~ el inicio ~

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Esa chica realmente lo hizo sentir bien, con una sonrisa y una mirada que iluminaban su día. No sabría que sería el inicio de algo que a futuro él se arrepentiría, pero en ese momento solo sentía una sensación de alivio y calma. Ella pronto se volvería muy cercana a él, compartiendo risas, secretos y sueños, y juntos harían miles de cosas que llenarían su vida de color y emoción. Aunque no se sentía atraído por ella de la manera que esperaba, quería sentir de nuevo esa sensación de que su corazón ya no esperara a nadie que nunca llegara. Quería que ese agujero que llevaba dentro por tanto tiempo finalmente se tapara con nuevos recuerdos, quería dejar de estar perdido en un laberinto de emociones que lo confundían y mareaban. Quería poder al fin liberarse y decir una vez más "te amo" sin temor a ser lastimado. Y ella se veía como su salvación, como la llave que podría abrir la puerta a un nuevo capítulo en su vida.

Llegaba el día donde ella al fin le diría a él lo mucho que lo amaba, con una sinceridad y pasión que Max no podía ignorar. Junto a esa confesión, vendría la pregunta que de cierta manera aterraba a Max, la pregunta que había estado evitando desde el momento en que se habían conocido. La pregunta que lo haría enfrentar sus propios sentimientos y temores, y que lo obligaría a tomar una decisión que podría cambiar el curso de su vida para siempre. El corazón de Max latía con anticipación y nerviosismo, sabiendo que no podía seguir huyendo de la verdad. ¿Estaba listo para escuchar sus palabras y responder con honestidad? ¿O seguiría atrapado en su propio miedo, sin saber cómo liberarse? El momento de la verdad había llegado, y Max debía estar preparado para enfrentarlo.

- encerio me gustas mucho max, no quiero ser solo tu amiga, quiero ser tu novia -

- sin importar la gran diferencia de edad que hay?.. -

- no me importa que te pase por un parde años! Yo sé que te amo max.. -

Su corazón estaba nublado y su voz dejó escapar palabras simples pero directas. No estaba preparado, pero tampoco para la soledad de nuevo. La indecisión lo atenazaba, un paso adelante en el desconocido.

- está bien, seamos novios Kelly -

Ese nombre resonaba en su cabeza, repitiéndose una y otra vez, y su mente daba vueltas sin cesar, preguntándose por qué había aceptado aquello, intentando encontrar una respuesta que se le escapaba.

Pasaba el tiempo siendo novios y, a decir verdad, no estaba nada mal estar con esta chica que lo hacía sentirse bien, que lo hacía reír y olvidar sus miedos. Hasta que cumplieron los 11 meses juntos, un hito que marcó el inicio del fin. Ella comenzaba a tratarlo mal, con palabras hirientes y golpes que dejaban marcas más allá de la piel. Pero él, por miedo a quedarse solo, solo se quedaba a su lado, justificando su comportamiento como una forma torcida de amor. "Es su manera de decirme 'te amo'", se repetía, aunque su corazón sabía que no era cierto. A pesar de que su mente no quería aceptarlo, su corazón imploraba que se alejara de una vez por todas, que se liberara de ese infierno disfrazado de amor. Pero, claramente, él no lo hizo. Se quedó, atrapado en una relación tóxica, esperando que las cosas cambiaran, aunque sabía que no lo harían.

Un día, mientras estaba en el paddock, sentado con una bolsa de hielo en su brazo adolorido, recordaba la discusión del día anterior con ella. Otra vez habían llegado a las manos, y él se había sentido como una rata asustada, incapaz de defenderse. El dolor en su brazo era un recordatorio palpable de su vulnerabilidad. En ese silencio solitario, roto solo por el sonido de sus propios pensamientos, escuchó una voz que le resultaba familiar. Al levantar la mirada, se encontró con esos ojos que había creído olvidar, esos ojos que habían sido su refugio en el pasado. La sorpresa y la emoción se mezclaron en su pecho, mientras trataba de procesar lo que estaba viendo. ¿Qué estaba haciendo el allí? ¿Y por qué ahora, en este momento de debilidad?

- estás bien rubiecito? -

Ese apodo que había olvidado, pero que ahora resonaba en su mente como un eco del pasado, finalmente podía vincularse con un rostro, un rostro que antes había sido borroso debido al mareo y la confusión. Era realmente emocionante reencontrarse con eso que ya casi había olvidado, con esa persona que había dejado una huella imborrable en su memoria. La emoción de reencontrarse con alguien que había sido importante en su vida era abrumadora, y él no podía evitar sentir un mix de sentimientos encontrados: alegría, nerviosismo, curiosidad... ¿Qué había pasado con esa persona desde la última vez que se habían visto? ¿Por qué había reaparecido ahora, en este momento de su vida?

𝚃𝚞𝚜 𝚘𝚓𝚘𝚜... ⁽ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora