Desconectar
Melodie apenas levantó la vista cuando Draco, con su característica amabilidad, le dirigió la palabra. El bar estaba empezando a llenarse, y el bullicio a su alrededor contrastaba con la tensión que ella sentía internamente. No podía evitar notar la tranquilidad en la expresión del chico, algo que la irritaba profundamente. Después de un día tan agotador, lo último que deseaba era lidiar con alguien que pareciera tener la vida resuelta.
—¿Difícil día? —repitió, sin dejarse intimidar por su silencio.
Ella rodó los ojos, jugueteando con su copa de vino antes de responder de mala gana.
—Difícil sería quedarse atrapado en una conversación aburrida —respondió con sarcasmo, esperando que eso lo alejara.
El sonrió levemente, acostumbrado a lidiar con personalidades difíciles en su trabajo como maestro. No iba a dejarse llevar por su actitud. Al contrario, aquello despertaba en él una curiosidad que no podía evitar.
—Supongo que todos tenemos días malos —respondió tranquilamente, tomando un sorbo de su cerveza. —Pero es importante encontrar pequeñas cosas que nos hagan sentir mejor.
La pelirrosa hizo una cara inexpresiva entrecerrando sus ojos mirando al chico que estaba al laso suyo.
—¿Eres uno de esos que predican pensamientos positivos y todo ese rollo? —preguntó con desdén.
Draco soltó una pequeña risa, negando con la cabeza.
—No realmente. Solo trato de ser práctico. No siempre se puede cambiar lo que sucede, pero podemos cambiar cómo lo enfrentamos.
Melodie se quedó en silencio, mirando hacia otro lado. No le gustaba que la desafiara con respuestas que no podía refutar fácilmente. Le recordaba que, a pesar de todo su éxito, había cosas en la vida que no podía controlar, y eso le molestaba profundamente.
Mientras tanto, el ambiente en el bar continuaba animándose. Las conversaciones en voz baja se mezclaban con la suave música de fondo, y una pareja en una esquina se reía despreocupadamente. Todo parecía tan distante, como si estuviera separada por una barrera invisible del resto del mundo. Una barrera que ella misma había creado.
Draco observó el cambio en la expresión de Melodie, notando un destello de vulnerabilidad, aunque fuera por un breve momento.
—A veces ayuda hablar de lo que te molesta —dijo en un tono más suave. —No digo que tengas que contarme tus problemas, pero a veces sacar lo que llevamos dentro nos permite verlo de otra manera.
Melodie frunció el ceño, sintiendo cómo su egoísmo y defensas habituales intentaban protegerla de cualquier debilidad.
—¿Y quién te crees que eres? —respondió bruscamente, mirandolo con ojos desafiantes. —¿Un terapeuta aficionado? Ni siquiera me conoces.
Draco mantuvo la calma ante la hostilidad de Melodie. Sabía que su reacción no era personal, sino una defensa contra algo más profundo.
—No, no te conozco —admitió, sin perder la serenidad. —Pero todos necesitamos alguien con quien hablar de vez en cuando, incluso si es un extraño.
Melodie se quedó en silencio por un momento, sintiendo una mezcla de frustración y confusión. No entendía por qué no se apartaba, como lo hacían todos los demás cuando mostraba su verdadera personalidad. Pero algo en su persistencia tranquila le hacía cuestionarse, aunque no lo admitiría.
—Bueno, supongo que no soy “todos” —respondió finalmente, con un tono menos agresivo, pero aún distante.
Draco asintió, respetando su espacio sin insistir más. Ambos se quedaron en silencio, cada uno inmerso en sus propios pensamientos mientras el bullicio del bar continuaba a su alrededor. Melodie seguía sintiendo el peso del día sobre sus hombros, pero también algo diferente, una pequeña chispa de curiosidad por alguien que no parecía impresionarse ni intimidarse por lo que ella era.
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Melodías de cambio|Melodie X Draco|Brawl Stars
FanfictionMelodie, una superestrella del K-pop, es conocida por su talento y su ego, pero pocos conocen la frialdad detrás de su fama. Draco, un maestro de primaria, es admirado por su creatividad y amabilidad, pero su corazón anhela una conexión más profunda...