Tn había empezado a acostumbrarse a la vida en la academia, y poco a poco, a su nuevo rol dentro del grupo de las hermanas Nakano. A pesar de los pequeños incidentes y malentendidos, empezaba a comprender mejor a cada una de ellas. Un día, después de las clases, mientras las demás ya se habían retirado, Tn notó que Miku se quedaba en el aula, aparentemente absorta en sus pensamientos.Tn decidió acercarse, curioso. "¿Todo bien, Miku? Pareces estar en otra parte."
Miku levantó la vista, algo sorprendida por la repentina intervención de Tn, pero rápidamente compuso una pequeña sonrisa. "Ah, Tn... sí, estoy bien. Solo... pensaba en algunas cosas."
Tn se sentó a su lado, dejando su mochila en el suelo. "¿Quieres hablar de eso? A veces es bueno sacar lo que uno tiene en la cabeza."
Miku dudó un momento, bajando la mirada hacia sus manos que jugueteaban nerviosamente con un bolígrafo. Era un tema delicado para ella, algo que había guardado en silencio durante mucho tiempo, temiendo el juicio de los demás. Pero había algo en la forma en que Tn la miraba, en su paciencia y su disposición a escuchar, que la hizo sentir que tal vez podría confiar en él.
"Es un poco... raro," comenzó Miku, su voz apenas audible. "No sé si es algo que te interesaría..."
Tn inclinó ligeramente la cabeza, mostrándose genuinamente interesado. "Puedes contarme lo que quieras. Prometo no juzgar."
Miku respiró hondo, como si se preparara para un salto al vacío. "Me gustan los generales de la era Sengoku," confesó en un susurro. "Es algo que he estado estudiando mucho. Me fascina su historia, sus estrategias... pero es un gusto raro, y a veces me preocupa que los demás no lo entiendan."
Tn se quedó en silencio por un momento, asimilando la información. Lo que más le impresionó no fue tanto el tema en sí, sino la pasión con la que Miku lo mencionaba, a pesar de su evidente inseguridad. Era claro que esto significaba mucho para ella, y que compartirlo no había sido fácil.
"Eso suena increíble," dijo finalmente, con una sonrisa genuina. "La historia tiene tantas capas, y los generales de esa época... seguro que fueron figuras fascinantes."
Miku levantó la mirada, sorprendida por la respuesta de Tn. "¿En serio... te parece interesante?"
"Por supuesto," respondió Tn sin dudar. "Todos tenemos nuestros propios intereses y pasiones. Lo importante es que te haga feliz, ¿no? Además, conocer sobre esos generales te hace única. No hay nada malo en eso."
Miku sintió un nudo en la garganta, una mezcla de alivio y gratitud que no esperaba experimentar. Durante mucho tiempo había temido que sus gustos fueran vistos como algo raro o extraño, algo que la apartara de los demás. Pero aquí estaba Tn, alguien que no solo no se burlaba, sino que parecía comprender y respetar su pasión.
"Gracias, Tn," murmuró Miku, con un leve rubor en sus mejillas. "Nunca había hablado de esto con nadie. Pensaba que los demás se burlarían..."
Tn negó con la cabeza. "Es normal sentirse inseguro a veces, pero no deberías ocultar lo que te gusta por miedo a lo que los demás piensen. Si es algo que te apasiona, entonces es algo que vale la pena compartir."
Miku sonrió, sintiendo que algo cálido se asentaba en su pecho. Las palabras de Tn resonaban profundamente en ella, y por primera vez, se sentía un poco más segura de sí misma. Había encontrado a alguien que la comprendía, que la aceptaba tal como era. Y, aunque no lo hubiera admitido en voz alta, eso empezaba a hacer que su corazón latiera un poco más rápido cuando estaba cerca de él.
El tiempo pasó sin que ninguno de los dos se diera cuenta. Hablaron sobre la historia, sobre las batallas de la era Sengoku, y Miku, que normalmente era reservada, comenzó a abrirse más, mostrando un lado de ella que rara vez salía a la luz. Tn escuchaba atentamente, fascinado no tanto por el tema en sí, sino por la forma en que los ojos de Miku brillaban cuando hablaba de algo que le apasionaba.
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¿Acaso puedo ser un humano? (Tn x Quintillizas)
FanfictionAcaso un demonio podría vivir normalmente o sus deseos infernales y responsabilidades saldrán a la luz