Marvel: Yo soy Sukuna

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En un último y decisivo movimiento, Kai se lanzó hacia adelante, su mano brillando con una luz tenue y misteriosa. Golpeó al líder vampiro directamente en el pecho, canalizando una oleada de energía maldita hacia su cuerpo. Los ojos del vampiro se abrieron de par en par por la sorpresa y el dolor cuando la energía lo atravesó, abrumando su resistencia sobrenatural.

El vampiro dejó escapar un último grito angustiado antes de desplomarse en el suelo, su cuerpo se convulsionó y luego se quedó inmóvil. Kai se paró sobre él, su expresión impasible mientras observaba cómo la conciencia se desvanecía de los ojos del vampiro.

Kai se enderezó, sacudiéndose el polvo de la ropa. Se volvió hacia los vampiros restantes, que habían visto la batalla con una mezcla de miedo y asombro.

Esta fue su primera batalla real, no solo luchó usando solo su fuerza, sino que logró dominar a la mayoría de ellos de inmediato, a excepción del pequeño rasguño que recibió debido a un ligero momento de descuido y la abrumadora cantidad de vampiros que se dirigieron hacia él.

"Supongo que eso era de esperarse..." Kai se encogió de hombros ante sus pensamientos, ya que lo había hecho mejor de lo que esperaba, pero sabía que esa pelea podría haber tomado un giro diferente si el vampiro puro frente a él no hubiera estado herido y sus matones no estuvieran entrenados.

"Ahora, ¿qué hago?" Kai miró alrededor del almacén, ya que no podía encontrar una sola arma que pudiera usar contra ellos, ni siquiera un trozo de madera con el que pudiera empalarlos.

"Supongo que la decapitación debería funcionar bien por el momento"

De vuelta en el auto, Nathan le estaba informando a su jefe sobre su paradero cuando, con el rabillo del ojo, notó que Kai salía del almacén y colgó el teléfono apresuradamente.

Salió del auto listo para saludarlo, cuando notó el paquete de cabezas decapitadas que Kai llevaba consigo.

"Señor..."

"¡Abra el maletero!"

Kai ordenó mientras Nathan lo seguía apresuradamente, sin estar seguro de sus intenciones. Para Nathan, Kai no era más que un monstruo de sangre fría, un psicópata que disfrutaba matando gente por diversión, así que no era descabellado pensar que el asesino querría llevarse algunos recuerdos.

Pero aun así no pudo evitar admirar el hecho de que Kai había salido vivo de la batalla sin ningún daño, sin mencionar que había derrotado al temido grupo por sí solo en un par de minutos.

Cuando Nathan abrió el baúl, vio como Kai colocaba cuidadosamente las cabezas decapitadas dentro del baúl cuando, de repente, una de las cabezas cobró vida, abrió los ojos con ferocidad y les mostró los colmillos.

"¡Oh, cállate!" Kai cerró el baúl mientras Nathan se tambaleaba hacia atrás y caía al suelo temblando, "¿Qué? ¿Nunca habías visto un vampiro antes?"

"¿Va-vampiro?"

"Estas cosas son comunes por aquí, si te quedas más tiempo conmigo podrías ver cosas aún más interesantes. ¿No es emocionante?" preguntó Kai con diversión, casi como si le estuviera haciendo un favor.