Energia desbordada

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Tn abrió los ojos lentamente, encontrándose tumbado en el sofá de las quintillizas. El cansancio de la batalla de la noche anterior aún pesaba sobre su cuerpo, pero había algo más. Sentía una energía extraña fluyendo por su cuerpo, como si se hubiera liberado algo dentro de él. Se estiró y, en cuanto lo hizo, una ráfaga de energía demoníaca recorrió su cuerpo. Sabía de inmediato que se trataba de un desbordamiento de energía, el resultado de haber contenido su poder durante demasiado tiempo.

Se levantó lentamente, sintiéndose más ligero y lleno de confianza, mucho más de lo habitual. Una sonrisa juguetona cruzó su rostro. Algo en él había cambiado, y aunque normalmente sería mucho más reservado, hoy no se sentía en absoluto como él mismo. "Será divertido", pensó mientras caminaba hacia la cocina, donde podía oír las voces familiares de las quintillizas.

Las chicas estaban todas reunidas, hablando y riendo despreocupadamente, sin darse cuenta de la nueva actitud que estaba por llegar. Yotsuba fue la primera en notar su presencia cuando él entró en la habitación con una sonrisa de lo más traviesa.

—¡Tn! ¡Ya estás despierto! —exclamó Yotsuba con su entusiasmo característico.

Tn se acercó a ella con una sonrisa. Sin previo aviso, la tomó por los hombros y la acercó más a él.

—Claro que sí, Yotsuba. Y no sé qué haría sin una sonrisa tan brillante como la tuya para recibirme —dijo con un guiño.

Yotsuba se quedó congelada por un segundo, claramente no acostumbrada a ese tipo de comentario. Sintió cómo sus mejillas se encendían.

—¿Eh? ¡T-Tn! ¿Qué te pasa? —preguntó, entre risas nerviosas, mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder.

—¿Yo? Nada, solo estoy siendo sincero —respondió, inclinándose ligeramente y plantándole un rápido beso en la frente, haciendo que ella diera un pequeño salto.

Antes de que pudiera responder, Tn ya estaba caminando hacia Nino, quien lo observaba con los brazos cruzados y una ceja arqueada. Parecía sospechosa, como si supiera que algo estaba fuera de lugar.

—¿Y tú qué haces? —preguntó Nino con su tono habitual, tratando de parecer indiferente, aunque el rubor en sus mejillas la delataba.

—Oh, solo quería verte de cerca, Nino —respondió Tn sin perder el ritmo, inclinándose hacia ella con una sonrisa traviesa—. Es que hoy luces más impresionante que nunca.

Nino, que solía tener la última palabra en cualquier conversación, se quedó sin palabras por un segundo. ¿Era un cumplido de verdad? Claro que lo era, pero sonaba demasiado natural, demasiado directo.

—¿Eh...? ¿T-te pasa algo? —fue lo único que pudo decir, tratando de mantener la compostura.

Tn aprovechó el momento y, antes de que Nino pudiera reaccionar, le dio un beso en la mejilla. El gesto la dejó completamente atónita. Se quedó quieta, sus ojos grandes y llenos de sorpresa, y sus labios ligeramente entreabiertos.

—¿Qué estás haciendo, idiota? —murmuró, aunque claramente no estaba tan molesta como quería aparentar.

Mientras Nino aún procesaba lo que acababa de pasar, Tn se dirigió a Miku, quien estaba parada en silencio observando todo desde la distancia, con las mejillas teñidas de un rojo intenso. Parecía haber intentado mantenerse fuera de su alcance, pero no iba a ser tan fácil.

—Miku, ¿te estás escondiendo de mí? —preguntó Tn, acercándose lentamente.

—¡No, no, yo...! —balbuceó Miku, tratando de retroceder, pero su espalda chocó con la pared.

¿Acaso puedo ser un humano? (Tn x Quintillizas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora