Escondidas

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Futaro había tenido que ir a Tokio por unos días para resolver algunos asuntos escolares relacionados con una beca importante. No solo se llevó consigo a Raiha, sino que, en su prisa, olvidó dejarle las llaves de la casa a Tn. Sin otra opción, Tn se quedó con las quintillizas Nakano, quienes no parecían oponerse en absoluto a la idea de tenerlo como su invitado una noche más.

La tarde avanzaba, y después de cenar, las quintillizas propusieron jugar a las escondidas dentro de la casa.

Tn se encontraba de pie en la sala de la casa Nakano, observando a las quintillizas mientras Futaro había salido hacia Tokio. El ambiente se sentía relajado, pero también con una ligera tensión juguetona. Habían decidido hacer algo para pasar el tiempo, y la elección del día fue un clásico juego de las escondidas. No parecía un reto difícil para alguien como Tn, pero las quintillizas, con su naturaleza impredecible, harían que todo fuera más interesante de lo que él anticipaba.

"¡Voy a contar!" anunció Nino, quien parecía más competitiva que nunca.

Las demás quintillizas salieron corriendo por la casa para buscar un buen escondite. Tn decidió moverse rápido, pero con sigilo, buscando una esquina alejada de la planta baja. Pasó por un pasillo estrecho y terminó en un pequeño cuarto de almacenamiento, donde se agachó entre algunas cajas viejas. La luz era tenue, y el lugar tenía un aire tranquilo. Mientras se acomodaba, escuchó unos pasos suaves detrás de él. Cuando giró la cabeza, vio la silueta de Miku entrando al cuarto.

"Tn..." susurró Miku, agachándose para meterse junto a él, sus mejillas ligeramente enrojecidas.

"¿Qué haces aquí?" preguntó él en un murmullo.

Miku sonrió tímidamente, acomodándose cerca de Tn, tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo. "Pensé que sería mejor si nos escondemos juntos... además, creo que nadie pensaría que estaríamos aquí los dos."

Tn la observó por un momento. Miku siempre había sido reservada, pero desde hace un tiempo había notado cómo sus actitudes hacia él habían cambiado. Había algo diferente en sus miradas, algo más cercano y, aunque no podía ponerle nombre, lo percibía.

Ambos guardaron silencio mientras escuchaban los pasos de Nino buscando en otras partes de la casa. De vez en cuando, Miku desviaba su mirada hacia Tn, sus ojos observando cada uno de sus gestos. La cercanía se hacía evidente y el aire se volvía un poco más denso.

"Miku, estás muy cerca..." dijo Tn en voz baja, aunque no sonaba molesto, solo sorprendido.

Miku, sin embargo, no se movió. En lugar de retroceder, pareció armarse de valor. "Tn..." comenzó, su voz suave. "Hay algo que he querido hacer... desde hace tiempo."

Antes de que Tn pudiera reaccionar, Miku se inclinó hacia él, sus labios rozando suavemente los de Tn. Fue un beso fugaz, pero lleno de emociones que Miku había estado reprimiendo. Cuando se apartó, sus ojos estaban fijos en él, como si esperara alguna reacción.

"Miku..." murmuró Tn, claramente sorprendido. No sabía cómo procesar lo que acababa de suceder. El juego de las escondidas había tomado un giro inesperado.

Ella bajó la vista y tapó su cara con las manos , sus mejillas completamente sonrojadas ahora. "Lo siento... no debería haber hecho eso." Miku se cubrió el rostro con las manos, intentando ocultar su vergüenza.

" Miku se cubrió el rostro con las manos, intentando ocultar su vergüenza

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¿Acaso puedo ser un humano? (Tn x Quintillizas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora