iv. la gente se vuelve loca y no avisa

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CAPÍTULO CUATROtú puedes hacer toda tu parafernaliay toda la bulla que se te antoje

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CAPÍTULO CUATRO
tú puedes hacer toda tu parafernalia
y toda la bulla que se te antoje

CAPÍTULO CUATROtú puedes hacer toda tu parafernaliay toda la bulla que se te antoje

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NO QUIERO SABER MÁS DE UN PUTO AVIÓN POR LO QUE ME QUEDA DE VIDA.

Que espero y no sea mucho.

Bajaba por el lago de personas que ocupaba los escalones, era bastante fácil darse cuenta de que marica esa gente parecían animales puros salvajes de la selva. Y luego somos nosotros los que tenemos fama de monos y de cavernícolas y todo, pero ajá.

Katrina me esperaba, subiendo y bajando el talón ya en el final de la pista aérea con su equipaje en la mano.

A mi casi me aplastan. Que saliera de ahí fue un milagro.

A ella claramente le valió huevo.

—Nunca entenderé esa ropa de K-Poper.

Me refería a que llevaba un tapabocas negro, lentes oscuros, sombrero de canasta, una chaqueta con capucha blanca que tapaba totalmente la parte superior de su cuerpo y unos leggings de Adidas que se arrastraban.

Shhh. Chito.

—Amiga, la famosa soy yo.

—Que humilde eres, ¿Quién te crió, mi mamá? —chifló y negó con la cabeza, mientras ella caminaba guiándose por los carteles. Yo solo la seguía.

Nunca en mi puta vida he tenido sentido de la orientación pero Dios me quiso si quiera un poquito para mandarme a Katrina que era un Google Maps.

—¿Salidas? —señalé. ¿No es por aquí?

—Aurora, salidas y llegadas son cosas diferentes. —me envolvió la muñeca con su mano, caminando a paso apurado hacia no sé, ella es la que sabe.

Rápidamente pude distinguir las máquinas donde uno seleccionaba su equipaje que la verdad ni idea como se llaman.

Habíamos acordado que solo íbamos a traer una maleta como fuese equipaje de ambas, que terminó trayendo dentro de si más que todo maquillaje y cosas estúpidas.

𝗣𝗔𝗥𝗔𝗜́𝗦𝗢 richard rios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora