Una mañana soleada era, el viento suave. En ese momento se disputaba el GP de Italia, en el cual Max Verstappen competía, pero por los propios errores de la estrategia, no llegaría al podio
- MIERDA! -
Él estaba estresado por no haber entrado y, en serio, eso lo hacía sentir mal. Estaba lejos de la gente en un momento de estrés total; sus ojos estaban al borde de dejar caer aquellas gotas de lágrimas. No se sentía nada bien, solía marearse al sentirse de tal manera. Decidió sentarse, sintiéndose mal al punto que su cabeza solo daba vueltas; estaba al borde de desmayarse hasta que escuchó una dulce voz que preguntaba...
- oye ¿Estás bien? -
Esa voz tan dulce, tan melódica, era calmante para sus oídos. Era como un bálsamo para su alma, un sonido que lo envolvía en una sensación de tranquilidad. Al estar mareado, veía todo borroso, como si estuviera mirando a través de una niebla densa. Pero lo único que alcanzó a ver fueron los ojos del chico, unos ojos marrones tan llamativos y cautivantes que parecían brillar en la oscuridad. Eran ojos que parecían ver más allá de su malestar, que parecían entender su angustia.
- ah! Si.. eso creo -
Respondía el rubio, quien aún miraba mareado al chico, con una expresión de preocupación en su rostro. Su voz reflejaba una genuina inquietud, como si notara la necesidad que el rubio mareado sentía y quisiera ayudarlo de inmediato. Escuchó cómo le ofrecía agua con una amabilidad que lo conmovió, y en verdad le avergonzaba tener que aceptar aquello que el contrario le ofrecía, ya que no solía querer ser una molestia para los demás. Sin embargo, su debilidad en ese momento no le dejaba otra opción que aceptar la ayuda que se le brindaba.
- encerio te veías mal rubiecito ¿Por qué estabas así? -
- suelo marearme feo cuando me estreso.. supongo que fue por eso -
Tomó la botella y le sonrió levemente al chico, agradecido por su gentileza. Luego, tomando un sorbo delicado de aquella agua fresca, sintió cómo el líquido refrescante bajaba por su garganta, aliviando su sed y revitalizando su cuerpo. Se sentía ya algo mejor, como si el agua hubiera sido un bálsamo para su malestar. Y en ese estado de leve recuperación, sintió cómo el chico tocaba suavemente su pelo, revolviéndolo con una ternura que lo sorprendió. El chico le decía algo, pero él no podía concentrarse en las palabras, solo en la sensación de those dedos acariciando su cabello.
- debes cuidarte, algún día te desmayaras y no habrá nadie cerca para ayudarte! -
- por eso eres mi salvador -
Decía riéndose levemente, con una sonrisa que iluminaba el rostro de Max, aunque el no podía verla con claridad. Ellos hablaron allí durante un tiempo, intercambiando palabras suaves y tranquilas, hasta que el chico de ojos castaños decidió que Max ya podía valerse por sí mismo, que había superado el mareo y estaba listo para seguir adelante. Se despidió con una gentileza que conmovió a Max, y se alejó para al fin irse, dejandolo al rubio sumido en una mezcla de emociones encontradas. Sin poder verle el rostro, sabía que nunca lo volvería a ver, pero sus ojos lo habían cautivado, lo habían atrapado en una red de curiosidad y deseo. Quería volverlo a ver, no solo para agradecerle su ayuda, sino para poder saber qué ocultaban esos bellos ojos, qué secretos guardaban, qué historias podrían contar. No sabía por qué su mente estaba invadida del pensamiento de querer verlo de nuevo, pero no podía evitarlo, era como si su corazón hubiera establecido una conexión profunda con ese desconocido.
Una pregunta se repetía en su cabeza.. ¿Lo volveré a ver?..
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𝚃𝚞𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜... ⁽ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ⁾
FanfictionEn una perdida de sus tantas carreras, unos ojos vendrían a calmarlo, haciéndolo pensar únicamente en aquellas ventanas brillantes del alma, aunque, por desgracia, fue lo único que vió del que lo ayudó. Cuando se alejó de él supo que no los volvería...