La tensión en el apartamento de Seokjin y Taehyung había alcanzado su punto más álgido después de la conversación que mantuvieron la noche anterior. Seokjin, siempre calculador y reservado, no podía sacudirse la sensación de traición que lo invadía. Aunque las palabras de Taehyung parecían sinceras, la semilla de la duda plantada por Yoongi había echado raíces profundas en su mente.
Taehyung, por su parte, estaba herido por la desconfianza de Seokjin , pero al mismo tiempo comprendía que su matrimonio se encontraba en una encrucijada peligrosa. Durante días había intentado romper las barreras que Seokjin había levantado a su alrededor, pero en lugar de progresar, sentía que retrocedían, cayendo en un abismo de incomunicación y sospechas. Se había acostado esa noche sin saber cómo reparar la fractura que había surgido entre ellos.
A la mañana siguiente, Seokjin se despertó temprano, sintiendo el peso de sus pensamientos como una losa en el pecho. Se vistió en silencio, sus movimientos mecánicos, y evitó mirar a Taehyung, que aún dormía en la cama. Mientras ajustaba la corbata frente al espejo, su reflejo le devolvió la mirada de un hombre cansado, un hombre que empezaba a cuestionar si su control absoluto sobre su vida no era más que una ilusión frágil.
Finalmente, sin decir una palabra, salió del apartamento. Taehyung sintió la puerta cerrarse suavemente y se quedó mirando el techo, preguntándose cómo habían llegado a ese punto. Sabía que debía hacer algo para salvar lo que quedaba de su matrimonio, pero no estaba seguro de qué más podía intentar. Sabía que Seokjin necesitaba tiempo para procesar sus emociones, pero ¿cuánto más podría soportar la distancia que él insistía en mantener?
Ese día, Taehyung decidió no quedarse en casa. Necesitaba despejar su mente, y lo mejor sería mantenerse ocupado. Después de una ducha rápida y un café que apenas probó, salió a las calles de Gwangju sin un destino claro en mente. La ciudad, con su bullicio incesante y su ritmo frenético, le ofrecía un escape temporal de sus problemas. Sin embargo, mientras caminaba, se encontró desviando sus pasos hacia la galería de arte donde había conocido a Yoongi.
El lugar estaba tranquilo, casi desierto a esa hora de la mañana. Taehyung recorrió las salas, observando las obras de arte sin realmente verlas. Su mente estaba en otro lugar, luchando con las dudas y los miedos que habían tomado residencia en su corazón. Se detuvo frente a una pintura abstracta, una maraña de colores que reflejaba el caos en su interior.
—No esperaba verte aquí tan pronto —dijo una voz conocida a su lado.
Taehyung se giró, sorprendido de encontrar a Yoongi de pie junto a el, una sonrisa cálida en su rostro.
— Yoongi —dijo, su voz cargada de emociones contenidas—. No sabía que estabas aquí.
—Vengo a menudo cuando necesito pensar —respondió él, sus ojos buscando los de Taehyung—. Pareces preocupado. ¿Está todo bien?
Taehyung dudó por un momento. Sabía que hablar con Yoongi podría complicar aún más las cosas, pero al mismo tiempo, necesitaba desahogarse. Con un suspiro, decidió ser honesto.
—Las cosas con Seokjin no están bien. Está convencido de que hay algo entre nosotros, y no sé cómo hacerle entender que no es así —dijo, su voz temblando ligeramente.
Yoongi lo escuchó en silencio, asintiendo lentamente.
—Lo siento, Taehyung. No quería causarte problemas. Solo pensé que debía ser honesto contigo, y ahora parece que he empeorado las cosas —respondió, su tono genuino.
—No es tu culpa, Yoon. Jin es… complicado. Siempre ha sido difícil para él confiar en las personas, y ahora parece que todo se está derrumbando —dijo Taehyung, sintiendo una oleada de frustración—. No sé qué hacer.
Min lo miró con compasión, y por un momento, el silencio entre ellos fue cómodo, como si ambos entendieran el peso que cargaban. Finalmente, Yoongi habló, su tono más suave.
— Tae, mereces ser feliz. No quiero que te sientas atrapado en una situación que te hace infeliz. Pero también sé que amas a Seok, incluso si él no puede verlo ahora. Tal vez solo necesite tiempo para darse cuenta de lo que tiene a su lado.
Las palabras de Yoongi resonaron en el corazón de Taehyung. Sabía que tenía razón, pero la idea de esperar sin saber si las cosas mejorarían la llenaba de incertidumbre. No obstante, se aferró a la esperanza de que Seokjin, de alguna manera, se daría cuenta de lo que estaba en juego.
— Gracias, Yoonie. Aprecio que me escuches —dijo finalmente, forzando una sonrisa.
Yoongi le devolvió la sonrisa y asintió.
—Siempre estaré aquí si necesitas hablar, Tae. No olvides eso.
Después de una breve conversación más, Taehyung decidió regresar al apartamento. Mientras caminaba, se dio cuenta de que había llegado a una decisión: no se rendiría. Si Seokjin necesitaba tiempo, se lo daría, pero no se alejaría. Lucharía por su matrimonio, porque a pesar de todo, sabía que lo amaba, y no podía renunciar a él tan fácilmente.
Al llegar al apartamento, encontró a Seokjin en su despacho, revisando unos documentos. Él alzó la vista brevemente cuando el entró, pero no dijo nada. Taehyung, decidido a no dejar que el silencio los separara aún más, se acercó a él.
— Seokjinnie, quiero que hablemos —dijo, su voz firme pero tranquila.
Seokjin suspiró, dejando los papeles a un lado. Sabía que este momento era inevitable.
— Taehyung, no estoy seguro de que haya mucho más que decir —respondió, su tono cansado.
—Hay mucho que decir, Jin —replicó el, sentándose frente a él—. Sé que estás enfadado y desconfiado, y lo entiendo. Pero lo que no entiendo es por qué te niegas a dejarme entrar. Si este matrimonio va a funcionar, necesitamos ser honestos el uno con el otro, y eso significa que tú también debes confiar en mí.
Seokjin lo observó en silencio, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de emociones que Taehyung 4no podía descifrar. Finalmente, habló, su voz apenas un susurro.
—No es fácil para mí, Taehyung. No sé cómo hacerlo. Toda mi vida he dependido de mí mismo, de mi juicio, de mi control. Y ahora… todo parece estar fuera de control —admitió, bajando la mirada.
Taehyung sintió una punzada de dolor al verlo así. Por primera vez, Seokjin estaba dejando ver una parte de sí mismo que había mantenido oculta durante tanto tiempo.
—No tienes que hacerlo solo, Seokjin. Estoy aquí, y quiero estar aquí para ti, si me lo permites. Pero no puedo hacerlo si me mantienes a distancia —dijo el, colocando una mano sobre la suya.
Seokjin alzó la vista, encontrándose con los ojos de Taehyung. Por un momento, el peso de sus responsabilidades, de sus miedos, parecía menos abrumador. Su mano apretó suavemente la de el, y en ese pequeño gesto, Taehyung sintió que había logrado abrir una brecha en la muralla que Seokjin había construido a su alrededor.
—No sé si puedo cambiar, Tae —dijo finalmente, con honestidad—. Pero si estas dispuesto a intentarlo, entonces yo también lo haré.
Taehyung sonrió, aliviado por esas palabras. Sabía que el camino que tenían por delante no sería fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que había una posibilidad de construir algo real entre ellos.
—Eso es todo lo que pido, Seokjin. Que lo intentemos juntos —respondió, sintiendo que una nueva esperanza comenzaba a nacer en su corazón.
Mientras se quedaban en silencio, compartiendo ese momento de comprensión mutua, ambos sabían que aún tenían mucho por superar. Pero ahora, con la decisión de enfrentar sus miedos y sus inseguridades juntos, el futuro parecía un poco menos incierto, y quizás, por primera vez, lleno de posibilidades reales.
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El Amor No Estaba En El Plan | Taejin
RomanceKim Seokjin es un CEO multimillonario acostumbrado a tener el control absoluto sobre su vida y a obtener todo lo que desea. Egocéntrico y frío, su única prioridad es el éxito de su imperio empresarial. Pero su mundo perfecto se tambalea cuando, por...