01 | Escape a Nueva York

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01 | Escape a Nueva York

Gaia

Me he escapado de casa.

Tras alrededor de una hora y media de vuelo alcanzo a verlos primeros rascacielos de la ciudad, la vista desde aquí arriba es imponente.

Nueva York me daba la bienvenida.

No recuerdo en qué momento tomé la decisión de subirme a este avión, ni siquiera soy capaz de hacer memoria lo suficiente para averiguar por qué me había parecido tan buena idea desde un principio. Culpo interiormente a esa incontrolable impulsividad que me caracteriza y que me hace tan imposible la vida a veces, sin embargo una parte de mí sabe que no me arrepiento en lo más mínimo.

Necesitaba este cambio tan drástico para huir de una vida que no quería.

Por fin me habían aceptado en la Universidad de Nueva York, donde siempre quise estudiar en un principio, después de soportar un curso completo rodeada de profesores que demostraban cada día el poco amor que le tenían a su trabajo y de compañeros que solo eran amables con el objetivo de obtener mis apuntes.

La Universidad de Maryland nunca fue mi destino soñado. No es que odie la institución ya que a pesar de mis quejas no fue un año tan lamentable, tal vez ese desagrado que siento hacia ella se debe a que tenía otras opciones que ansiaba conocer y elegir por mí misma pero que resultaron ser desechadas por culpa de la universidad más cercana a mi hogar.

Mis sueños siempre han chocado con la ideología de mi padre, su sobreprotección le impedía dejarme tomar mis propias decisiones. Sabía que no lo hacía con una mala intención y creo que eso era lo que lo hacía aún más difícil todo, porque me impedía odiarle.

Desde que me adoptaron había procurado que estuviera cerca de él para protegerme, como si fuera a romperme con tal solo una mirada. En ese entonces lo comprendía porque aún era una pequeña inmadura que no sabía lo que hacía, no obstante ahora que ya mis diecinueve años me pesaban resultaba asfixiante.

Tanto fue su miedo a perderme de vista que por eso me inscribió en la Universidad de Maryland, a tan solo una hora de donde vivimos, sin siquiera preguntarme si me parecía bien.

Creo que eso es lo que me empujó a ocultarle haber enviado una solicitud a la universidad en la que realmente quería estudiar y a comprar un vuelo lo antes posible en dirección a Nueva York.

Después de todo era mi padre, le quería demasiado, pero su sobreprotección me había encerrado en una jaula de oro de la que llevaba años queriendo escapar. Quería salir de la zona de comfort en la que me había establecido, quería tropezarme, errar y aprender de ello.

Tan solo anhelaba un poco de libertad.

Por otro lado, me da lástima que mi otro papá tenga que pasar por esto ya que no tuvo nada que ver con lo sucedido. Él siempre ha sido más comprensivo conmigo intentando que su esposo cediera alguna vez y me dejara saborear por unos minutos tener el control.

Seguramente debe estarlo pasando muy mal. A pesar de que creo que habrá comprendido mi decisión, sé que con lo sensible que es no puede evitar estar dolido por haberme ido sin dar ninguna explicación.

Al menos le consolará saber que no viviré en la calle, logré convencer a mi mejor amiga de quedarme en su piso en Brooklyn. Betty y yo somos inseparables desde que nos conocimos en el instituto, mis padres la conocen muy bien y que estemos juntas debe tranquilizarlos de alguna forma.

Dejo escapar un suspiro de mis labios mientras pego mi nariz al frío cristal a través del cual veo cada vez más cerca los edificios.

Voy a empezar una nueva vida, en una nueva ciudad y en una nueva universidad.

Bajo las reglas del juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora