Estudios y cocina

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Al día siguiente, Tn despertó temprano. Aunque la cercanía de Ichika y Yotsuba lo había tomado por sorpresa, había algo reconfortante en esa intimidad compartida. Sin embargo, ahora era el momento de regresar a la casa de los Uesugi. Con los exámenes acercándose, sabía que las cosas no serían tan sencillas como antes.

Al llegar a su casa, Futaro lo saludó con un breve asentimiento, ambos sabiendo que los días venideros serían cruciales para su trabajo como tutores. Raiha les dio la bienvenida con su típica alegría, preparando el desayuno para los dos. La conversación se mantuvo ligera, pero un aire de tensión permanecía en el ambiente. Los exámenes estaban demasiado cerca, y las quintillizas, aunque esforzándose, aún tenían un largo camino por recorrer.

Esa misma tarde, cuando Tn y Futaro se preparaban para ir a la casa de las quintillizas, el teléfono de Futaro sonó. La pantalla mostraba el nombre "Mauro Nakano", el padre de las chicas. Futaro levantó una ceja y contestó, sabiendo que una llamada de Mauro nunca traía buenas noticias.

-Fuutarou-kun, ¿cómo van los estudios de mis hijas? -la voz profunda de Mauro se escuchó al otro lado de la línea. Su tono era serio, como siempre.

Futaro respiró hondo antes de contestar. -Están haciendo lo mejor que pueden, Nakano-san, pero aún queda mucho por mejorar.

-Hmph, eso esperaba escuchar. -Hubo una pausa antes de que Mauro continuara-. Escucha, si alguna de mis hijas reprueba en estos exámenes, no tendrás más trabajo como tutor. No puedo permitirme tener a alguien ineficaz enseñándoles. Tú y... ese amigo tuyo, Tn, también estarán fuera.

Futaro tragó saliva, sintiendo el peso de la advertencia. Sabía que Tn también estaba involucrado, y no quería que las cosas terminaran mal para él tampoco. Colgó el teléfono con una mirada decidida.

-Tn, esto se va a poner serio. Si alguna de ellas reprueba, estamos fuera -le explicó Futaro con franqueza.

Tn asintió, entendiendo la gravedad de la situación. El destino de ambos como tutores dependía de estos exámenes. Las quintillizas no solo debían esforzarse, sino que necesitaban sobresalir.

Ese mismo día, Tn y Futaro llegaron a la casa de las quintillizas con un plan claro: estudiar de manera intensa. Las cinco hermanas, conscientes de la advertencia de su padre, también entendieron que no tenían opción. Era aprobar o perder a sus tutores. Así que, dejando de lado las distracciones, se sentaron y comenzaron a estudiar con más dedicación que nunca.

Nino, que siempre había sido algo desinteresada en los estudios, mostraba un esfuerzo notable. Ichika, aunque equilibraba su trabajo como actriz, se concentraba en los libros como nunca antes. Miku, con su pasión por la historia, especialmente sobre los generales de la era Sengoku, parecía más decidida que nunca a hacerlo bien en su especialidad. Yotsuba, aunque distraída como siempre, trataba de mantener el ritmo. E Itsuki, con su seriedad habitual, devoraba los libros.

Los días previos al examen pasaron en un abrir y cerrar de ojos, y la presión seguía aumentando. Cuando el día del examen finalmente llegó, los nervios estaban a flor de piel.

Sin embargo, no todo salió como estaba planeado. Al acercarse a la escuela, se dieron cuenta de que el tiempo se les había escapado. Yotsuba, quien había llegado temprano por una extraña coincidencia, fue la única que llegó a tiempo al examen. Las otras cuatro estaban a punto de entrar en pánico.

-¡No podemos llegar tarde! -exclamó Nino, mirando su reloj con desesperación.

Fue entonces cuando una idea loca surgió entre ellas. Sabiendo que eran quintillizas idénticas, aprovecharon esa ventaja. Con un rápido cambio de roles, se dispusieron a engañar al inspector del examen haciéndose pasar por Yotsuba. Una por una, Nino, Ichika, Miku e Itsuki entraron al examen bajo el nombre de su hermana.

¿Acaso puedo ser un humano? (Tn x Quintillizas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora