Segundo Escalón

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          Colin estaba comenzando a no entender sus propios sentimientos, sabía que quería a Penélope, sabía que no podía vivir sin ella y también, se sentía tan atraído por ella que todos sus recursos y pensamientos quedaban reducidos a nada con solo tenerla frente a él. Esa cena fue diferente, ella le habló, ella le sonrió, puede que fuese una actitud fingida, pero, aunque con malicia, ella tomó su mano entre las suyas. Penélope se sonrojó por él, ella lo besó.


    Muchas veces no se  entendía a si mismo, el por qué hacía las cosas, era algo propenso a equivocarse y dejarse llevar por sus sentimientos. Colin sabía que era un ser humano que podía equivocarse, pero también se juzgaba a sí mismo con mucha rudeza cuando lo hacía.

     Esa tarde, cuando ella le pidió que la entendiese, cuando sus ojos vieron los suyos con extrema profundidad y franqueza, pudo entender que nadie lo había visto de esa forma. Ella tenía la capacidad de sumergirte en el azul de sus ojos y Colin deseaba ahogarse en ellos. Lo miró suplicante, con el peso de lo que sus obras le habían causado. Podía sentir su corazón volverse diminuto, sabía que sería capaz de darle su vida entera si ella lo pidiera y ese fue el momento en que sus recuerdos cayendo del Carruaje, y su cuerpo helado lo hicieron añicos. Ella estaba junto a él, ella aún vivía, no debía forzar todo e intentar que ella olvidara los terribles sucesos de forma tan fácil, porque, así como él creyó que moría al sostenerla en sus brazos, ella también perdió demasiado esa noche.

-Haré lo que pides Pen -Ella lo miró unos segundos y desvió su rostro a su plato-

-No sé si entiendas lo que estoy pidiendo -La vio tomar el tenedor y jugar con el Venado en su plato-

-Quiero que tengas tu espacio, quiero ser de ayuda y no es mi intención hacer que te sientas incomoda, ni seguir causándote daño -Penélope asintió-

-Aceptaré que compartas la alcoba conmigo -Él la observó de inmediato- Pero hoy no, pediré a Rae que lleven algo para que puedas dormir -

-Lamento haberme tomado atribuciones esta noche 

-Has dicho que no sucederá nuevamente, confío en que no romperás tu promesa. Pero Colin, en el momento en que mi madre retorne a casa, deberás volver a tu recamara.

-Lo entiendo -Él le dio la espalda, no sin antes girar su cuello en dirección a ella y decir -Cuando desees dormir, manda por mí y vendré a llevarte a tu habitación -La mujer asintió y continuó con su cena. Hubo demasiado silencio, solo el ligero tintineo de su cubierto cortando la carne-

-Señorita, si el Doctor que trae su madre es tan bueno como ella dice, usted podría caminar de nuevo -Rae se paró a su lado. La mente de Penélope iba a toda velocidad, ella había pensado en todo, en sus planes a continuación. Se iría con Portia y regresaría a Mayfair, dejaría a Colin. Si él no quería darle la Anulación, ella no permanecería junto a él de todas formas.

    Estaba segura de que él encontraría a una dama apropiada con el tiempo, y que conseguiría que él solicitase la Anulación, y también sabía que ella no se enamoraría de nuevo, al menos eso pensaba, en especial si no volvía a caminar en un futuro proximo. Levantó su vista del plato y vio a su doncella -Pide al Mayordomo que me suba a la recamara- Rae negó con su cabeza-

-Sabe que no puedo hacer eso

-Rae, hazlo

-Pero Señorita -Penélope elevó su mano y la hizo detenerse-

-El no hará nada, y si se enoja lo hará conmigo, yo soy quien lo está pidiendo -La chica se apresuró e hizo lo que Penélope solicitó. No tardó mucho para que el hombre apareciese -

-Señora -El se inclinó- Yo no puedo hacer lo que pide

-Mi Esposo se ha ido a descansar, creo que puede usted ayudarme

-No es por eso, si no más bien, por el hecho de que nunca he cargado a nadie en mis brazos  -Penélope le sonrió-

-¿Podría intentarlo? -El hombre asintió y la elevó algo tembloroso, comenzó a caminar con ella y después de un momento sus pasos se volvieron firmes y su rostro sereno, hasta que vio las escaleras -¿Qué sucede?

-Podría sujetarse más Señora -Penélope asintió y pasó su otra mano por su cuello. El hombre se tambaleó un poco al pisar el primer escalón, los ojos de Penélope se abrieron y Jadeo al ver el susto en el rostro del Hombre-

-Detente -Dijo ella cuando pisó el segundo escalón, el hombre se tambaleó de nuevo, Evie iba tras ellos y comenzó a decir que llamaría al Señor, a lo que Penélope se negó con vehemencia. El mayordomo bajó un escalón e intentó tomar impulso hacia el siguiente, y fue cuando su pie se dobló. Penélope Gritó con fuerza mientras ambos caían, su vestido se alzó en el aire y el hombre apretó sus manos intentando sostenerla. Evie saltó intentando sostener a Penelope, pero no sirvió de nada. Lo siguiente que ella sintió fue dolor, mucho dolor en uno de sus pies, cuando levantó su cabeza que afortunadamente cayó en el pecho del mayordomo, vio que su tobillo  quedó enredado entre las barandillas de las escaleras, esa fue una fatídica idea.

...

     Colin estaba en su escritorio leyendo uno de sus diarios, había terminado uno y quería continuar con el siguiente. Cuando escuchó un grito en el piso inferior que lo sacó de su ensimismamiento. Recordó que Penelope aún estaba abajo y casi echó la mesa al suelo intentando llegar a la puerta, corrió hasta las escaleras y en ese momento su sangre se congeló, Penélope estaba tirada sobre el mayordomo, mientras Rae intentaba moverla. Por todos los cielos, ella intentó subir sin él y todo había sido un completo desastre, bajo las escaleras a toda prisa y la tomó en sus brazos para permitir que el otro hombre se pusiese en pie -¿Qué es lo que sucedió? -Penélope estaba temblando, sus ojos completamente rojos y Rae solo agitó su cabeza asustada- Ustedes dos ¿Cómo dejaron que esto pasara- Colin acercó a Penélope a su cuerpo y la levantó de un tirón-

-Señor esto fue, yo -El hombre intentó excusarse y la voz estridente de Colin lo hizo callar-

-Se supone deben cuidarla -Caminó hacia el sofá y bajó a Penélope que aún seguía sin decir una palabra- Ustedes dos debían llamarme, esto es inaudito ¿Cómo pueden ser tan negligentes con mi Esposa -Colin centellaba de ira mientras envolvía a Penelope de forma protectora-

-Colin -La voz de Penélope salió entrecortada-

-No sé en qué estaban pensando ¿De dónde cayeron? -Él miró al mayordomo con una ira que parecía incontrolable-

-Colin -Penélope volvió a repetir-

-¿De dónde cayeron he preguntado? -Gritó-

-Yo fui quien le pidió que me llevara -Dijo lo más fuerte que pudo- Ellos no querían, yo los obligué a hacerlo- El hombre giró su cabeza en dirección a ella y se puso de rodilla, tomó sus muñecas y las levantó inspeccionando sus manos, brazos y codo -

-¿De dónde cayeron Penélope? -Los ojos de ella vagaron entre todos los presentes en la habitación y respondió-

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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