3: Objetivo

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—¿Qué me está pasando...? —respiró Kai con dificultad mientras caminaba por el callejón vacío.


La densa energía en el aire que lo rodeaba no estaba allí antes, no, no podía verla antes.


—¿Era un sistema...? —pensó Kai en voz alta para sí mismo, su voz resonando suavemente en las paredes del callejón. No podía quitarse de encima la sensación de inquietud que se había instalado en la boca de su estómago. Todo se sentía diferente, desde la forma en que su cuerpo se movía hasta la extraña energía que pulsaba a su alrededor.


Mientras seguía caminando, su mirada se posó en una ventana cercana, que le devolvió su imagen. Lo que vio hizo que su corazón se acelerara. Las marcas en su rostro, que habían parecido tatuajes momentos antes, ahora brillaban débilmente, como patrones intrincados grabados en su piel.


Pero lo que más le llamó la atención fue el par de ojos adicionales debajo de cada uno de los suyos. Eran más pequeños, casi como un segundo par de párpados, y parpadeaban al unísono con sus propios ojos.


"Esta mirada..." Los ojos de Kai se abrieron de par en par al ver que lo imposible sucedía esa noche. Su pierna amputada se regeneró por sí sola, la entidad similar a un sistema, las palabras flotando frente a él y su fuerza, nada de eso tenía sentido hasta ahora. "¿No es este Sukuna?"


Su mente se tambaleó hacia la serie que había visto en su antiguo mundo, el anime Jujutsu Kaisen era bastante popular en ese momento, especialmente el principal antagonista de la serie, su apariencia característica y marcas similares a tatuajes eran reconocibles desde lejos.


"¿Esa cosa me alimentó con uno de sus dedos?" Kai tragó saliva ante la posibilidad de que alguien más lo poseyera, pero no podía sentir nada que lo indicara, de hecho, el poder que corría a través de él se sentía como suyo.


Kai dio un paso atrás y golpeó la pared, ya que solo con su fuerza había logrado dejar una grieta en la pared.


"¡¡Maldita sea!!". Kai miró fijamente la pared agrietada.


Sus sentimientos eran complicados, el poder que había buscado durante tanto tiempo finalmente estaba aquí y, sin embargo, no podía sentirse feliz por ello. Su mente tenía un solo pensamiento que le gritaba: "Si tan solo hubiera sucedido antes..."


Podría haber salvado a su hermano. Su única familia.


"¡Mierda!" Kai golpeó la pared una y otra vez mientras los puños de Kai chocaban con la implacable superficie de la pared, una mezcla de frustración, ira y dolor lo invadió como un maremoto. Cada golpe reverberaba por su cuerpo, una manifestación física de la agitación que lo azotaba en su interior.


Las grietas se extendieron como telarañas, ramificándose desde el punto de impacto y serpenteando a través de la superficie de la pared. Trozos de ladrillo se desmoronaron al suelo, dispersándose en todas direcciones como si no pudieran soportar la fuerza de las emociones de Kai.


Pero incluso cuando desató su furia reprimida sobre la barrera inquebrantable que tenía ante él, su frustración permaneció igual.

Marvel: Yo soy SukunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora