¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO OCHO quizás no te importa, quizás te va a doler
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me senté frente a mi escritorio en la habitación del hotel, rodeada de papeles y con el teclado de mi laptop encendido. La habitación estaba en silencio, salvo por el suave zumbido del aire acondicionado.
Últimamente me quiero morir.
El caos en mi vida personal parecía haberse trasladado a mi creatividad; lo que normalmente era un escape ahora se sentía como una tarea imposible.
Intenté concentrarme en la nueva canción que estaba escribiendo, pero las palabras simplemente no fluían. Marica de la nada me volví analfabeta.
Y si tú me llamas, le llego volando, ¿Volando a dónde? que pendejada, pero tengo que terminar el álbum porque tengo que comer.
Sin embargo, fue en ese momento que por el parlante de mi celular sonó Bsd Bunny diciendo que quizás volvería con su ex.
Me pasé una mano por el cabello.
Verga.
Las ideas no venían, y la presión que sentía por la situación con Richard solo hacía que el bloqueo creativo fuera más severo. Cada vez que intentaba poner una línea, la música que tenía de fondo me desconcentraba. Era como si estuviera atrapada en un bucle interminable de recuerdos y emociones no resueltas.
El sonido del mensaje en mi celular me sacó de mi trance. Miré la pantalla y vi que era un mensaje de un número desconocido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.