𝕻𝖊𝖔𝖗𝖊𝖘 𝖖𝖚𝖊 𝖊𝖑 𝕱𝕭𝕴

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La cena en el restaurante del hotel se desarrollaba entre charlas animadas y risas, pero los ojos de todos se dirigieron hacia Uma cuando su teléfono comenzó a sonar de nuevo

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La cena en el restaurante del hotel se desarrollaba entre charlas animadas y risas, pero los ojos de todos se dirigieron hacia Uma cuando su teléfono comenzó a sonar de nuevo. Esta vez no se levantó de la mesa para contestar; simplemente respondió en japonés, con una expresión que reflejaba una mezcla de estrés e incomodidad.

Los demás continuaron con sus conversaciones, pero las miradas furtivas se dirigían hacia ella de vez en cuando. La voz de Uma se mantuvo baja, susurrando respuestas a lo que claramente era una conversación seria. Finalmente, después de varios minutos, colgó el teléfono con un suspiro y volvió su atención al grupo.

"¿Quién era?" preguntó Zou, con la curiosidad brillando en sus ojos.

"Yu San," respondió Uma, dejando caer el teléfono sobre la mesa. "Me propuso posponer la final para dentro de dos semanas. Tiene otros torneos y quiere prepararse. No tenía muchas opciones, así que acepté."

Una ola de preocupación pasó por la mesa. Yuki puso una mano en el hombro de Uma, ofreciéndole un apoyo silencioso. Los demás intercambiaron miradas de comprensión, reconociendo el estrés que debía estar sintiendo. Pero el momento de seriedad no duró mucho antes de que los más insistentes del grupo retomaran el tema de los juegos virtuales, esta vez con un enfoque diferente.

"Entonces, ¿eso quiere decir que estás libre para unirte a mi equipo? Team Redline, por si te interesa," intervino Max con una sonrisa persuasiva, inclinándose hacia ella.

"¡Espera! Yo iba a pedírselo primero," dijo Lando con una sonrisa competitiva, señalándose a sí mismo con el pulgar. "Team Quadrant, jugarías con tu servidor, el más sexy de la parrilla."

La mesa estalló en carcajadas ante la afirmación de Lando, mientras George le lanzaba una mirada incrédula. Uma, sin embargo, mantenía una expresión de aparente aburrimiento, su cabeza descansando sobre su mano izquierda mientras escuchaba las propuestas que le llovían.

"Tendrás Monster  ilimitado," prometió Lando, levantando una ceja.

"Si vienes al mío, tendrás Red Bull ilimitado," contraatacó Max, sin dejarse intimidar.

Uma alzó una ceja y miró a ambos, claramente no impresionada. "¿Y qué pasa si les digo que solo me gusta la Coca-Cola?"

Las carcajadas estallaron de nuevo, esta vez lideradas por Yuki, quien se dobló de la risa. "¡JAJAJAJAJAJA! ¡Par de idiotas!" dijo entre risas, señalando a Max y Lando.

Mientras la risa se desvanecía, Uma suspiró y se enderezó en su asiento. "¿Cómo saben que de verdad soy buena? Quiero decir, no estoy rebajando mi nivel, pero creo que máximo me han visto conducir dos veces y luego solo vieron el récord en el simulador del circuito."

Max la miró con una sonrisa confiada. "Es más que suficiente. Pero, ahora que lo mencionas, ¿qué más puedes hacer?"

Uma se encogió de hombros, aparentemente sin darse importancia. "Bueno, soy dibujante, trabajo en digital, y en algunas ocasiones soy modelo para marcas independientes de Japón."

๖lค¢k ๓໐໐ຖ │George RussellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora