Polvareda

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      Había pasado una semana desde esa tarde, la tarde que su mente se empeñaba en rememorar. Aún podía oír al hombre diciendo "Ella está viva" Quién diría que escuchar la voz de un completo extraño sería la mayor fortuna de su vida. Cuando sus lágrimas dejaron de empañar sus ojos, y su mente hizo menguar la aflicción que lo invadía, vio los dedos del hombre en la pequeña y pálida muñeca de Penélope. Acto seguido, otra persona la arrebataba de sus brazos llevándola lejos de él. Colin caminó tras él a toda velocidad y su cabeza comenzó a palpitar, sus manos temblaban y alguien tomó uno de sus brazos sosteniéndolo, estaba aturdido, aunque sabía que la persona a su lado intentaba decirle algo, no entendió una palabra. Se dejó guiar hasta el carruaje donde subían a Penélope, y entonces se dio cuenta que el hombre quien sostuvo en sus brazos y condujo a Penelope al carruaje era Benedict, y el que lo llevaba a él del brazo era Anthony.

-Colin hemos traído al Médico, él irá junto a Benedict para acompañar a Penelope y tú irás conmigo - La voz de su hermano llegaba a sus oídos, pero no entendía del todo, solo pudo ver que el carruaje en el que depositaron a Penélope comenzaba a moverse-

-¿A dónde la llevan Anthony? -Preguntó sin dejar de mirar el camino por donde la polvareda se elevaba creando un manto que nublaba su visión-

-El Médico ha dicho que Penelope tiene el pulso muy débil, ha perdido mucha sangre Colin -Bajó su cabeza- hay pocas posibilidades de que viva.

-Yo debía ir con ella -Anthony sujetó a un Colin desorientado con fuerza-

-Tiene una herida de la que se deben encargar, tú también tienes una -Señaló su frente- Estas sangrando. No es muy grave parece. Por fortuna no obtuviste demasiadas lesiones, pero Penelope -Tragó haciendo una pequeña pausa- Ella recibió todo el impacto, parece que un trozo de madera se incrustó en su costado, y Colin, también sangra su frente -Escuchaba la voz de su hermano retumbar en sus oídos, era como si cada palabra chócaba y estallaba en su cabeza, aún permanecía el leve zumbido y el dolor crepitante incrementaba, veía la sangre en sus manos ¿Era la suya propia o la de Penélope?

-Debo, yo debo verla -Su hermano asintió y comenzaron a moverse hacia los caballos, Colin giró su cabeza y la escena le destrozó el alma. Vio el despeñadero del que cayeron, la madera destruida de lo que fue un carruaje, las llamas avivandose junto a las posesiones de ambos. Libros de Penélope esparcidos por doquier, hojas y plumas sobrevolando, la sangre, el enorme charco de sangre, sangre de Penélope. No pudo evitar llorar de nuevo, sintió que de alguna forma todo lo que habia pasado le habia hecho abrir los ojos, habia sido arrastrado a la vida real, su mundo habia dado un giro y la muerte golpeó su puerta. Lloraba como un niño a las espaldas de su hermano, abrazándolo con fuerza mientras intentaban seguir el carruaje en su caballo. Lloraba porque sabía que si Penélope hubiese muerto la culpa lo acabaría, lloraba porque las lágrimas eran como un diluvio que parecía no tener fin, lloraba porque se sentía minúsculo, diminuto ante la gran culpa que lo arrastraba. Fue un llamado de atención que despertó cada parte de él, nunca se había sentido más perdido pero vivo como en ese momento, porque la misma muerte se escurrió entre sus dedos, y supo que él tiempo y la vida podían desaparecer con tan solo el rápido unir de sus párpados.

       El sol bajaba y se ocultaba en el horizonte, los ojos de Colin se cerraban mientras el naranja, amarillo, y azul se dibujaban entremezclados en el cielo, pensó que ese era el color de su cabello, en que ese era el color de sus vestidos, aquel era el azul de sus ojos. Su vista se apagó y su agarre se volvió débil en la espalda de su hermano, todo daba vueltas -¡Colin!- Escuchó en la lejanía -¡Colin! -Y todo se volvió negro a su alrededor, sus sentidos se vinieron abajo, ya no fue consciente de sí mismo.

...

       Colin abrió sus ojos, las cortinas se mecían, sentía el aire chocar contra su rostro y la luz lo hizo entrecerrar su vista. Escuchó pasos, voces tras la puerta y la vio abrirse, unos pequeños dedos se asomaron al bode de la madera y vio unos pequeños pies flotando junto a tela amarilla. Ella detuvo su cuerpo en el Umbral de la puerta, su vestido caí y fluía hasta el suelo sin cubrir sus pies, su cabello se esparcía en ondas sueltas sobre sus hombros, brillaba cual cobre ante la luz y sonrió, ella le sonrió con esas dos esferas incrustadas en sus ojos brillantes. Sus labios pronunciaron palabras que no llegaron a sus oídos y sus pies avanzaron hacia él. Ella era como las hadas que se describían en las historias, como una ninfa que se paseaba y su refulgencia se extendía por toda la habitación -¿Colin estas bien? Sintió su tacto, sus delicadas y suaves manos sobre su brazo -¿Colin? Sus labios se separaron y cayeron sobre los suyos, su aliento era cálido y la felicidad recorrió cada fibra de su ser-

-¿Estas bien? -Ella asintio-

-Lo estoy Colin -Sus labios le obsequiaron la más hermosa sonrisa-

-Perdoname Penélope

-¿Perdonarte por qué? -Su lindo rostro en confusión lo enterneció-

-Todo fue mi culpa -Ella agitó su cabeza y tocó su frente-

-Estas sudando Colin -Él llevó su mano a la suya y sintió la humedad en ella, al bajarla su corazón comenzó a acelerarse, buscó a Penélope pero ya no estaba, sus manos estaban llenas de sudor, y al verlas sus ojos se abrieron, era sangre, en sus manos, en las sabanas; Bajó de la cama de un saltó y corrió hacia el pasillo, la llamó por su nombre, gritó su Nombre ¡PENÉLOPE! Escuchó su risa como un susurro y la vio correr en el pasto verde del jardín -Estoy Aquí Colin, Aquí- Él corrió tras ella, la persiguió hasta que llegó a un camino de tierra y sus pies se detuvieron al ver el despeñadero, tendió su cabeza viendo la planicie donde había estado el carruaje y la vio, el cuerpo de Penélope, su cuerpo en medio de la sangre.

     Colin abrió sus ojos, pasó saliva y se enderezó en su cama, había sido una pesadilla, todo fue solo una pesadilla. Se puso en pie y se vistió de inmediato, debía ver a Penélope, él debía hablar con ella. Caminó por los pasillos y encontró la puerta de su habitación, él la abrió sin preguntar y la vio dormida sobre su cama, caminó hasta ella y un hombre apareció frente a él -Veo que ha despertado Señor- Colin lo observó unos segundos sin responder y miró a Penélope ¿Esos eran Hematomas? Había círculos morados en sus mejillas y brazos, una venda cubría su frente y -

-Colin debes regresar a tu habitación -Su madre corrió hasta él e intentó tomar sus manos- Estas muy débil, debes recostarte y recuperar tus fuerzas-

-Madre ¿Qué sucedió? -Violet pasó sus manos por las mejillas de su hijo y sus ojos se húmedecieron-

-El carruaje Colin ¿No lo recuerdas? -Colin dio dos pasos atrás, agitó su cabeza y Violet intentó acercase -

-Fue un sueño, todo fue un sueño -El Médico caminó hasta él y sus ojos verdes se encontraron con los suyos, una mirada pétrea lo arropaba mientras le expresaba algo de consuelo con una sonrisa-

-No fue un sueño Señor Bridgerton, lleva dos días inconsciente desde el suceso -Giró su cara hacia Penélope- Al igual que su esposa -Colin corrió hasta Penélope, él tenía la intención de arrojarse sobre su cuerpo y hacerla volver de su estado, pero el cuerpo de Eloise se interpuso. Su hermana lo alejó con fuerza y la escuchó gritar-

-Colin no la toques -Los labios de su hermana temblaban y la vio caminar hasta él para romperse entre sus brazos, los sollozos de Eloise lo asustaron, ella nunca lloraba, Eloise jamás lloraba -No sabemos como es que aún respira Colin, ella tal vez no despierte, ella -Colin abrió sus ojos y giró su cabeza en dirección al médico junto a ellos-

-¿Ella no despertará? -El hombre esquivó su mirada y ajustó el moño en su camisa-

-Es bueno que tome asiento, su cuerpo está débil y no ha provocado bocado en dos días, usted debe estar tranquilo, tiene arcos costales rotos.

