Work.

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Eran las cuatro de la tarde, Thomas se dirigía a la casa de Newt para realizar el trabajo de ciencias.
-Hola Thomas, pasa, estás como en casa.-Dijo Newt al abrir la puerta y ver al castaño plantado tras ella.
-Gracias Newt.-Respondió Thomas mientras seguía al rubio hasta la sala de estar.
Los dos se pusieron manos a la obra, y no fue hasta que Thomas miró la hora que decidió despedirse del rubio.
-Newt, tengo que estar en casa antes de que anochezca, ¿seguimos mañana con el trabajo?-Dijo el chico con preocupación.
-Claro, sin problema, ¿mañana a la misma hora?-Contestó el rubio sin queja alguna.
-Aquí estaré.-Dijo Thomas mientras se levantaba del sofá y recogía sus cosas.
Newt acompañó a Thomas hasta la puerta y ahí se despidió del mismo.
Cerró la puerta con fuerza y se apoyó en ella dejando escapar un suspiro.
Sentía un vacío por dentro, Thomas le hacía reír como nadie lo hacía, era como un sentimiento que nunca había sentido antes, su relación con Thomas iba más allá que una simple amistad, era algo más profundo, era amor.

Newt estaba solo en casa, su madre llegaba tarde del trabajo, y su padre... mejor no mencionarlo.
No podía parar de pensar en aquel castaño, apenas había hablado con él y ya se había enamorado.
Se tumbó en el sofá y se cubrió con una extensa manta de color grisáceo. Cerró los ojos y se durmió en cuestión de segundos.

Newt abrió los ojos, un ruido muy molesto invadió sus oídos, era el despertador, se percató de que se encontraba en su habitación, lo cuál no tenía sentido porque se había quedado dormido en el sofá, pero no le dió más vueltas al asunto, se levantó de la cama con un fuerte mareo y se dirigió al servicio, allí se lavó la cara, lo cuál hizo que su mente se activase y que no se sintiera tan cansado.
Bajó a desayunar, se preparó un café con más cafeína de lo normal, se sentía más cansado de lo habitual. Agarró un bote de mermelada y la untó lentamente en una tostada de pan integral.

Se despidió de su madre y se dirigió a la parada del autobús, el cuál apareció a lo lejos a los pocos segundos. Newt se montó en el autobús y miró a su alrededor, entre toda esa gente se encontraba Thomas, tan atractivo como siempre, se dirigió a su asiento, al lado de su fiel amigo, Minho.
Minho notó que Newt estaba raro, Thomas lo observó y también notó algo extraño en él.

Cuando llegaron a la escuela, Newt no se apresuró en bajar del autobús, es más, se quedó esperando a que los demás se bajaran para no sufrir ningún accidente, Thomas también estaba esperando a que el autobús se quedase vacío, se acercó a Newt y le preguntó si se encontraba bien.
El rubio asintió con la cabeza.
Tenía los ojos rojos, y su cabello estaba despeinado, lo cuál era muy extraño en aquel joven, siempre solía ir repeinado, con el flequillo de lado, y con un pelo sobresaliente que descendía hasta su frente. Pero esta vez lucía una horrible imagen, sus ojeras se lograban ver a bastantes metros de distancia, su ropa no estaba bien acomodada, estaba arrugada y sucia.

Spiderman (a newtmas novel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora