.
Harry gimió. El cumpleaños de su primo ¿cómo olvidarlo? Harry se levantó lentamente y comenzó a buscar sus calcetines. Encontró un par debajo de su pequeña cama y, después de sacar una araña de uno, se los puso. Ya vestido salió al recibidor y entró en la cocina. La mesa estaba casi cubierta por los regalos de cumpleaños de Dudley. Parecía que éste había conseguido la nueva tablet de Apple que quería, por no mencionar el segundo televisor y la bicicleta de carreras. La razón exacta por la que Dudley podía querer una bicicleta era un misterio para Harry, ya que Dudley estaba muy gordo y aborrecía el ejercicio, excepto si conllevaba pegar a alguien, por supuesto. El saco de boxeo favorito de Dudley era su primo, pero no podía atraparlo muy a menudo. Aunque no lo parecía, Harry era muy rápido y tenia buenos reflejos al igual que una excelente vista a pesar de prácticamente vivir en una oscura alacena. Harry era flaco y algo bajo para su edad, pero tenía un rostro ovalado que lo hacía bastante atractivo, labios carnosos, un abundante cabello liso de color castaño y ojos verdes brillantes. También destacaba su pequeña cicatriz en la frente, con la forma de un relámpago. La tenía desde que podía acordarse, y lo primero que recordaba haber preguntado a su tía era cómo se la había hecho.
-En el accidente de coche donde los borrachos inútiles que tenias por padres murieron-había dicho-. Y no hagas preguntas.
«No hagas preguntas»: ésa era la primera regla que se debía observar si se quería una vida tranquila con los Dursley
En ese momento Sirius Black al verlo exclamo sonriendo "Es igual a James"
"¿Cuál de los dos? ¿Tu amigo o el mío?" Pregunto Steve Rogers con sarcasmo
"A James Fleamont Potter" Le respondió Black ofuscado.-"Esta claro que Harry es hijo suyo no de tu amiguito con brazo de hierro"
"¡¡Este brazo metálico es parte del precio que he pagado por luchar en la segunda guerra mundial y dejarme los huevos por mi país,!!" Le respondió Bucky en el mismo tono
"¿Tienes problemas de vista? No conozco el rostro de su difunto amigo pero con lo que estoy viendo ese niño se parece mucho al James que esta aquí presente-Respondió Tony señalando al ex soldado del invierno
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¿Es Harry James Potter o Harry James Barnes?
FantasiaEl gran dilema moral de los viajes en el tiempo: ¿Qué cambiarías? ¿A quién salvarías y a quién matarías? Debería haber sido una pregunta fácil, una solución fácil, pero, de nuevo, Lily Potter debería haber sabido que nada era tan fácil. (La pelirroj...