¿Acaso puedo ser un humano? (Tn x Quintillizas)

Sombras y dilemas

En el silencio de su habitación, Tn se tumbó en su cama, sus pensamientos girando en espiral mientras miraba el techo. El día había sido largo, lleno de emociones y confesiones que lo habían dejado confundido y abrumado. Las quintillizas Nakano, cada una con su personalidad única, habían encontrado una forma de conectar con él de maneras que nunca había imaginado. Pero ahora, solo en la oscuridad, la realidad de su situación comenzaba a hundirse en su mente.

Había pasado tanto tiempo desde que llegó a este mundo, asumiendo el papel de un supuesto hermano perdido, fingiendo ser un simple humano cuando, en realidad, llevaba dentro de sí una naturaleza mucho más oscura y compleja. La familia Uesugi lo había acogido con los brazos abiertos, y ahora, las Nakano también lo habían aceptado como parte de sus vidas. Pero, ¿cómo podría continuar engañándolos?

Mientras recordaba los momentos compartidos con cada una de las quintillizas, una mezcla de calidez y tristeza lo invadió. Ichika, con su astucia y determinación, había mostrado un lado vulnerable que rara vez dejaba ver. Miku, con su timidez y pasión por la historia, había encontrado en él a alguien que la apoyaba sin juzgarla. Nino, con su temperamento fuerte, había bajado la guardia lo suficiente como para dejarle ver su lado más suave. Yotsuba, con su energía inagotable, lo había llenado de alegría y risas. Itsuki, con su sentido del deber y responsabilidad, había mostrado una ternura inesperada.

Pero debajo de todo eso, estaba la verdad que no podía ignorar. Él no era como ellas. No era un humano normal, no compartía las mismas experiencias de vida, ni siquiera tenía las mismas limitaciones. Como hijo menor de Lucifer, había sido criado en un mundo completamente diferente, un mundo de sombras y fuego, donde las emociones humanas eran consideradas debilidades y el poder era lo único que importaba.

A pesar de todo, aquí estaba, sintiendo cosas que nunca había sentido antes, cosas que su naturaleza demoníaca no podía entender del todo. ¿Qué significaba todo esto? ¿Qué sentido tenía para él, un ser de otro mundo, enamorarse o ser amado por humanos? ¿Qué tan real podía ser todo esto cuando su verdadera identidad era tan diferente?

Tn suspiró profundamente, pasando una mano por su cabello mientras cerraba los ojos. Sabía que, en algún momento, tendría que tomar una decisión. Podía seguir fingiendo, continuar viviendo esta vida que había comenzado a apreciar más de lo que esperaba. O podría ser honesto, enfrentar la verdad de quién era realmente, aunque eso significara perder todo lo que había ganado en este mundo.

Pensó en las quintillizas, en cómo se sentían por él, en cómo había llegado a preocuparse por ellas. La idea de lastimarlas al revelar su verdadera identidad era dolorosa, pero también sabía que seguir escondiendo la verdad no era justo para ninguna de ellas. ¿Cómo podría mirarlas a los ojos sabiendo que cada día que pasaba, estaba construyendo una relación sobre una mentira?

A medida que estas reflexiones lo consumían, Tn sintió una punzada en su pecho. Si bien había venido a este mundo por curiosidad, por un deseo de explorar la vida entre los humanos, ahora se encontraba atrapado en una encrucijada. La vida simple y emocionalmente rica que había encontrado aquí era tentadora, pero no podía ignorar la sombra de su verdadera naturaleza.

¿Qué significaba todo esto para él? ¿Podía realmente cambiar? ¿O estaba destinado a seguir siendo un forastero, alguien que nunca encajaría del todo en este mundo? Y, lo más importante, ¿podía permitirse seguir cerca de las quintillizas, sabiendo lo que realmente era?

Sus pensamientos lo llevaron a un lugar oscuro, un lugar donde las dudas y los temores lo atacaban sin descanso. Y sin embargo, en medio de todo eso, había un rayo de luz: las quintillizas mismas. Cada una de ellas lo había tocado de maneras que no había anticipado. Le habían mostrado lo que significaba ser humano, lo que significaba preocuparse por alguien más, lo que significaba amar.