parte 2

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- Inuyasha.- se dirigió a él su hermano, sentándose frente al shoji aún abierto de par en par frente a la famosa Dama del Norte.

- Sesshomaru.- respondió el semidemonio, usando el mismo tono falsamente servil con el que le habían hecho aquella traicionera invitación.

Ya exasperado su hermano dejó escapar un breve suspiro - Esta conversación será privada y no oficial. Tú vienes. Conoce a la Dama del Norte, Leopardo de las Nieves. Sayuri Don.-

Así como la mujer no se levantó ni dijo una palabra, Inuyasha hizo lo mismo, limitándose a un asentimiento que ciertamente iba en contra del protocolo.

De todos modos, no debería haberle importado mucho la etiqueta porque después de una breve mirada volvió a tomar sorbos de su té.

- Sayuri, este es el segundo hijo de mi padre. Como te decía Inuyasha está aquí desde la batalla contra los Tōsandō y me honra con sus preciosos consejos y su preciosa aura todos los días.-

- El placer es todo mío, hermano.-

Sesshomaru asintió con la cabeza, indicando el lugar a su lado.

Una vez que se sentó, el poderoso olor a alfa mezclado con el de la leche materna casi lo mareó. El rastro de esa mujer era tan intenso que le dolía la nariz, pero no era ese combo lo que le molestaba, era el tercer aroma. Luto.

La youkai de la Dama del Norte estaba tan enredada en una espiral de pérdida y dolor que casi oscurecía la inmensidad de su fuerza como Daiyoukai.

No estaba muy bien.

Como alfa, el nacimiento la había afectado enormemente: una ligera capa de sudor brillante le perlaba la frente, sus hombros estaban semidescubiertos y su labio superior estaba maravillosamente regordete. Su cabello, una masa espesa y salvaje, se pegaba a los contornos de su rostro como pequeñas serpientes húmedas.

- ¿Por qué estoy aquí? - preguntó el medio demonio.

No le gustaba estar tan cerca de un demonio de esa magnitud. De hecho, todo olía demasiado a emboscada y como no era lo suficientemente refinado como para enmascarar su evidente descontento decidió que más le valía ir directo al grano.

Después de todo, ¿por qué introducir extraoficialmente un medio demonio en la casta más alta del sistema youkai si no había motivos ocultos?

- Como bien sabes, estas celebraciones son una forma delicada de celebrar reuniones con fines políticos. Llevas aquí el tiempo suficiente para saber que ninguno de los clanes de aquí ha venido por el placer de simplemente tomar una copa en compañía.-

¿Con un anfitrión tan cálido y hospitalario?

- Continúa.-

Sesshomaru miró brevemente a Sayuri Don, todavía completamente concentrado en sorber su té. Totalmente ausente.

- La Dama del Norte se encuentra en una situación incómoda. Está obligada por su función y estatura a asistir a la mayoría de las reuniones. Ya sé cómo piensas - cortó de raíz las protestas de su hermano, levantando una mano - Pero Sayuri Don es la alfa de su casa, no es sólo la madre y la regente del Norte. El hecho de que el nacimiento de la pequeña haya ocurrido hace menos de dos días poco importa para nuestras costumbres.-

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