-Quiero saber que sucede con ella -Eloise lo condujo hasta una silla y él se dejó caer mientras miraba con atención al hombre esperando su respuesta-

-La Señora Bridgerton recibió incontables golpes, tiene una fractura en uno de sus brazos y dos heridas las cuales casi la hacen morir desangrada -Sintió la mano de Eloise apretar la suya- Una en la parte posterior de su cabeza, la cuál suponemos la ocasionó una roca, y otra herida profunda en uno de sus costados que requirio puntos. No hubo daño de algún órgano importante, o eso creemos, aún asi, no descartamos el desprendimiento de algun órgano o las repercusiones internas que pudo haber ocasionado la caída -Bajó su cabeza- Ella puede respirar Señor, pero no sabemos si despierte -Los ojos de Colin se llenaron de lágrimas, no podía apartar la mirada de ella " Ella puede respirar Señor, pero no sabemos si despierte" Un hombre y una mujer atravesaron la puerta, él caballero llevaba una maleta la cuál dejó a un lado de Penélope, la abrió y sacó se ella gasas e instrumentos metálicos, la mujer retiró las sabanas que cubrían a Pen y su mirada cayó sobre los Hematomas en sus piernas, habían rasguños y raspaduras en su suave y blanca piel y Eloise haló su brazo haciéndolo levantarse-

-Debemos salir -Dijo con los ojos húmedos- Colin no debes ver esto -Lo empujó hacia la salida y su madre cerró la puerta tras ellos. Eloise lo condujo a su habitación y él intentó tomar su mano, en ese momento se dio cuenta que su dorso estaba envuelto en vendas y sintió malestar con el solo hecho de respirar -¿Te sientes bien Hermano?

-¿Qué sucedió? Dime ¿Cómo fue? -Eloise lo condujo a su habitación sin decir nada y lo hizo sentarse al borde de la cama-

-Traeré a Ben y Ant, ellos saben lo que sucedió, yo solo puedo contarte de los sucesos desde que bajaron a Penélope del Carruaje-

-Quiero saber todo El -Su hermana asintió y salió de la habitación, Colin recordaba el momento en que salieron de Aubrey Hall, recordaba su discusión y luego todo estuvo negro hasta que la vio tirada en el suelo y pensó que estaba sin vida, pero -¿Qué Hice? -Se tiró el cabello con fuerza, mientras bajaba su cabeza a la altura de sus piernas, él despertó pero ella no, ella no quería dejar a su familia y él la obligó a hacerlo, sentía que la oscuridad hacia nidos en su mente, sus culpas se posicionaban una sobre otra y caían sobre su espalda con fuerza, una gota cayó al suelo, observó como la lagrima que se escapó de sus ojos formó un círculo en la madera, estrujo sus manos en sus rodillas y golpeteo su pie sobre el piso -Ella tiene que despertar- Un leve toque se escuchó en la puerta y pasó su mano con brusquedad por sus mejillas deshaciéndose de las lágrimas -Adelante

-Col ¿Estas bien? -Anthony y Benedict entraron sin hacer ruido y ambos lo miraron con preocupación-

-¿Quiero saber cómo pasó todo? Yo necesito entender -Benedict se sentó junto a él al borde de la cama y puso una de sus manos en su hombro, mientras Anthony solo se quedó de pie frente a él-

-Ambos se fueron, Hyacinth nos dijo que te vio a tí junto a Penélope subiendo al carruaje. Nos preocupamos, no sabíamos la razón de su partida, pero pensamos que había sucedido algo con alguna hermana de Pen. Una hora después uno de los cocheros llegó a la puerta, nos informó del suceso y ambos corrimos -Benedict observó los ojos de Anthony- Cuando llegamos allí tú estabas abrazado a Penélope, Benedict y yo pensamos lo peor.

-Pero entonces el médico tomó su pulso y dijo que aún vivía- Habló Benedict- Era necesario traerla a toda prisa a Aubrey Hall debido a su grave condición, así que la tomé en mis brazos y la subí al carruaje. Hermano, nunca vi tanta sangre como ese día -Anthony negó con su cabeza-

-Yo te traje en mi caballo hasta que te desmayaste, casi caes de él -Colin lo miró unos segundos-

-¿Qué sucedió cuando trajeron a Penélope? -Benedict habló-

-Penélope iba a ser trasladada a un hospital, necesitaba una transfusión de sangre y necesitaba más Médicos que la ayudasen -Tragó- Anthony se encargó de trasladar todo lo necesario aquí y a dos médicos más para que la ayudasen.

-El tipo de Sangre de Pen es el mismo de Benedict, Daphne y Eloise, para nuestra fortuna algunos vecinos vinieron a preguntar si necesitábamos ayuda y se logró reunir a más personas con su tipo sanguíneo.

-Ella estuvo a punto de morir Col, todos pensamos que lo haría-Anthony reprendió a Benedict con la mirada-

-¿Por qué dicen que puede que no despierte?

-El golpe en su cabeza Col, él médico dijo que aunque sólo llevó unos puntos, fue demasiado fuerte. Ambos cayeron desde una altura considerable -Colin estaba con la mirada perdida, sus manos no paraban de moverse sobre sus rodillas, ni su pie de moverse sin control contra el suelo-

-Todo ha sido mi culpa -La voz de Colin fue un susurro y ambos hermanos se quedaron perplejos, algo le pasaba a Colin, él no se veía bien-

-Ve por Daphne -Anthony tomó a Benedict por el brazo y lo envió por su Hermana-

-¿Por qué dices que es tu culpa? Tú adoras a Penélope Colin, tú nunca le harías daño -Las palabras eran como estacas enterándose en su corazón-


-Si despierta me odiara y si no despierta yo moriré-El dolor se apoderó de cada uno de sus músculos y su voz se quebró- Yo fui, yo fui -Se golpeó el pecho- Ella no quería, no lo quería -Anthony le tomó los brazos y lo abrazó, Colin no paraba de, de susurrar que era por su causa y él no tenía idea de cómo ayudarlo-

-Colin tú no sabias que pasaría todo esto, no es tu culpa

-Ella no, debo verla y decirle ¿Pero y si nunca vuelve a despertar? -Daphne entró a la habitación de su hermano y lo arrebató de los brazos de Anthony. Colin se acurrucó a Daphne y comenzó a llorar, sus sollozos causaron escalofríos en Anthony, hace dos días cuando venía tras él en el caballo, sabía que estaba llorando, pero la manera en que lo hacía ahora le desgarraba el alma, solo pudo salir de ahí con la visión de Colin destrozado por la posible pérdida definitiva de su Esposa-

...

Dos meses después


   Colin había sanado, sus fracturas ya no eran un problema, aunque aún dolía cuando hacía muchos movimientos. Habían sido los meses más largos. Estar junto a la cama de Penélope parecía ser lo único que tenía sentido. Todos habían regresado a Mayfair, a excepción de él y Eloise, quienes permanecían junto a Penélope. No podían trasladarla a Londres, al menos no aún, el médico recomendó esperar un mes más y eso hicieron. Colin no había dejado su culpa a un lado, al contrario, estaba en una especie de circulo de autodestrucción, no comía, no dormía y el alcohol se había vuelto lo único que lograba hacerlo olvidar todo.

     Solo bebía por las noches, cuando la Doncella de Penélope aparecía y se disponía a vigilar a su Dama. Él entraba a su habitación y bebía hasta quedar inconsciente y a la mañana siguiente sólo tomaba el desayuno y entraba a la habitación de Penélope, a observarla por supuesto, pasaba horas y horas sentado frente a su cama, detallando como su respiración era lenta y pausada, admirando como sus pestañas sobresalían de sus párpados y como los Hematomas cambiaban de color hasta que desaparecieron de ella, ya no había venda en su brazo, ya no había venda en su cabeza, solo había demasiado silencio.

    Con el pasar de los días descubrió que no gozaba de paciencia, tenía demasiado miedo de que ella abrirá sus ojos y que lo odiase, pero también había deseado con todas sus fuerzas que lo hiciera. Quería ver sus ojos, quería que le gritara, anhelaba que ella se levantara de esa cama y le arrojara un jarrón, pero con cada anochecer la esperanza se veía disipada. Soñó con ello, tantas veces que a veces creía que era real, y es que aunque él médico decía que aún podía despertar, él estaba comenzando a creer que jamás lo haría.

    Colin vio a Rae entrar a la habitación de Penélope, se inclinó y caminó hasta su Señora, él pasó sus ojos por Penélope y le dio la espalda a la joven para salir de allí, caminó hasta su habitación, sus ojos se posaron sobre un pañuelo blanco, era de ella, tenía su aroma, o lo tuvo. Caminó hasta la mesa donde una botella de licor aguardaba y deslizó su mano por ella, giró la tapa y la acercó a su boca haciendo que el primer trago quemara su garganta, maldijo por lo bajo y se llevó la botella de nuevo a la boca. La puerta comenzó a ser tocada, la fuerza con que lo hacían lo sorprendió y dejó la botella a un lado para abrir a quien fuese, vio a Eloise con los ojos Húmedos y una sonrisa que no sabía si era de Felicidad o preocupación, y la escuchó tartamudear-

-Ella despertó 

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Me perdí un poco en este Capítulo, disculpen mi desaparición. Prometo no tardar tanto con el proximo.


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