Capítulo 5: El secreto

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El deseo y el miedo son dos caras de una misma moneda; Con las dos consigues que tu corazón lata rápido, tu cuerpo sude, tu respiración se acelere. Es como cuando quedan pocos segundos para acabar un partido, y vas ganando, y deseas con todas tus fuerzas que el equipo contrario no consiga meter un gol en el último momento. ¿Es deseo de ganar lo que sientes? ¿O es miedo de perder?

Esa noche no sabía cómo diferenciar ambos sentimientos. Estaba claro que el deseo me consumía, pero al mismo tiempo algo en mi cabeza gritaba.

¿Qué estoy haciendo?

Llegó un momento en el que nos caímos a la cama y una risa salió de su boca. Era la primera vez que lo observaba tan feliz; Aproveché para acortar distancias de nuevo y robarle otro beso. La cama era inmensa, y aún así me pegué a su lado como si no tuviéramos más espacio. Aspiré su aroma y dejé que mi cuerpo se relajara.

Ya estaba amaneciendo, y habíamos parado de darnos besos, aunque mi boca seguía sabiendo él, como si la luz del nuevo día nos hubiera despertado de nuestra locura. Tenía sus brazos rodeándome y su cabeza apoyada en mi hombro. No quería moverme de ahí, quería quedarme así para el resto de mi vida, pero algo en mi interior sabía que debía irme antes de que el resto del equipo se levantara.

—¿Estás bien? — Sus ojos almendrados me observaban preocupados.

— Sí — respondí, aunque la cabeza me iba a mil —. Debería volverme a la habitación, antes de que los demás despierten.

La mención de la existencia de los demás pareció perturbarle. Miró hacia abajo, y aflojó su presión sobre mí.

— Tienes razón, deberías irte.

No me atrevía preguntarle si esto había sido algo de una vez. No tenía experiencia con nada relacionado al amor. Sentía que no era normal esto, pero tampoco sabía nada sobre la normalidad de dos personas que se besaran.

— Entonces me iré.

A mi pesar, me levanté lentamente de su cama. Sus brazos dejaron de rodearme. Mi boca seguía sabiendo a él, y temía que si me alejaba demasiado, perdería su sabor.

¿Estaría bien besarle por última vez?

Lo observé desde arriba y decidí no hacerlo. Algo en la luz del nuevo día me impedía ser tan valiente como aquella noche.

Así que me fui.

— Nos vemos en el avión — dije antes de cerrar la puerta.

A la vuelta no pude estar con él. No había razón. Yo tenía mis amigos, él los suyos. Yo me sentaba al lado de Gavi en el avión, él en la parte trasera con otros defensas. Y debía estar decaído, sin ganas de celebrar, como el resto del equipo. Así que no había ninguna razón para acercarme y hablarle.

— ¿Qué tal pasaste la noche ayer?

Yo suspiré.

— Si te contara...

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El mundial fue un antes y un después en mi carrera profesional. Todo el mundo me conocía. Si antes era un joven promesa, ahora ya era un futbolista consolidado. Encendía la tele y en las tertulias todo el mundo hablaba de Gavi y de mí; En los periódicos era un poco de lo mismo. Aunque no hubiéramos ganado, había una sensación de que podíamos llegar a algo en los próximos torneos.

No sólo eso había cambiado. Los periodistas también se interesaban por mi vida privada. Todos se hacían la misma pregunta.

¿Está Pedri saliendo con alguien? ¿Tiene novia? ¿Saldrá con alguna modelo, actriz tal vez?

Amor entre partidos (PEDRI + UNAI SIMÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora