capítulo 5

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Escapada Nocturna

Melodie se despertó con una sensación de pesadez en el pecho. Su teléfono vibraba sin cesar sobre la mesita de noche, inundado de notificaciones. Al desbloquear la pantalla, se encontró con un torrente de comentarios y mensajes sobre un artículo viral que la comparaba desfavorablemente con Janet, su eterna rival en la industria musical. Las palabras crueles y despiadadas le calaban hondo.

-No puedo soportar esto más -murmuró, dejando caer el teléfono con frustración.

Lily, su empleada, escuchó el murmullo y entró en la habitación.

-(¿Todo bien, señorita Melodie?)- haciendo movimientos con la mano

-No, Lily. Necesito salir de aquí. Este lugar me está asfixiando -respondió Melodie, tratando de mantener la compostura.

Lily intentó calmarla, pero Melodie no quería escuchar. Se vistió rápidamente, eligiendo un abrigo largo y unas gafas de sol para ocultar su identidad, y salió del apartamento apresuradamente. Caminó sin rumbo fijo por las bulliciosas calles de la ciudad, buscando un poco de paz en medio del caos interno que sentía.

Su paseo la llevó a una pequeña cafetería que solía frecuentar antes de alcanzar la fama. Entró y pidió un café, esperando encontrar algo de la normalidad perdida. Mientras esperaba, notó cómo las personas la miraban de reojo y susurraban. Decidió salir antes de que alguien se acercara.

Deambuló sin rumbo fijo hasta llegar a un centro comercial. Necesitaba distraerse, así que se dirigió a una tienda de ropa de lujo. Mientras examinaba las prendas, escuchó a dos empleadas hablando sobre ella.

-¿Has visto las últimas noticias sobre Melodie? No puedo creer que haya dicho eso sobre Janet -dijo una de ellas.

-Sí, qué horrible. Siempre me pareció tan falsa -respondió la otra.

Melodie sintió que su rostro ardía de vergüenza y rabia. Dejó la tienda sin comprar nada, incapaz de soportar más miradas y comentarios. Continuó caminando hasta que encontró un pequeño parque. Se sentó en un banco, observando a las personas pasar, intentando encontrar algo de consuelo en la normalidad de sus vidas. Pero su tranquilidad fue breve; un grupo de adolescentes la reconoció y comenzaron a murmurar y a señalarla.

-¡Es Melodie! -exclamó una chica, sacando su teléfono para tomar una foto.

Melodie se levantó rápidamente y salió corriendo del parque. No podía escapar de su fama, ni siquiera en un lugar público. Continuó caminando hasta que encontró un pequeño bar en una calle poco concurrida. Decidió entrar, esperando encontrar el anonimato que tanto necesitaba.

El bar era oscuro y tranquilo, con pocas personas en su interior. Las paredes estaban decoradas con fotos antiguas y luces tenues que creaban un ambiente acogedor y relajante. Una suave melodía de jazz se escuchaba en el fondo, y el murmullo de las conversaciones era apenas audible. Melodie se sentó en una esquina, pidiendo una copa de vino, y dejó que el ambiente la envolviera.

Mientras bebía, repasó mentalmente los eventos del día. Las palabras de su manager resonaban en su mente: le había dicho que necesitaba tomarse un descanso. Había sido un año agotador, lleno de giras y presentaciones, y aunque amaba su trabajo, el peso de la fama comenzaba a ser demasiado para ella.

Esa mañana, tras leer los comentarios negativos, Melodie había tenido una reunión con su manager. La discusión fue acalorada, llena de recriminaciones y expectativas poco realistas. Melodie sentía que todos querían algo de ella, pero nadie se preocupaba por su bienestar.

-Necesitas mantener una buena imagen, Melodie. Janet está ganando terreno y no podemos permitirlo -había dicho su manager con severidad.

-¿Y qué hay de mí? ¿Qué pasa con lo que yo necesito? -respondió ella, sintiéndose cada vez más atrapada.

La presión la abrumaba, Necesitaba escapar, aunque fuera por unas horas.

Más tarde, mientras paseaba por el parque, trató de perderse entre la gente común, envidiando su aparente simplicidad. Un niño pequeño tropezó frente a ella, cayendo al suelo y comenzando a llorar. Melodie, sintiendo una punzada de compasión, se agachó para ayudarlo.

-¿Estás bien? -preguntó suavemente, entregándole el juguete que había dejado caer.

El niño la miró con grandes ojos llenos de lágrimas y asintió. Su madre, al darse cuenta de la situación, se acercó rápidamente.

-¡Gracias! -dijo, reconociendo a Melodie con sorpresa-. ¡Eres Melodie! ¡Mi hijo te adora!

Melodie sonrió débilmente, recordando por un momento por qué había elegido esta carrera. Pero la calma fue efímera, pues más personas empezaron a acercarse, pidiendo fotos y autógrafos. Sintió que no podía escapar de su propia fama.

Al final de la tarde, su ánimo estaba por los suelos. Regresó a su apartamento, pero el aislamiento solo aumentó su ansiedad. Decidió salir de nuevo, esta vez sin rumbo fijo, con la esperanza de encontrar algún lugar donde nadie la reconociera.

El bar comenzaba a llenarse lentamente de una clientela variada: parejas en citas, amigos disfrutando de una noche tranquila, y solitarios buscando compañía en la barra. Las luces tenues y la música suave creaban un ambiente relajante, que contrastaba con la tensión que Melodie sentía en su interior.

La puerta del bar se abrió y un hombre de cabellera roja entró. Era Draco, buscando un lugar tranquilo para relajarse después de un largo día de trabajo. Al verla, notó algo familiar en la mujer encubierta, pero no podía precisar qué era.

Melodie, por su parte, no se percató de su presencia. Estaba demasiado inmersa en sus pensamientos y en el vino que tenía delante. Pero pronto, sus miradas se cruzaron, y ambos sintieron una chispa de reconocimiento.

Draco, siempre amable y curioso, decidió acercarse.

-Disculpa, ¿te conozco de algún lado? -preguntó, tratando de ser educado.

Melodie levantó la mirada, sus ojos reflejando sorpresa y cansancio.

-No lo creo -respondió con frialdad, volviendo a su bebida.

Draco, sin embargo, no se dejó intimidar por su actitud. Sentía que había algo en ella que lo intrigaba.

-Soy Draco, trabajo en la escuela de por aqui. Pensaba en tomar algo rápido y irme, pero parece que ambos necesitamos un respiro. ¿Te importa si me siento aquí?

Melodie suspiró, pero asintió. Quizás, pensó, una conversación con un extraño podría ser justo lo que necesitaba para despejar su mente.

Draco pidió una cerveza y se sentó frente a Melodie. Hubo un breve silencio incómodo antes de que él decidiera romper el hielo.

-¿Difícil día?

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Aviso

Jaja ja ja... ammm ¿quieren sentarse a comer un ratito?

Okey tal vez algunos diran:
"ácido, dijiste que habría una actuación semanal y hace 3 semanas no subes nada"

Pero la verdad es que con la vuelta a clases el tema de escribir se me complicaba mucho más que hago actividades extraescolares (así se les dicen?)

Así que por un tiempo el tema de actuaciónes semanales estarán en pausa.

no diré que voy a actualizar cada 5 meses, seguiré tratando de hacerlo aunque sea casa 2 semanas no se preocupen mis niños.

Eso es todo, si vuelve a haber complicaciones avisaré en el siguiente cap.

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Notas
Tenía ganas de mostrar aunque sea una vez ese lado tierno de melodie, aunque sea por culpa del estrés, pobre muchacha.

También UHHH AHORA SI VIENE LO LINDO, osea lo más lindo aun no pero, tengo muchas ideas en mente para lo que es el comienzo de la pareja.

¡gracias por leer!

Melodías de cambio|Melodie X Draco|Brawl Stars Donde viven las historias. Descúbrelo ahora