~ deja vu ~

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Encerio, verle el rostro al fin era increíble, volverlo a ver era como revivir un sueño olvidado. Se sentaba a su lado, observando con detenimiento los moretones que cubrían su piel, y Max no podía evitar que su mente lo llevara de regreso a aquel día, el día en que conoció a Kelly. Un día que había tratado de olvidar, de borrar de su memoria, pero que ahora resurgía con fuerza, como un eco del pasado que se negaba a desvanecerse. Aunque no quería pensar en eso, aunque intentaba resistirse, se sentía abrumado por la nostalgia y la emoción, como si el tiempo no hubiera pasado, como si todo hubiera permanecido congelado en ese instante.

- que te paso?.. estás muy mal rubiecito.. -

El tenía razón, estaba mal, pero su orgullo y resistencia a aceptar la verdad lo llevaban a negarlo, a no querer admitir que se había perdido en el laberinto de sus propias emociones. No quería que la puerta de escape se cerrara, no quería que se le escapara la oportunidad de encontrar una salida, pero no sabía que sus acciones y decisiones solo lo llevaban a dar más vueltas y a hundirse más en los pasillos del laberinto, que ahora tenía un nombre y un rostro: Kelly. El laberinto que había creído poder controlar, ahora lo tenía atrapado, y el nombre de Kelly resonaba en su mente como un recordatorio constante de su confusión y su incapacidad para encontrar el camino correcto.

- estoy bien, solo me caí y bueno, me lastime muy feo -

- esto no es una lastimadura sin querer.. esto te lo hicieron -

Sus ojos castaños parecían ver más allá de sus ojos azules, como si trascendieran la barrera de la mirada y alcanzaran directamente su alma y corazón, que imploraban ayuda, suplicaban que por favor lo hiciera entender que el amor no tenía que implicar sufrimiento. Max solo bajó la mirada, algo perdido y abrumado por la sensación de querer llorar, sentía que todo el momento le resultaba tan familiar, tan conocido, que su mente solo sabía dar vueltas y asociarlo con un simple déjà vu, uno de esos recuerdos olvidados que emergen sin previo aviso y que él preferiría nunca haber tenido. La intensidad de la mirada de Kelly lo había transportado a un lugar donde el tiempo parecía haberse detenido, y Max se sentía atrapado en un remolino de emociones encontradas, sin saber cómo escapar.

- dime qué te paso.. se que no me conoces Pero me preocupas -

Decía el chico a su lado que buscaba ayudarlo, pero Max no pudo contenerse más y solo dejó caer lágrimas, escondió su brazo sintiendo aquel dolor que le recordaba lo horrible que había sucedido con lo que él creía amar. Las palabras no le salían, se atascaban en su garganta como un nudo que no podía deshacer, y solo pudo soltar todo como si de un globo de agua que explotara se tratara, dejando salir toda el agua contenida, todas las emociones reprimidas, todos los sentimientos que había intentado ocultar. El chico a su lado lo miraba con comprensión y empatía, mientras Max se desahogaba, liberando el peso que llevaba dentro, permitiendo que las lágrimas limpiaran su alma y su corazón, y que el dolor comenzara a sanar.

- Durante años, he estado esperando a alguien que me ame de verdad, pero me cuestionaba si esa persona llegaría alguna vez. Me sentía atado a una ilusión falsa, una esperanza que parecía esfumarse en el aire. Pero cuando ella llegó, creí que todo sería distinto, que ella sería mi otra mitad, mi complemento perfecto. Sin embargo, resultó ser todo una mentira. Me inventé un sentimiento falso al que me sigo apegando, como si ella fuera el oxígeno que necesito para vivir. Sé que no es así, pero aún quiero estar con ella, fingiendo que no me duele todo lo que me dice, fingiendo que no me duelen los golpes y los gritos. Estoy harto de esta situación, pero no quiero alejarme. Al principio, era algo falso, pero mi corazón cree que ahora es real. O al menos, eso es lo que mi mente quiere creer, que lo que ella hace es para demostrarme que me ama -

El de ojos castaños no podía soportar ver al chico a su lado en ese estado, escuchar sus palabras desgarradoras, verlo llorar desesperado por el sentimiento de perderse cada vez más en un laberinto de emociones encontradas. Sentirlo mareado y perdido, sin rumbo ni dirección, buscando un lugar donde refugiarse, pero sin encontrarlo. Era como si se aferrara fuerte a lo que lo dañaba, como si el dolor y el sufrimiento se hubieran convertido en su única certeza, su único refugio. El chico a su lado se sentía impotente, sin saber cómo ayudar, cómo detener ese sufrimiento, cómo guiarlo hacia un lugar seguro. Solo podía estar allí, escuchando, observando, sintiendo el dolor ajeno como si fuera propio.

No sabía cómo reaccionar, solo lo tomó y lo abrazó fuertemente, como si necesitara aferrarse a algo real, a algo que lo hiciera sentir vivo. Max no comprendía qué era aquello, por qué aquel abrazo le hacía sentirse de repente un poco mejor, un poco más aliviado. Pero aunque las palabras no fueran necesarias, el silencio entre ellos hablaba por sí solo. Lo abrazó llorando fuertemente, sintiendo cómo el peso de sus emociones comenzaba a desvanecerse, y escuchó cómo el de ojos castaños solo le decía:

- Estoy aquí, estoy aquí contigo -

Y en ese momento, eso era todo lo que necesitaba.

𝚃𝚞𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜... ⁽ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora