Capítulo 3

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BeomGyu se pasó la mano por el pelo mientras levantaba el teléfono, cansado, frustrado y casi listo para gritar.

—¿Hola?

—¿BeomGyu? ¿BeomGyu Brighten?

—Sí.

—Oh, BeomGyu, soy Penelope Redgrave.

BeomGyu realmente sintió una sonrisa moverse por sus labios. Nunca esperó saber de la mujer después de verla subir al autobús hace tres días.

—Hola, señora Redgrave. Espero que no me llame para decirme que estaba herido después de todo.

—Oh, no, para nada. —La suave risa de la mujer flotó a través de la línea telefónica—. Llamo por la entrevista de trabajo que te hice perder.

Cristo en una muleta.

BeomGyu se frotó la cara con la mano, negándose a ceder al gemido de sus labios.

—Fue un accidente, señora Redgrave. ¿Y pensé que le había dicho que realmente no quería ese trabajo de todos modos?

—Sí, querido muchacho, pero aún me siento responsable.

—De verdad, señora, no hay...

—Mi hijo es jefe de seguridad en Industrias Vaile. Escuché de él que están entrevistando a un asistente personal. Celebrarán entrevistas mañana a la noche a las seis en punto. Hice que mi hijo pusiera tu nombre en la lista. Todo lo que tienes que hacer es ir a la recepción en el vestíbulo y decirles para qué estás allí. Ellos te dirigirán a la entrevista. Ahora, no me decepciones, BeomGyu.

BeomGyu tragó saliva.

—No, señora.

—¿Necesita instrucciones, cariño?

—No, señora. Puedo buscarlo en línea.

—Buena suerte entonces, BeomGyu, cariño.

Se quitó el teléfono de la oreja y lo miró. Ella había colgado. ¿Cómo demonios había conseguido el número de su hermana? Tal vez ella había agarrado uno de sus currículums. A BeomGyu realmente no le importaba de ninguna manera.

Él tenía una entrevista de trabajo.


* * * *


—Hola, —BeomGyu sonrió alegremente a la mujer detrás del escritorio—. Mi nombre es BeomGyu Brighten. Estoy aquí para solicitar el puesto de asistente personal. —Eso sonó tan maldito cojo. ¿Por qué si no estaría vestido con un maldito traje azul que apenas le quedaba bien y le picaba la piel, sosteniendo su currículum en la mano, si no estaba allí para solicitar el trabajo?

La mujer mayor detrás del mostrador tenía que pensar que era un idiota completo.

—¿Currículum? —Preguntó la mujer en una forma de no tomar prisioneros mientras extendía su mano cuidada, sin siquiera levantar la vista de la pantalla de su ordenador.

BeomGyu sintió un escalofrío de presagio que le bajaba por la columna vertebral ante la actitud desapegada. ¿Todos en Vaile Industries eran igual de amigables? BeomGyu esperaba seriamente que no. Aun así, necesitaba el trabajo, incluso si era solo para irse del sofá de su hermana.

Le tendió su currículum a la mujer. BeomGyu hizo una mueca y se metió el dedo rápidamente en la boca cuando el papel lo cortó cuando se deslizó por su mano. Una suave inspiración de la secretaria captó la atención de BeomGyu. Él arqueó una ceja mientras observaba sus ojos vidriosos mientras miraba las gotas de sangre en la esquina de su currículum.

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