Sentimientos y otras cosas

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Tn había estado pensando en su situación durante mucho tiempo. Desde que había llegado a este mundo, se había esforzado por ocultar su verdadera identidad, pretendiendo ser alguien más, alguien humano. Sin embargo, cuanto más tiempo pasaba con las quintillizas, más difícil se volvía mantener su secreto. Ellas le habían mostrado una calidez y una aceptación que nunca había experimentado antes, y eso lo hacía sentir culpable. Estaba viviendo una mentira, y ellas no lo merecían.

Había llegado el día en que sabía que ya no podía ocultar más la verdad. Las quintillizas confiaban en él, y él las consideraba como algo más que simples amigas. A lo largo del tiempo, había llegado a verlas como su familia. Era hora de ser honesto, sin importar las consecuencias.

Esa tarde, Tn decidió reunir a las quintillizas en el parque donde habían pasado tantos momentos felices juntos. El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados, creando un ambiente sereno y pacífico. El lugar estaba tranquilo, y Tn sabía que era el momento adecuado para decirles la verdad.

Las quintillizas lo miraban con curiosidad, sentadas en una fila frente a él. Todas tenían expresiones diferentes: Miku parecía preocupada, Nino estaba impaciente, Yotsuba intentaba sonreír, Ichika mantenía su expresión neutral pero con los ojos brillantes de interés, e Itsuki observaba con una seriedad que solo mostraba cuando algo realmente le importaba.

Tn respiró hondo, sabiendo que lo que estaba a punto de decir podría cambiarlo todo.

-Chicas... hay algo que necesito decirles. Algo importante -comenzó, tratando de mantener la calma en su voz. Pero por dentro, su corazón latía con fuerza. Nunca había estado tan nervioso en su vida, ni siquiera cuando estaba en el Infierno, rodeado por sus propios hermanos.

Las quintillizas intercambiaron miradas, sorprendidas por el tono grave de Tn.

-¿De qué se trata, Tn? -preguntó Ichika, inclinándose un poco hacia adelante, mostrando su preocupación.

Tn miró a cada una de ellas a los ojos, tratando de transmitir toda su sinceridad.

-He estado ocultándoles algo desde que llegué aquí -admitió. Sus palabras parecían colgar en el aire, pesadas y llenas de significado-. No soy lo que ustedes creen que soy... No soy humano.

El silencio que siguió fue abrumador. Las quintillizas se quedaron quietas, procesando lo que acababan de escuchar. Tn no podía saber exactamente qué estaban pensando, pero estaba seguro de que ninguna de ellas había esperado algo como esto.

Finalmente, fue Nino quien rompió el silencio.

-¿No eres... humano? -repitió, su tono era incrédulo-. ¿Entonces, qué eres?

Tn cerró los ojos por un momento antes de continuar.

-Soy un demonio -dijo con firmeza, sabiendo que no había forma de suavizar la verdad-. Soy el hijo menor de Lucifer, y vine a este mundo por accidente, cuando Raiha me invocó sin saberlo. Desde entonces, he tratado de vivir como un humano, pero no puedo seguir fingiendo más.

Las quintillizas se quedaron en silencio, asimilando lo que Tn acababa de confesar. Él podía ver la mezcla de emociones en sus rostros: sorpresa, confusión, incredulidad... pero no miedo. Eso era lo que lo sorprendía. Ninguna de ellas parecía asustada o disgustada, lo cual era lo que él había temido más que cualquier otra cosa.

Finalmente, Ichika fue la primera en hablar. Su voz era suave, pero segura.

-Tn... no importa lo que seas. Has sido una persona increíble desde que llegaste a nuestras vidas. Nos has apoyado, nos has hecho reír, has estado ahí para nosotras en los momentos difíciles. Eso es lo que realmente importa, no de dónde vienes o lo que eres.

¿Acaso puedo ser un humano? (Tn x Quintillizas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora