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// Catherine //

Prácticamente forzó a Michael a acompañarme a dar un paseo por la ciudad. Él está muy preocupado por mi salud. Aha, soy Catherine Besner, a mí no me da guayabo. Mi cabeza me estaba matando ayer, pero estoy bien ahora.

Michael conduce su auto por la ciudad, quería ir en mi auto, puesto que es un convertible, pero supongo que Michael no quería que condujera.

En el camino, miro por la ventana. La música suena pacíficamente en el auto, alguna banda que no conozco está sonando pero a Michael parece gustarle mucho, puesto que está cantando. Luego, un pensamiento llega a mi.

"¿Alguna vez me dijiste por que estabas en terapia?" le pregunto.

"No creo." Michael responde, manteniendo sus ojos en el camino. "¿Quieres saberlo?"

Yo asiento, "Si, algo así."

Michael suspira y conduce hacia la salida de la ciudad. No dice nada hasta que parquea en un parque en el que mi mamá solía traernos a Macey y a mi cuando éramos pequeñas.

El apaga el auto, y me mira.

"¿Honestamente quieres saber?"

"Si. Yo te dije porque estaba en terapia"

"No del todo."

"Bueno, obtuviste lo principal." Yo le digo, luego miro hacia abajo, lamentando mi tono. "Lo siento." Le murmuro.

"Está bien." Michael se ríe. "Supongo que es justo que lo sepas."

Me acerco en anticipación, esperando que Michael me cuente. Puedo decir que se veía algo nervioso, así que tomo su mano y le doy un pequeño apretón.

"Está bien, no te voy a juzgar, no tengo cuarto como para hacerlo." Me rio ligeramente.

Michael me da una sonrisa, antes de tomar una respiración profunda. "Mi mamá me puso en terapia porque estaba teniendo problemas sociales y ella pensó que estaba deprimido. Supongo que lo estaba, tal vez todavía lo estoy, no lo sé. Solo no me gustaba socializar. No era el típico "No me hables" de un adolescente, era más bien que me quedaba en mi cuarto con tal de no hablar con nadie, lejos de la mierda de mundo en el que estamos. No salía si no era por comida o escuela.

Hice cosas de las que me arrepiento, que en el momento no lo hacía, pero ahora lo hago. Solo no era normal. Era considerado roto. Fumaba mucho y robaba el alcohol. No hice las cosas que los adolescentes normales harían. Luego me Salí de la escuela, y todo se fue hacia abajo. Mi mamá estaba asustada por mí, o de mi, nunca lo supe, y me puso en terapia."

Yo asiento a la historia de Michael. No tiene sentido del todo, la mayoría la tiene, pero hay algo que no. ¿Por qué empezó a no socializar? ¿Siempre fue así? ¿Qué cosas hizo de las que se arrepiente tanto? Verdaderamente no le quiero preguntar porque no quiero presionarlo. Él ya me dijo esto y no puedo ir más lejos, no necesito saber más.

"Estúpido, ¿no es así?" Michael rompe mis pensamientos. "Eso es lo que los demás dicen."

"¿Qué? ¡No! En definitiva, no es estúpido." Le digo, tomando su mano un poco más fuerte. "Algunas personas solo no entienden que puedes terminar roto de maneras diferentes."

Estoy rezando para que mis palabras sean suficientes para asegurarle que la razón de que el este en terapia no es estúpida.

"Si, supongo." El murmura, mirando lejos de mí.

"A quien sea que le hayas contado antes, eran idiotas si respondieron de esa manera. No saben lo que es estar roto mientras tratas de arreglarte." Le digo.

El me da una pequeña sonrisa y mira nuestras manos.

"Confía en mi, no es estúpido."

"Confió en ti."

(...)

Treinta minutos después, estamos caminando por el centro de Charlotte, helados casi terminados en nuestras manos y sonrisas en nuestras caras.

"¡No puedo creer que hayas hecho eso!" Me rio mientras Michael alza sus cejas a mi.

"Bueno, no podía dejarla caminar alrededor con una mancha gigante roja en sus jeans." El responde, poniendo sus brazos en mis hombros.

"¡No tenías que gritárselo por toda la tienda!" Me siento mal por reírme de toda la situación, pero fue muy graciosa.

Básicamente, lo que paso fue que en una pequeña tienda en la cual obligue a Michael a entrar, mientras miraba jeans Michael decidió gritar desde el otro lado de la tienda a una chica, quien era mucho más vieja que nosotros, que tenía una mancha roja en su trasero.

Dejamos la tienda de inmediato, no hemos parado de reírnos desde eso.

"Por lo menos, ella ya sabe." Él se ríe.

"Cierto." Yo concuerdo con él, terminando mi helado.

El silencio cae en nosotros mientras caminamos a un parque. He conducido por este parque una vez, es gigante, con un lago en el centro. Aparentemente Michael ha estado aquí, varias veces. Lo veo sonreír, como si estuviera recordando algo.

"Solía venir mucho aquí con mi padre." Michael dice, mirándome mientras yo lo miro.

"Oh." Yo asiento lentamente y miro alrededor de nuevo.

El sol ha empezado a esconderse y se ve hermoso. Tomo la mano de Michael y lo llevo al muelle. Él se ríe, mientras yo me siento en los bordes.

"No te caigas." Michael dice, mientras coge mi cintura desde atrás.

"Si lo hago, tendrás que saltar por mí." Me rio de su expresión.

"Que graciosa, yo no saltare allí." Él dice, mirando el agua.

"Hoy fue divertido." Él dice, presionando su frente con la mía.

"Si, lo fue." Me rio, ligeramente sorprendida por sus acciones.

Me encuentro todavía más sorprendida cuando Michael junta sus labios con los míos.

therapy | mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora