invitación

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El gran sultán mando a un ejercito de jenizaros. No podia creer que fuera en serio esto.

- Tenia que ser un hombre -

- Mi señora, ya el pueblo se esta quejando -

- Bien, hazles saber que hay disturbios en el Harem por culpa de una concubina llamada Hurrem, que hace tantos estragos que ni la madre sultana la puede controlar-

- Alistate, iremos al pueblo -

- Pero -

- No te preocupes nadie sabra, saldremos con capuchas - las kadin no podian mostrar su rostro, y mucho menos las gran Hatun. Esto no se podia ni con la mujeres ni mucho menos con los hombres del pueblo.

Cambié muchas cosas, Suleiman no era tan malparido con sus demás consortes, pero esto es lo que puede hacer. Si mostraba un claro favoritismo pero igual se preocupaba por las demas, en todo caso minimo hubiera ido con los jenizaros, pero ne. (Peroné)



































Sali con mis criadas, lo más sencilla que podia, pero mi caminar demostraba fuerza y elegancia

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Sali con mis criadas, lo más sencilla que podia, pero mi caminar demostraba fuerza y elegancia.

Caminaba con elegancia, con la cabeza arriba y mirada abajo, en el Harem no se permitia ver a ningún hombre y aunque no lo supieran iba con criadas, si esto llega a la luz no pueden decir que veía a alguien.

Los hombres se arrinconaban para ver a las damas, sobre todo a la que caminaba de primero, era la mujer más hermosa que habían visto jamas.

Piel blanca y oalida sin llegar a ser enfermiza, labios rosado y regordotes, naris respignada, cabello castaño que brillaba von el sol, todo en esa mujer decia hermosura.

Nadie podia apartar la mirada de tal hermosa mujer, parecía tener brillo propio

Los hombres se sentian intimidados y atraidos, ella no miraba a nadie asi que significaba 2 posibles cosas, 1 estaba casada, 2 se encontraba comprometida.

Muchos de esos hombres morbosos trataban de imaginarla sin ropa, ya que estaba cubierta por todos lados. La hermosa mujer no dirigió ni una mirada a nadie, haciendo que se sintieran más atraidos.

A los ojos de todos esa mujer era inalcanzable.

Las mujeres que la veian admiraban su belleza, aunque otra sentian envidia, mucha envidia.

- Señorita, un gusto, soy Ernen -

- Un gusto señor, soy Rosne, ando averiguando unas telas rusas - dijo Mahidevran sin mirarlo

- Claro sigame porfavor -

Rosne o Mahidevran lo siguió en silenció, sus criada se quedaron afuera.

- Cuanto seria por las 15 telas -

- Gratis para usted bella dama - Mahidevran no pareció sorprendida hasta solto un suspiro exasperante.

I'M MAHIDEVRAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora