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El apartamento de Hyunjin era un reflejo de su personalidad: lujoso, pero frío. Las luces tenues iluminaban los muebles de diseño y las obras de arte que adornaban las paredes, pero el ambiente carecía de calidez. Seungmin, de pie frente a una gran ventana que daba a la ciudad, sintió cómo un escalofrío le recorría la espalda. Aquel lugar se sentía como una trampa, y él era el cordero que había entrado sin saberlo.

Hyunjin apareció detrás de él, su presencia era abrumadora - ¿Te gusta la vista? - preguntó, su voz suave como la seda. Seungmin se volvió para mirarlo, y se encontró con esos ojos oscuros, llenos de una intensidad que lo hacía sentir expuesto.

Es... impresionante - murmuró Seungmin, evitando la mirada del heredero. No quería que Hyunjin notara el efecto que tenía en él.

Impresionante, como yo - bromeó Hyunjin, acercándose un paso más. Seungmin sintió el calor del cuerpo de Hyunjin irradiar hacia él.

Ven, siéntate. Te preparé algo de beber - Seungmin se sentó en un sofá de cuero negro, mientras Hyunjin se movía por la estancia con una gracia que solo él poseía. El sonido de los cristales chocando llenó el aire, y un leve aroma a whisky inundó sus sentidos.

¿Por qué me has traído aquí? - preguntó Seungmin, su voz temblando un poco más de lo que hubiera deseado.

Porque quiero que te sientas cómodo conmigo - respondió Hyunjin, ofreciéndole un vaso - porque quiero que entiendas que esto es más que un trato. Hay algo más entre nosotros.

Seungmin tomó el vaso, sus dedos rozando los de Hyunjin. Un escalofrío más intenso recorrió su cuerpo.

No sé si eso es cierto - dijo, intentando mantener la calma - Este es un acuerdo, nada más.

¿Acuerdo? ¿De verdad crees que esto es solo un acuerdo? - Hyunjin se inclinó hacia él, su aliento cálido contra su piel

Mírame, Seungmin. No puedes negar que hay una conexión entre nosotros - El corazón de Seungmin latía con fuerza.

Es difícil ignorar la tensión - admitió, sintiendo cómo la adrenalina se acumulaba en su pecho.

Pero no quiero ser solo un trofeo más en tu colección - Hyunjin soltó una risa baja, casi burlona.

Eres mucho más que un trofeo. Eres... una obsesión - Seungmin sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las palabras de Hyunjin eran como un hechizo, atrapándolo en una red de emociones confusas.

Hyunjin, esto no es lo que pensé que sería - dijo Seungmin, intentando desviar la conversación - No puedo casarme contigo solo porque me ayudaste con Chan

¿Y si te digo que no solo te quiero como mi esposo? Quiero que seas parte de mi vida, de mi mundo - insistió Hyunjin, acercándose aún más. Seungmin podía sentir la calidez de su cuerpo, su energía poderosa. El deseo brotaba entre ellos como un fuego que crecía sin control.

¿Y qué hay de tu ego? ¿Qué pasará cuando te canses de mí? - cuestionó Seungmin, sintiendo que su voz se quebraba.

Eso nunca pasará - respondió Hyunjin, su mirada fija en los ojos de Seungmin. - Eres diferente. Me atrapas de una manera que nadie más lo ha hecho.

Seungmin suspiró, sintiendo cómo la presión de la situación aumentaba - Esto es demasiado, Hyunjin. No estoy listo para esto

Pero tu cuerpo lo está - dijo Hyunjin, con una sonrisa seductora - Mira cómo reacciona cuando estoy cerca

Seungmin sintió cómo la temperatura de su piel aumentaba, y aunque quería resistir, su cuerpo respondía a la atracción.

Un tenso silencio se instaló entre ellos. Seungmin sabía que debía levantarse y marcharse, pero la conexión era palpable.

Hyunjin dio un paso más, acercando su rostro al de Seungmin - Dame una oportunidad. Solo una

Hyunjin... - Seungmin comenzó, pero las palabras se le murieron en los labios cuando Hyunjin lo tomó de la muñeca, atrayéndolo hacia él.

¿Qué tal si olvidamos el trato por un momento? - Hyunjin susurró, su voz resonando en la habitación - Solo disfruta de este momento conmigo.

Seungmin sintió su resistencia desvanecerse.

Yo... no sé si puedo - admitió, incluso mientras su corazón latía con fuerza ante la cercanía del hombre que lo había ayudado a salir de su anterior relación.

¿Por qué no pruebas? - dijo Hyunjin, sus ojos brillando con un deseo que lo envolvía. La tensión se volvió eléctrica, y Seungmin se dio cuenta de que estaba atrapado, inmerso en un juego que no sabía si quería ganar o perder.

Sin poder resistirse más, Seungmin se dejó llevar. Se acercó a Hyunjin, su aliento entrecortado - Está bien... probaré - Las palabras apenas salieron de su boca antes de que Hyunjin lo besara.

El contacto fue instantáneo; un estallido de fuego y deseo. Seungmin sintió que su mundo se desvanecía mientras se perdía en el beso. Los labios de Hyunjin eran suaves pero demandantes, y pronto, Seungmin se encontró correspondiendo con la misma intensidad.

Mm... Seungmin - murmuró Hyunjin, rompiendo el beso solo lo suficiente para mirarlo a los ojos - Eres perfecto.

Seungmin se sonrojó, incapaz de responder. La pasión y el deseo lo envolvían. No soy perfecto - dijo, aunque en su interior se sentía cada vez más atraído hacia el hombre que lo tenía cautivo.

Para mí lo eres - insistió Hyunjin, volviendo a capturar sus labios. Esta vez, el beso fue más profundo, lleno de una urgencia que hacía que Seungmin se sintiera vivo. Las manos de Hyunjin se deslizaron por su cintura, atrayéndolo más cerca, y Seungmin perdió la noción del tiempo.

¿Qué estamos haciendo? - murmuró Seungmin cuando se separaron nuevamente, su respiración entrecortada.

Lo que deseamos - respondió Hyunjin, su mirada ardiente - Lo que hemos querido desde el primer momento en que nos conocimos.

Pero esto es un error - se quejó Seungmin, aunque su voz carecía de convicción. La verdad era que su cuerpo no quería dejar de sentir a Hyunjin cerca, de experimentar la electricidad que surgía entre ellos.

¿Un error? O puede que sea justo lo que necesitabas - dijo Hyunjin, inclinándose para besar su frente - Déjate llevar. Te prometo que no te arrepentirás.

Seungmin se sintió atrapado entre la razón y el deseo. Hyunjin era un hombre poderoso, pero también era el único que había visto más allá de su fachada. Con cada caricia, cada susurro, Seungmin se sentía más dispuesto a dejarse llevar por la corriente.

Está bien - finalmente dijo, su voz casi un susurro.

La sonrisa de Hyunjin fue instantánea y deslumbrante. Seungmin se sintió como si hubiera caído en una trampa, pero en el fondo, había algo liberador en esa decisión.

Las manos de Hyunjin comenzaron a explorar, acariciando su espalda con una suavidad que lo hizo estremecerse

Solo relájate y disfruta de esto - le dijo, mientras sus labios recorrían el cuello de Seungmin, dejando un rastro de fuego a su paso.

Seungmin cerró los ojos, dejando que las sensaciones lo invadieran. La pasión entre ellos era innegable, y mientras Hyunjin lo conducía a un nuevo nivel de intimidad, Seungmin se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás. La atracción, la obsesión, todo lo que había sentido desde el primer momento, ahora estaba en su máxima expresión.

Hyunjin - jadeó, sintiendo cómo la intensidad aumentaba - No puedo creer que esto esté sucediendo.

Déjalo fluir - le respondió Hyunjin, tomando su rostro entre sus manos, mirándolo con una mezcla de deseo y ternura - Solo déjate llevar.

Y en ese instante, Seungmin comprendió que había cruzado una línea. Pero en su interior, una parte de él anhelaba este momento, esta conexión que lo hacía sentir vivo. Sin más palabras, se entregó a la pasión que había estado esperando, y el mundo exterior se desvaneció, dejando solo a los dos en un torbellino de deseo y necesidad.

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