Primeras impresiones

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El primer mes de clases había pasado volando. Valentina, Mariel, Nani, y Jossi ya se sentían cómodas en su rutina universitaria y cada vez más unidas. Sus días se llenaban de risas, largas charlas en el comedor estudiantil, y apoyo mutuo mientras navegaban por las exigencias académicas.

Sin embargo, en medio de esta nueva normalidad, empezaron a surgir emociones inesperadas.

**Valentina y el Profe Antonio**

Valentina siempre había sido reservada, pero debido a su carrera tuvo que verse en la obligación de leer una cantidad impresionante de libros, gracias a esto iba muy frecuentemente a la biblioteca . Fue allí donde conoció al Profesor Antonio. Era un bibliotecólogo serio y meticuloso, pero su inteligencia y amabilidad lo hacían destacar. Valentina no podía evitar sentirse atraída por su serenidad y su forma de ver el mundo.

Cada vez que iba a la biblioteca, Antonio siempre estaba allí, organizando libros o ayudando a los estudiantes con alguna referencia complicada. Aunque no hablaban mucho al principio, Valentina comenzó a buscar excusas para pedirle recomendaciones de lectura o simplemente intercambiar algunas palabras. Su voz calmada y su conocimiento vasto sobre literatura pronto se convirtieron en algo que esperaba con ansias.

Un día, mientras Valentina buscaba un libro de pedagogía, Antonio se acercó con su característica sonrisa tranquila.

-¿Has leído algo de Espinoza? Creo que podría interesarte -sugirió, extendiéndole un libro.

Valentina tomó el libro, sus dedos rozando ligeramente los de él, y sintió un cosquilleo inesperado.

-Gracias, lo revisaré -respondió, intentando mantener la compostura mientras su corazón latía con fuerza.

**Mariel y el Profe Arturo**

Mariel, por otro lado, se encontraba cada vez más fascinada por el Profesor Arturo. Desde la primera clase, su carisma y sentido del humor la habían cautivado. Arturo tenía esa habilidad única de hacer que cualquier tema, por complejo que fuera, se volviera interesante y accesible. Su calvicie no hacía más que resaltar su personalidad vibrante, y Mariel no podía evitar sonreír cada vez que él entraba al salón.Una tarde, después de clases, Mariel se quedó rezagada, organizando sus notas. Arturo notó la presencia de la chica que parecía estresada y presionada por salir pronto del ya vacío salón de clases.

-Ya vámonos compañera, ya es viernes -dijo conforme se acercaba a su asiento para ponerse a la par de ella, Mariel al sentir su presencia tan cerca se sintió muy nerviosa pero lo disimuló con una leve risa que terminó por contagiar al Profe pelón.

Arturo se aparta un poco para darle espacio a Mariel de caminar, así los dos caminando a la par y al mismo ritmo abandonaron el salón.

**Jossi y la Profe Elizabeth**

La semana de clases comenzó con más confianza para las cuatro amigas. Aunque aún tenían mucho que aprender sobre la vida universitaria, comenzaban a sentirse más cómodas en su nueva rutina.

Jossi, en particular, estaba emocionada por una clase en especial: antropogenesis. Había escuchado maravillas sobre la profesora Elizabeth, una académica respetada que llevaba años en la facultad. No era solo su experiencia lo que la hacía destacar, sino también su habilidad para desafiar a los estudiantes a pensar de maneras nuevas y críticas.

El primer día de la clase, Jossi se sentó en la primera fila, su cuaderno abierto y lista para tomar notas. Cuando Elizabeth entró al aula, su presencia impuso respeto. Era una mujer con una apariencia elegante pero sencilla, su cabello recogido en un moño y sus ojos reflejaban una inteligencia profunda. La voz de la profesora llenó el salón, segura y autoritaria, pero no carente de una calidez sutil.

-Buenos días, espero que estén listos para cuestionar todo lo que creen saber sobre la educación -dijo Elizabeth, sonriendo ligeramente mientras observaba a sus estudiantes.

Jossi quedó cautivada desde el primer momento. La pasión con la que Elizabeth hablaba sobre los temas resonaba con ella, como si la profesora pusiera en palabras todo lo que Jossi había sentido pero nunca había sabido cómo expresar. Mientras tomaba notas, Jossi no pudo evitar sentir una profunda admiración, que con el tiempo, podría transformarse en algo más.

Entre clase y clase, Jossi compartía con sus amigas lo fascinante que le resultaban las lecciones de Elizabeth. Mariel, Valentina y Nani notaron cómo sus ojos brillaban cada vez que hablaba de ella, pero por ahora, solo sonreían, dejando que Jossi disfrutara de su entusiasmo.

Mientras tanto, Nani y Valentina continuaban enfocándose en sus propias clases, observando cómo poco a poco, sus amigas comenzaban a desarrollar intereses que parecían ir más allá de lo académico. Aunque aún era temprano para sacar conclusiones, el grupo comenzaba a percibir que el semestre podría traer no solo aprendizajes, sino también complicaciones inesperadas en sus amistades.

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Felices las cuatro (Versión Filo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora