Capítulo 2

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El Camino al Bosque

Los días siguientes transcurrieron sin incidentes importantes. Izuku continuó con su rutina diaria, intentando pasar desapercibido en la escuela y evitando a Bakugo y su grupo siempre que podía. Pero un día, cuando se dirigía a casa después de clases, las cosas tomaron un giro inesperado.

Estaba caminando por un callejón cuando escuchó las voces de Bakugo y sus amigos detrás de él.

—¡Oye, Deku! —gritó Bakugo.

Izuku se detuvo, sintiendo un nudo en el estómago. No quería enfrentarse a ellos, pero sabía que no tenía escapatoria.

—¿Qué quieres, Kacchan? —preguntó, volviéndose hacia ellos.

Bakugo sonrió, pero no era una sonrisa amistosa. Era la sonrisa de alguien que disfrutaba del miedo en los demás.

—Solo queremos jugar un poco, Deku —dijo, avanzando hacia él—. Ven, vamos a divertirnos.

Izuku retrocedió, pero Bakugo y los otros niños lo rodearon rápidamente. El miedo se apoderó de él, y sin pensarlo, comenzó a correr.

—¡No lo dejen escapar! —gritó Bakugo.

Izuku corrió lo más rápido que pudo, sintiendo el calor de las explosiones de Bakugo detrás de él. No sabía a dónde iba; solo sabía que tenía que alejarse de ellos. Sus pies lo llevaron hasta el borde de la ciudad, donde comenzaba un denso bosque. Sin dudarlo, se adentró en él, esperando que los árboles y la oscuridad lo ocultaran.

Los gritos de Bakugo y su grupo se desvanecieron a medida que Izuku se adentraba más en el bosque. El sol comenzaba a ponerse, y pronto la única luz que lo guiaba era la tenue claridad del cielo nocturno. Estaba perdido, y el miedo a lo desconocido comenzó a asentarse en su corazón. Pero era preferible a enfrentarse a Bakugo.

Después de lo que parecieron horas, Izuku se detuvo para recuperar el aliento. Se apoyó contra un árbol, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Estaba solo, perdido en un lugar que no conocía, y el pánico comenzó a apoderarse de él.

—¿Qué voy a hacer? —se preguntó en voz baja, abrazándose a sí mismo para darse consuelo.

De repente, el suelo bajo sus pies cedió, y antes de que pudiera reaccionar, cayó por un pequeño acantilado. Todo sucedió en un instante: el golpe en su cabeza, la oscuridad que lo envolvió, y el silencio absoluto que siguió.

Izuku quedó inconsciente, solo, en el frío suelo del bosque, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

boku no héro academia: la leyenda del rey mono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora