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CAPÍTULO CINCO tú estás más rica que carmen villalobos esta noche voa dar con todo
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—¿QUÉ HACE AQUÍ? —la voz de Richard resonó con sorpresa y algo de molestia, tan pronto abrí la puerta de su habitación.
—Será rápido. —respondí sin darme el lujo de esperar una invitación, y entré.
Richard me miró incrédulo mientras cerraba la puerta detrás de mí.
Llevaba la camiseta del entrenamiento, pero su rostro mostraba signos de agotamiento, como si no hubiera dormido bien. No le di tiempo para que protestara.
—¿Estás bien? ¿Te sientes bien?
—Sí.
—Okay.
El moreno se rascó la cabeza: —¿No podías haberme llamado?
—Necesito que le mandes un audio a mi hermana, —dije, sacando mi teléfono y entregándoselo—. ella no me va a dejar tranquila hasta que sepa que ya estás bien.
Richard soltó una carcajada, claramente divertido por la situación.
—¿En serio? —dijo entre risas—. ¿Tu hermana te mandó solo para esto? ¡Qué ternura!
Katrina tiene que ganar un premio a la mujer más cansona del mundo.
Llevaba toda la mañana jodiendome la vida, diciéndole que fuera a averiguar cómo estaba este man después de que por mi culpa se había enfermado. Énfasis en el mi.
A mi me sabe a pura mierda, pero ajá.
Simplemente levantó la ceja.
—Es un favor.
—¿Un favor para vos? —preguntó, yo estaba deslizando el dedo sobre la pantalla para abrir Whatsapp.
—Algo así, —admití, cruzándome de brazos—. Solo dile que estás bien, que tienes tus sandalias y ya.
Me acerqué a su cama y me senté en el borde, sacando mi teléfono.
—¿Ah, sí? —Richard cruzó los brazos, divertido. —¿Su hermanita la pone de niñera ahora?
